Williams Riveros : De limpiar muebles y extrañar a sus padres a ser bastión de Universitario de Deportes

“Mi nombre es Williams Riveros, con ‘S’. Williams no William”, dice muy serio el zaguero central paraguayo. Lo menciona con firmeza, con la misma fuerza con la que va a cada pelota y defiende la camiseta de Universitario de Deportes. Riveros volvió a lucirse en la Liga 1 y esta vez un cabezazo suyo significó el triunfo de los cremas por 1-0 ante Binacional. Si bien la ‘U’ debe pagar una multa a Conmebol y ya piensa en los refuerzos para el centenario, Riveros es más que una noticia positiva en Ate.

Del Williams que arrancó dubitativo la temporada a este defensor sobrio, fuerte y que nunca se complica hay dos aspectos que lo mejoraron. Uno fue la llegada de Jorge Fossati y la otra fue pasar de línea de cuatro defensores a una de tres. Allí, juega como líbero, va libre a la marca y tiene el respaldo de Aldo Corzo y Matías Di Benedetto.

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Para el paraguayo esta mejora significa parte del camino en su lucha de vida. Nacido en Asunción el 20 de noviembre de 1992, Williams Ismael la peleó desde pequeño y colaboró con el presupuesto familiar limpiando muebles a domicilio. Si había una ‘chamba’, allí estaba el adolescente. Los guaraníes que ganaba se los daba a sus padres.

A la par con ello, el fútbol lo seducía. Desde chico tuvo dos referentes en el balompié y ambos eran defensores. Su compatriota Carlos Gamarra, figura de la selección ‘guaraní' y ex jugador del Inter de Milán y Palmeiras entre otros, y el italiano Fabio Cannavaro lo inspiraban a seguir la senda y sus posters adornaban el dormitorio.

“Mis mayores motivaciones siempre serán el equipo que defiendo y la familia que tengo detrás”, contó Riveros. Ya era hora de iniciarse en el fútbol y se probó en Trinidense (en la División Intermedia 2010), estuvo ahí desde la escuela de fútbol hasta la Primera. Cuando tenía 17 años se fue a jugar a Argentina.

Empezó de volante de contención, era un ‘5′ peleador, quitador de pelota y aguerrido. Siempre con el cabello largo. Pasó de Flandria a Temperley y luego se fue a Ecuador donde logró salir campeón con el Delfín SC y fue elegido como el mejor defensor del torneo en dos temporadas. Pero había algo que lo ponía nostálgico, extrañaba mucho a sus padres y quería jugar en su país.

Quiso el destino que su deseo se cumpliera y en 2022 se puso la camiseta de Cerro Porteño de Paraguay. “Mi mamá es cerrista de corazón, está feliz”, declaró ‘Tarzán’. Barcelona de Ecuador es dueño de su pase y este año lo cedió a préstamo a Universitario. Según Transfermarkt el costo de la cesión fue de 400 mil dólares.

Fuera de las canchas, Williams Riveros también es un luchador. Se entrena al máximo, corrige errores, pasa tiempo en casa y mantiene un ritmo de vida saludable. Quizás por eso solo ha estado fuera de las canchas por 9 días en todo el 2023. Algo increíble si comparamos a jugadores que se lesionan mucho en otros clubes.

Desde la ‘U’ ya conversan para renovar su préstamo y que forme parte del equipo del ‘Centenario’. Se habla de un costo de 500 mil dólares esta vez. Williams, con ‘S’, los vale definitivamente.

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