Por: Katty Gines
La crisis por la pandemia acabó con muchos negocios, pero también fue el inicio de nuevos emprendimientos que tuvieron gran aceptación del público debido a su ingeniosa propuesta, como ocurrió con ‘Il Panificio’ de Lucía Saavedra y de Gino Candiotti, una pareja de novios que empezó a hacer panes artesanales de varios sabores en la cuarentena. Al inicio casi ‘tiran la toalla’ a la primera semana porque no vendieron nada, pero ahora les faltan manos para atender los pedidos.
Ustedes son un caso atípico, pues empezaron en la cuarentena, ¿Qué fue lo más complicado?
Lucía: El poder coordinar todo, yo estaba en Trujillo cuando se anunció el ‘Estado de emergencia’, perdí 15 días hasta poder juntarnos de nuevo. Era complicado conseguir una buena harina, las primeras pruebas eran terribles, ya luego conseguimos al proveedor adecuado.
Al peruano le encanta el pan, ¿qué les han dicho sus clientes acerca de su producto?
Gino: A través de las redes sociales desarrollamos cercanía con el cliente porque le pedíamos su número de teléfono y su dirección. Eso hizo que los conociéramos un poco más y nos decían que el pan era muy bueno, y todos nos volvían a llamar para hacer más pedidos porque se les acababa.
Ambos estudiaron en la Universidad Le Cordon Bleu, ¿Por qué se decidieron por la panadería?
Gino: alrededor de 2 años y medio estuve en la línea de cocina caliente, hacía salteados y banquetes. Luego estudié en Nova y me di cuenta de que conectaba más con las masas, tuve un trabajo de panadero y supe que era lo mío.
¿Cómo es el proceso de manipulación de alimentos?
Lucía: nosotros en la carrera aprendimos sobre las buenas prácticas y aplicamos todo lo aprendido. Cuando llegan los insumos los desinfectamos, lavamos la materia prima, a las aceitunas las dializamos, las remojamos en agua caliente por dos minutos para reducir el contenido de sodio.
¿Cuál es el valor nutritivo del pan que preparan en comparación con los comerciales?
Lucía: los panes integrales son cien por ciento con harina integral, si llevan semillas estas están activadas, pues las tostamos y adicionamos agua para que sean digeribles. En caso tengan un problema de estreñimiento el producto será bien aceptado por el organismo, además tiene menos carbohidratos.
¿Qué es la masa madre?
Gino: Es un fermento natural compuesto de harina y agua que no contiene ningún tipo de levadura añadida, su sabor y aroma es especial, una técnica muy antigua.
En esta crisis, ¿cuál es la mejor lección que han aprendido?
Gino: La constancia, el aprendizaje, pensamos que nunca vamos a dejar de aprender, nos ha costado mucho estar aquí, ponemos todo nuestro esfuerzo para seguir.
Cuando se empieza algo nuevo, todo es prueba y error. ¿Cómo fue en su caso?
Lucía: Al inicio vendimos 6 panes y otros los regalábamos para que la gente pruebe y conozca sobre la textura y nos conocieran. Nuestras familias fueron los principales críticos para sacar la lista de productos, la fórmula fue ser constante, investigar y buscar, ir más allá de lo que podemos ofrecer.
Me comentaban que Christian Meier compartió un tuit de ustedes apoyando al producto local y eso los ayudó mucho. ¿Cómo fue?
Lucía: Eso nos sirvió mucho, Christian Meier estaba apoyando a los negocios locales en su Twitter y compartió el nuestro, y eso hizo que todos lo vean y nos busquen por las demás redes sociales y nos compren.
La atención al cliente es muy importante. ¿Cómo trabajan ese aspecto?
Lucía: Tenemos mucho cuidado cuando el courier llega a los domicilios, nosotros mismos llamamos al cliente para avisarle y atendemos de manera personalizada.
¿Cuántos productos tienen en su carta?
Lucía: Teníamos bases de pizza, panes salados (son 15 de diferentes presentaciones) y hemos sacado un pan de chocolate. En el mes de junio se vendió mucho el pan de maíz morado.
¿En algún momento pensaron en ‘tirar la toalla’?
Lucía: Definitivamente sí, la primera semana no vendimos nada, veíamos que las personas nos daban ‘likes’, pero no compraban. Averiguamos el por qué y mejoramos esos puntos. Hoy vendemos de 150 a 200 panes semanales, no paramos.
¿Por qué ‘Il Panificio’?
Lucía: Gino tiene apellido italiano y se nos vino el nombre ‘Il Panificio’, que significa ‘la panadería’, sonaba bien y nos gustó porque pensamos que esto se puede internacionalizar y llevar panes con insumos peruanos.
¿Qué errores tuvieron al emprender?
Lucía: Por no tener paciencia compramos un horno y el resultado fue malo. Hoy nos organizamos mejor, pues cuando estuve desempleada quería hacer todo rápido y se cometieron errores tontos, nos dimos cuenta de que para tomar decisiones se necesita tiempo para pensar.