
Mi gente de La Fe de Cuto, no son días fáciles para el fútbol peruano, pero siempre debemos mantener la fe, el optimismo y la confianza en que el mañana será mejor. Mientras tanto, sigamos trabajando desde donde nos toque para impulsar y mejorar nuestro querido deporte rey.
Por ahora los invito a disfrutar de la entrevista a mi amigo Mauricio Montes, mientras mi equipo de edición termina la nota realizada en Cusco al querido ‘Avión’ Corrales. ¡No se lo pierdan!
La última fecha doble de las clasificatorias rumbo al Mundial 2026 nos golpeó muy duro. La derrota de visita ante Uruguay y la caída en casa frente a Paraguay marcaron el cierre de una etapa decepcionante para nuestro fútbol. No lo digo por capricho: siempre he respaldado a los entrenadores, porque creo que cortar procesos no suele ser la mejor salida. Sin embargo, lo que vivimos va mucho más allá.
Pasamos de clasificar a un Mundial después de 36 años en Rusia 2018, y de pelear un repechaje en Catar 2022, a convertirnos en la peor versión de la selección desde que las clasificatorias se juegan todos contra todos. Los números son claros: en este proceso apenas sumamos 12 puntos, menos que con Chemo del Solar rumbo a Sudáfrica 2010 (13), que con Sergio Markarián para Brasil 2014 (15), o que con Paulo Autuori para Alemania 2006 (18).
Y ojo, antes Sudamérica tenía menos cupos. Cuando Brasil fue campeón en 1994, clasificó directo a Francia 98 y solo quedaban cuatro plazas. Desde 2002 hay cuatro cupos directos y un repechaje, precisamente el que nos permitió llegar a Rusia 2018. Hoy, con seis plazas y media disponibles, quedar en el noveno puesto con apenas 12 puntos es un golpe durísimo.

ERROR DE CÁLCULO
Ese pudo ser el mayor desacierto de la FPF. Tras el repechaje perdido en Catar 2022, dejaron de lado a Ricardo Gareca pensando que, con más cupos, igual estaríamos entre los siete primeros. La realidad fue otra: terminamos en el fondo de la tabla.
Hoy extrañamos la gestión de Edwin Oviedo, quien lideró un proceso que nos devolvió al Mundial después de 36 años y nos regaló momentos de enorme alegría. Detrás de ese éxito hubo planificación, disciplina y trabajo que la actual directiva dejó de lado.
En ese contexto, de corazón le deseo lo mejor a mi amigo Jean Ferrari, quien acaba de asumir como Director General de Fútbol en la FPF. Ojalá pueda encaminar un nuevo proceso que devuelva a todos los peruanos la ilusión de volver a competir de verdad en las clasificatorias hacia el Mundial 2030.
Nos leemos el próximo lunes.









