Los fotógrafos dispararon los primeros flashes cuando las puertas se abrieron. Los agentes de seguridad salieron y detrás de ellos un sonriente Ronaldinho Gaúcho, vestido con un polo blanco, pantalones cortos y un gorra.
El retirado futbolista saludó a las personas que esperaban su salida de la prisión después de un mes. La primera acción del astro fue acercarse a un fanático vestido con la camiseta del Milan, uno de los antiguos equipos del ganador del Balón de Oro.
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Ronaldinho, entonces, procedió a firmar la camiseta del Gremio de Porto Alegre, donde debutó profesionalmente, entregada por el hincha que estaba expectante por ver al campeón del mundo.
‘Dinho’, de buen semblante, bajó los escalones y fue bombardeado con preguntas. El ex volante del Barcelona solo dedicó un mensaje a sus hinchas en todo el planeta: “Gracias a todos por sus oraciones”.
Luego de la corta declaración al paso, el brasileño ingresó al patrullero que le esperaba para dirigirse al Hotel Palmaroga, donde cumplirá la prisión domiciliaria dictada este martes por el juez paraguayo Gustavo Amarilla.
Solo uno minutos después, por la cercanía entre la cárcel y el hotel, Ronaldinho bajó del vehículo y también fue asediado por un grupo de reportes que esperaron más reacciones del astro.
Sin embargo, el ex jugador guardó silencio e ingresó. Adentro, ‘Dinho’ fue sometido a algunas pruebas para descartar un posible contagio por COVID-19. El brasileño y su hermano disponen de una habitación cada uno en ese hotel, donde estarán sometidos a una custodia policial y con la prohibición de salir de Paraguay.
El tiempo máximo de la prevención preventiva en Paraguay es de seis meses, si bien no se descarta que el caso de algún otro giro favorable para los dos hermanos.
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