Carmen Seminario: “El cliente ve la calidad y el diseño, luego el precio”

Por: Katty Gines

Su abuela fue costurera y ella desde niña quiso seguirle los pasos. A los 18 años, Carmen Seminario creó su propio atelier donde confeccionaba vestidos de promoción para jovencitas de reconocidos colegios. Se graduó en Chio Lecca, se perfeccionó en novias y trajes en Barcelona, y por casi cuatro años elaboró colecciones para una casa de modas en Italia. Hace dos años abrió su línea de caballeros y ahora busca expandir su marca.

Carmen, cuéntanos, ¿cómo fue tu experiencia de estudiar en Barcelona?

Me fui a Barcelona porque tenía que ver un poco hacia fuera. Esta ciudad es también una capital de la moda, hay muchas marcas conocidas y quería especializarme en trajes de ceremonia y novias. Estudié en el Instituto Europeo de Diseño y estuve 8 meses enfocada en moda nupcial.

Cuentas que desde niña quisiste ser modista porque viene de familia. ¿Cumpliste tu sueño?

Sí, mi abuela fue modista, ella hacía ropa a medida, vestidos de fiesta, no estudió diseño de moda, lo hacía empíricamente.

¿Cuál ha sido la mayor dificultad a la hora de empezar este negocio?

Yo empecé cuando el diseño de modas no era muy conocido aquí, no había una universidad, era todo técnico. Empecé a los 18 años y mi personal tenía 65 años, buscaba rodearme de personas que aporten a mi empresa. No había mucho mercado.

Te iniciaste haciendo vestidos de promoción. ¿Cómo fue esa experiencia?

Me fue muy bien desde un comienzo, le hice un vestido a una jovencita de un colegio muy reconocido y ella comentó mi trabajo. Fue así que empecé a crecer, en ese entonces no había Instagram y solo se podía tener una base de datos por email.

¿Cuál fue el gran pedido que te emocionó más?

Estuve cerca de 4 años exportando a Italia. Una italiana me buscó a través de una prenda que dejé en Chio Lecca. A ella le encantó el buen corte, quería conocerme para que le haga colecciones, en ese entonces tenía 20 años, fue muy emocionante.

¿Qué te decían los europeos de tu trabajo?

Me volví muy amiga de la italiana. Ella venía dos veces al año, me contaba que una parisina le decía que le encantaban los cortes y las prendas hechas con lana y algodón peruano.

¿Qué les recomendarías a los jóvenes que quieren seguir esta carrera?

Deben tener bien claro a qué público se dirigen, ser perseverantes, enfocarse en el cliente, si no le gusta a tu público es poco probable que se mantengan con el tiempo. Sigan cursos de administración y gerencia porque uno mismo gerencia su propia marca.

¿Qué estudiaste para manejar mejor tu negocio?

Aprendí más sobre negocios y moda, creo que no es necesario estudiar una carrera de 5 años, puedes estudiar lo que necesitas en ese momento. Empecé con gestión de pequeños negocios, marketing y ventas, iba a los CADE para escuchar a los exponentes, llevé gerencia de negocios, fashion management, styling, entre otros cursos.

Dices que es importante innovar, ¿cómo lo haces tú?

No solo me dirijo al público femenino, también ingresé al público masculino. Tengo el taller que abrí hace dos años e hizo que despertara mi lado creativo, de elegancia masculina. Hago ternos, camisas a medida, innovo con mis diseños. Viajo a Nueva York para ver tendencias y a traer telas para mis clientas.

¿Cuál es tu diferencia con otros atelieres?

En moda de caballeros trabajo mucho con ejecutivos empresarios, dentro de las amistades me piden mucho asesorías. Les hago propuestas de imagen, no solo vienen y diseño, les brindo una asesoría para que encuentren su estilo propio tanto hombre como mujer.

¿Qué valora más el cliente?

La calidad y el diseño, y luego va al precio.

¿Qué se viene?

La idea de expansión, crecer primero a nivel Perú con otras tiendas para hombres. Para damas tengo propuestas del extranjero, el otro año viene la exportación.