Lisi Montoya cuenta su historia de emprendimiento con su marca de chocolates.
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Amigo lector, tal vez usted no sabía que el chocolate peruano es uno de los mejores del mundo. La marca ‘Shattell’ arrasó con cinco medallas de oro en el Salón del Chocolate de Londres el año pasado. Su creadora Lisi Montoya se dedicó al turismo y por cosas de la vida quedó fascinada por los granos de cacao. Se fue a estudiar a Cuba y ahora cuenta con una planta de producción en Pachacámac para hacer productos de gran calidad que los exporta a Estados Unidos, Bélgica, Francia, Canadá y otros países.

En una entrevista cuenta que trabajó en turismo, ¿cómo es que termina haciendo chocolates?
Me fui con un grupo de agentes a Gramado, Brasil, ahí vi que había como 200 tienditas de chocolates artesanales, y me pregunté por qué no teníamos algo así en Perú. Me propuse investigar y empecé con esta aventura.

¿Se asesoró para conocer sobre el procedimiento de este producto?
Empecé con coberturas para hacer bombones, probé todas las que había y ninguna era aceptable a mi paladar, tenían manteca vegetal y químicos. Yo quería algo bien hecho y quise hacer mi propio chocolate, decidí estudiar en Cuba.

Chocolates 'Shattell' hecho de puro cacao
Chocolates 'Shattell' hecho de puro cacao

¿Cuál es la lección más importante que ha sacado de estos nueve años en el mercado?
Descubrir a los agricultores fue muy emocionante, la mayoría eran cocaleros y otros se dedicaban al cultivo de café. Es bonito ver a familias trabajar con cacao, ahora viven tranquilas y sin miedos.

¿Cómo ve el mercado actualmente?
Está creciendo mucho. Antes, la gente nos decía que era muy amargo, pues los hago con 70% a 100% de cacao, pero ahora buscan comer saludable y hay gran demanda.

¿Qué dicen los extranjeros cuando prueban un ‘Shattell’?
Se quedan impresionados, porque nuestro cacao se caracteriza por tener sabores a guanábana, nueces, frutos rojos, mandarina sin necesidad de agregarles algo, pues viene del mismo grano.

¿Qué es lo más complicado en este tipo de negocios?
El mercado no es grande, el grano cuesta caro y la venta al público igual, no todos pueden acceder a ellos.

La competencia nacional e internacional es cada vez más fuerte, ¿cuál es su valor agregado?
Trabajamos lo mejor posible, catando desde el grano seco, eso nos ayuda a diferenciar el sabor, no tenemos granos con defectos, porque sabemos controlarlos.

¿A dónde exportan?
A diez países, Estados Unidos, Canadá, Japón, Hong Kong, Bélgica, Holanda, Inglaterra, de Francia mandamos a toda Europa y Asia.

¿Cómo logró tener el contacto para exportar?
Fue gracias a Promperú, el primer año que iniciamos fuimos a ferias de París, Nueva York y San Francisco (estas últimas eran para productos gourmet), así tuvimos los contactos.

Comenta que hizo una inversión de 40 mil dólares para poner la planta, ¿fue con capital propio o pidió un préstamo?
Una parte fue los ahorros de mi esposo y el mío y un préstamo que seguimos pagando.

¿Siguen invirtiendo?
En una planta de chocolate no se para de invertir, crece y la maquinaria queda chica, hay que remodelar también.

¿Qué época es de mayor demanda?
Ventas nacionales todo el invierno, de abril a noviembre, y la exportación de setiembre a marzo.

¿Qué consejo le da a sus empleados?
Que piensen tener algún día su propia fábrica.

¿Sigue capacitándose?
Eso fue al inicio, el chocolate es muy simple, si aprendes a catar un grano de cacao, te vuelves un experto. Lo que sí hago es llevar cursos seguidos de cata, porque hay que entrenar el paladar.

¿Por qué ‘Shattell’?
Es una invención, estaba jugando con palabras, ‘Shalom’ de mi gato y Katell de mi sobrina.

Chocolates Shattell es exportado a diez países.
Chocolates Shattell es exportado a diez países.

Se dijo un tiempo que el chocolate que se vende era una estafa, que no era chocolate, ¿cómo es en su caso?
Nosotros ponemos en cada caja el porcentaje y, además, buscamos la regularización nacional para que sea obligatorio. Un chocolate de calidad debe tener cacao y azúcar, en cambio el industrial tiene más de 10 a 15 insumos.

¿Cuánto debe costar una tableta de chocolate de calidad?
Un chocolate industrial de 40 gramos a un sol, y un chocolate verdadero de 40 gramos, un mínimo de 3 soles.

¿Cuál es su canal de ventas?
En tiendas productos orgánicos y saludables, y en la parte orgánico de Wong, también hacemos delivery a través del Facebook.

¿Este año hubo algún ‘bache’ en las ventas?
No, seguimos creciendo, vamos creciendo tanto nacional como internacionalmente.

¿Metas?
Crecer más, hacemos varias marcas para chocolateros nuevos, además de la nuestra y buscar nuevos puntos para exportar.

¿De dónde viene el cacao con el que trabaja?
De Tumbes, Piura, San Martín, Ayacucho, Cusco, donde encontremos buenos granos de cacao y con certificación orgánica empezamos a trabajar con ellos.

¿Qué es el chocolate para usted?
Chocolate es igual a felicidad.

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