Emprende Trome| Por los años noventa, Maite Belaunde decidió diseñar sus propias pijamas para ella y para sus hijas, pues no encontraba en el mercado unas prendas que sean suaves, cómodas y buena calidad. Al ver que este era un nicho desatendido, apostó por emprender, trabajó muy duro para obtener un producto A1.
Participó en varias ferias y captó la atención de sus clientes, que empezaron a seguirla. ‘in Bloom’ ingresó a grandes retails y junto a su hija Inés Ortiz de Zeballos, quien puso el toque innovador, llevaron su propuesta a otros países.
Inés, tu mamá fue quien inició la marca, ¿Cuál es el principal consejo que te dio?
Siempre estar enfocada en los detalles, pues hacen la diferencia. Todo tiene que ir lo mejor posible, que al final el cliente se sorprenda. Dar lo mejor de ti.
En el rubro de pijama hay mucha competencia, y ustedes han logrado posicionarse en el mercado. ¿Cuáles son los pilares?
Uno de los principales pilares es la calidad, nos enfocamos mucho en ofrecer un producto duradero. También en el diseño. Intentamos adaptar el producto a lo que busca el cliente y tener una reacción rápida ante las últimas tendencias. Y, por último, la esencia de la marca siempre sacar lo mejor de ti. Acompañamos a cada cliente, a cada mujer a ser su mejor versión, ya sea durante las noches, en las mañanas o durante el día.
Nos contabas que desde el inicio entraron a retails, y muchos emprendedores no lo pueden hacer, ¿Cómo lo lograron?
Ofreciendo un buen producto. Nosotros podríamos atender una demanda en nuestra capacidad de producción y estar en diferentes tiendas con esos volúmenes y además con la calidad del producto que iban con el estándar de las tiendas.
Algo importante que mencionas, es que hay que estar atento al consumidor, ¿Cómo saben las preferencias del cliente, hacen un estudio de mercado?
Escuchar a nuestro cliente. Estar dispuestos a hacer cualquier mejora, nos gusta preguntar al cliente cómo fue su experiencia, porque creo que no somos perfectos, estamos en un estado de mejora continua.
¿Por qué tu mamá decidió hacer pijamas?
Porque en su momento, mi madre vio este ‘nicho’, acababa de tener a mi hermana y yo venía en camino, y no encontraba un producto de buena calidad, con buen diseño para mamas e hijas, y ella empieza hacerlo. Me acuerdo que ella participaba en la feria de Ayacucho, en la embajada de Chile, en el Rastrillo con sus pijamas, luego empieza a algo más de moda, pero este rubro fue el corazón y marca entró para quedarse.
¿Cómo decides involucrarte en este negocio?
Estudié tecnología textil en Estados Unidos, vengo de una familia textil muy apasionada, siempre crecí en esta industria y desde muy pequeña tenía claro lo que yo quería ser, pues mientras más conocía de esto, más me iba enamorando. La industria textil no solo son prendas. Perú tiene mucho potencial, no solo por la calidad de fibra y manufactura y el talento increíble, sino que hay en realidad mucho para innovar y la industria va hacia eso.
¿Cuál ha sido tu aporte en la empresa?
Estoy en el área de estrategia y crecimiento. Intentamos posicionar la marca, ya nos encontramos en algunos países de la región en Latinoamérica, a corto plazo estamos ingresando a nuevos mercados. Estar en Europa y en Medio Oriente. Seguir formando el equipo, transmitirles la visión y la pasión para que todos se enamoren.
La pandemia cambió la vida a todos. En el caso de ustedes, ¿Les ayudó a aumentar las ventas, digitalizarse, ¿Cómo fue el proceso?
Es realidad, todo lo que dices. Llego a cambiarnos la vida, hubo un gran cambio digital. Nuestras ventas pasaron a ser casi el 70% de nuestro canal directo. Nos adaptarnos a nuestra manera de trabajo a nuestros procesos. Siempre es bueno dejar algo a la incertidumbre para poder escuchar y reaccionar muy rápido.
¿Cómo lograron llevar la marca al exterior?
Ingresamos primero a Uruguay y a Chile. Fue un poco muy del ‘boca a boca’, conociendo gente, presentando nuestro producto y probando diferentes mercados. Siempre hay un espacio para prueba y error, nunca hay una fórmula perfecta. Estando en diferentes plataformas virtuales o ferias virtuales nos han abierto un camino hacia poder presentar la marca hacia afuera.
¿Los productos se venden mejor en verano o en invierno?
Nuestra temporada pico va de noviembre a mayo. Todo el año lanzamos pequeñas colecciones, cada dos semanas hacemos nuevos lanzamientos y eso nos ayuda a mantenerla cliente más interesado.
El cliente cambia con los años, ¿Qué busca ahora?
Ahora busca mucho la calidad y de dónde provienen sus prendas. Que sea un diseño moderno y que vaya creciendo con el cliente. Muchas mujeres crecieron con Maite cuando aún no estaba ‘in Bloom’, luego presentaron la marca a generaciones menores.
¿Con qué insumos trabajan?
Utilizamos algodón tangüis, Pima y modal de Perú, fibras peruanas. Y la manufactura es cien por ciento peruana.
¿A cuántas personas dan trabajo?
Como empresa trabajamos con 180 personas y laboramos con otros proveedores a quienes indirectamente les damos trabajo.
¿Quién se encarga de los diseños?
Maite es la directora creativa junto con Daniela Tudela quien es la jefa de marca, yo veo toda la estrategia de crecimiento.
¿Cómo se ven para el otro año?
Será un año con muchas metas. La primera tienda ‘Flagship Store’ en Lima, expandirnos a nivel nacional e internacional; la primera mitad del año entramos a Colombia, México y a Estados Unidos, y en la segunda mitad, evaluamos ingresar a Europa y a Medio Oriente.
PING PONG
Textiles peruanos: calidad, duración y talento
in Bloom: sofisticado, calidad y diseño
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