Fabio Capello, entrenador que dirigió a las selecciones de Inglaterra y Rusia, ha expresado su postura contra los futbolistas que se niegan a recibir la vacuna contra el coronavirus. Para el profesional italiano, el hecho de ser deportista no debe ser argumento suficiente para rechazar el fármaco.
En ese sentido, el ex de Real Madrid calificó como “un acto de egoísmo” no aceptar la medicina, en medio del aumento de casos por COVID-19 en todo el mundo. Entonces, Capello ha propuesto aplicar una reducción salarial para aquellos integrantes de los clubes que, definitivamente, no quieren ser inoculados.
“No vacunarse es un acto de egoísmo y si los policías están obligados a hacerlo, no veo por qué los futbolistas deberían ser excluidos”, manifestó Capello en una entrevista que ha publicado el prestigioso periódico italiano La Gazzetta dello Sport. “Quien no recibe la vacuna causa daño a la sociedad y debería ver reducido su salario”, sentenció.
En todo caso, la sugerencia del preparador de 75 años no debería tener tantos perjudicados en Italia. En la Serie A, desde el 10 de enero, es obligatoria que cada jugador cuente con un pasaporte COVID para estar en las competencias oficiales. Es más, el torneo realizó modificaciones en los protocolos para encarar la segunda parte del curso.
De momento, el Calcio ha reportado que el 98% de los futbolistas ya están vacunados contra el coronavirus. Asimismo, considerando las nuevas normas que aplicarán, la vuelta a la actividad debe desarrollarse sin grandes problemas. Vale decir, evitar lo que ocurrió en la Premier League con la postergación de partidos.
En Inglaterra, a diferencia que, en territorio transalpino, la organización del certamen publicó el pasado 20 de diciembre que solo el 77% de los futbolistas tiene completa las dosis requeridas. Mientras que el 7% solo recibió una vacuna. Sin duda, esta situación alarmó a los principales personajes del campeonato británico.
Por mencionar un ejemplo, Jürgen Klopp, entrenador de Liverpool, explicó: “Si un jugador no está vacunado completamente, es una amenaza constante para todos. No quiere ser una amenaza, claro, no es que piense, ‘Dios mío, no me importa’, pero lo es y tenemos que encontrar diferentes escenarios”, expresó el alemán, quien la semana pasada se contagió de COVID-19.