San Galo, Suiza (por José ‘Huachano’ Lara).- Si estoy dormido, no me despierten. Si estoy despierto, mándenme a dormir. Porque el mundo es de quienes convierten sus sueños en realidad. Vi a Paolo libre de la suspensión y lanzando al vacío su rabia contenida.
Recordé que el TAS o WADA son palabras cortas para compararse con el GOL. ¡Nuestro capitán ha vuelto! ¡Tenemos goleador! ¡Agárrense que Perú se escribe con ‘P’ de Paolo! Después de ocho meses en la sombra, volvió a vestir la Blanquirroja y reapareció con dos goles en el 3-0 sobre Arabia Saudita, en otro paso más antes de arribar a la cercana Rusia.
La cinta en el brazo, la ‘9’ en la espalda y el cabello con gel volvieron para aguantar la pelota en el área, generar espacios a los volantes y poner nerviosos a los rivales. Bien secundado por un enorme André Carrillo -que con la selección sí es una ‘Culebra’- y mejor apoyados por la orquesta sintetizada en la zurda de Yoshimar Yotún.
Dejamos que los ‘Hijos del desierto’ jugaran a velocidad y nos volvimos sus padres con paciencia. Más allá de algunas salidas imprecisas de los laterales, Perú trabajó y edificó todo por el centro. A los 5’, Renato Tapia exigió al portero Abdullah Al-Maiouf y a los 13’ se lo perdió Carrillo. Un estadio abarrotado por peruanos explotó a los 20’ cuando Tapia fue un ‘león’ peleando la pelota y Carrillo la tomó en el aire, paró de pecho y le pegó un zurdazo para mandarla al fondo. Hasta que llegó el momento soñado. Guerrero volvió con sus ‘pistolas’, tras empujar un rebote (41’) y su grito fue el desahogo nuestro.
MAQUINARIA NACIONAL
Como en toda obra, hay otros protagonistas que querían entrar a escena y Ricardo Gareca lo sabía. Ingresaron Araujo, Corzo, Loyola, Hurtado, pero lo de Farfán fue con resaltador. Antes de eso, Paolo se había elevado y cabeceado como una fiera el centro de Carrillo para conseguir su doblete a los 64’. Llegaron los ‘oles’, los miles de aplausos y deseos de hacer el cuarto. Arabia lanzó una al travesaño -en su único remate directo- cuando todo estaba definido (91’). Vi a Paolo con ese rostro inolvidable que significa que ha vuelto, que está feliz, que nos hace sonreír. Que nadie despierte a Perú.