Las increíbles historias de un club grande sumergido en crisis. El plantel de Universitario entrenaba con tranquilidad, pero una llamada destapó la intranquilidad. La esposa del panameño Alberto Quintero lo llamó por celular y le pedía que vaya a su rescate.
Entre lágrimas le narraba que el propietario del departamento donde están viviendo había llegado con la orden de desalojo y la obligaban a abandonar el lugar, ya que el club no ha cancelado tres meses del arrendamiento. El popular ‘Chiquitín’ salió rápidamente a su casa, lleno de ira, buscando auxiliar a su familia.
Pera no fue el único caso. La misma situación vive el venezolano Arquímedes Figuera, quien también abandonó los entrenamientos para auxiliar a sus seres queridos. Ambos tuvieron que arreglar directamente con los propietarios para seguir habitando.
Esa es la realidad de los cremas. No gana partidos, resta entusiasmo a sus jugadores y se viene el clásico, donde será visitante.
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