Emprende Trome| Doña Dora Orellana viene de una familia de agricultores del valle de Santa Eulalia y desde niña ayudaba a sus padres a cultivar las tierras. Hace siete años se hizo muy famosa, pues conquistó el paladar de Gastón Acurio quien difundió las bondades de estas chirimoyas orgánicas, y ahora es su fiel cliente, abasteciendo sus restaurantes con esta fruta y la palta. Hoy Dorita vende a restaurantes, ferias y tiendas orgánicas.
Dorita tiene 71 años y sigue dándolo trabajando muy duro para que sus productos que siembra con tanta dedicación puedan llegar a la mesa de más peruanos. Ella nos cuenta que desde hace 12 años comenzó a cultivar de manera orgánica, no utiliza fertilizantes ni insecticidas, tampoco poliniza, todo es natural, se demora más, pero es muy saludable.
“Tenemos una asociación de agricultores, todos somos familia porque queremos sacar adelante esta labor, nosotros hacemos nuestro propio abono, nuestro guano y el insecticida natural. Esto fue muy valorado por el señor Gastón que nos visitó hace siete años y difundió nuestro trabajo”, refiere.
La llegada que tuvo el reconocido cocinero peruano con esta agricultora fue una gran bendición porque se hizo muy conocida y logró ingresar a más mercados, aprendió más sobre el cultivo orgánico y en el camino fue conociendo a su cliente directo al que llegaba por primera vez. Y gracias a la modernidad recibe pagos digitales.
♠La oportunidad para productores y emprendedores
Doña Dorita dice que en pandemia las ventas bajaron mucho y veía con gran tristeza como se caían sus frutas al suelo, la primera cuarentena no le permitió sacar su producción a Lima y perdió todo.
Afortunadamente han aparecido nuevas oportunidades para ella y otros emprendedores que traen sus productos desde diferentes lugares del país para ofrecerlos en el Mercado Intinerante Ecológico de Ecoferias, en San Isidro ubicado en el parque Benemérita Guardia Civil (ex parque de la Pera).
♦Traspasó fronteras
Luego del reportaje de Gastón y de las capacitaciones que recibió, doña Dorita cosechaba chirimoyas de 4 kilos a más y el sabor hacía la diferencia con los de la competencia, tanto así que la llamaron de España para hacerle un documental porque ya habían probado esta delicia, pero la pandemia dejó todo en stand by.
“La diferencia de una fruta orgánica con una convencional es muy grande, nosotros no usamos químicos, no hacemos madurar a la fuerza a la fruta, dejamos que todo sea natural y eso hace que el sabor sea muy rico y no dañe la salud de las personas”, detalla.
Dato: Si quieren ubicar a Dorita pueden encontrarla en la Ecoferia del parque de la Pera, todos los sábados y domingos de 8:30 am a 3:00 pm.
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