Por: Fernando ‘Vocha’ Dávila
Entró al fútbol por un apelativo y se ganó un lugar con goles. Esta es la historia de un muchacho nacido en el puerto, se hizo futbolista en La Victoria y llegó a defender la camiseta peruana. Roberto Holsen marcó más de cien goles como profesional y hoy forma pequeños que sueñan mientras corren tras una pelota.
¿El momento más extraño que viviste en el fútbol?
En Chiclayo, el día que (Luis) ‘Cuto’ Guadalupe se creyó Usain Bolt.
¿Cómo fue?
Estábamos paseando y vio un auto Tico...
¿Qué hizo?
Retó al chofer a que le ganaba en llegar a la esquina.
¿Y cómo terminó?
Se alistó, prendió el carro, iban parejos unos metros y hasta ahorita lo está alcanzando, ja, ja, ja.
¿Por qué ‘Chispita’?
Me lo pusieron en mi barrio de Tarapacá, en el Callao. Andaba con un tío que le decían ‘Meteoro’ y el dibujo animado tenía un hermano menor que se llamaba así.
Llegas al fútbol profesional con los colores de Alianza Lima...
Claro, el utilero era el ‘Lobito’ (Mario Rojas).
¿Era bravo?
Te hacía pagar derecho de piso.
¿Por ejemplo?
Llegaba cuarentincinco minutos antes de los entrenamientos.
¿De frente a cambiarte?
Él no te daba la ropa, esperaba que llegaran los más grandes para recién alcanzarte el uniforme.
Era jodido...
A todos les daba sus implementos en una canasta.
¿Y a ti?
En la mano.
¿Otra de esos tiempos?
Había llegado como refuerzo el argentino Pedro Monzón.
El que jugó por Argentina en el Mundial de Italia 90...
Claro. Hicimos un partido de práctica y me lo llevé...
¿Te levantó?
Me cogoteó y tuvieron que meterse ‘Kanko’ Rodríguez, Waldir Sáenz y los mayores para que me suelte y no me pegue, ja, ja, ja.
¿Tuviste ‘padrinos’?
Antes debías esperar que se bañen los mayores para recién entrar a la ducha.
Era por respeto...
Obvio. Yo y otros juveniles nos quedábamos entrenando tiros libres con César Cueto.
¡Tremendo lujo!
Y después nos llevaba a la avenida Abtao, por la tribuna oriente, y nos invitaba a comer cebiche. A esa edad, que el ‘Poeta’ te engría era lo máximo.
¿Una travesura?
Estaba en el equipo de reservas y jugaba por ‘Bella Esperanza’. Para esos partidos, el utilero me daba los chimpunes de ‘Kanko’ (Rodríguez) sin avisarle para que pueda jugar cómodo.
¿Te quedaban bien?
Claro, si ambos teníamos tremendos juanetazos...
¿El más ganador con las chicas?
Martín Hidalgo, todo un personaje, un verdadero metrosexual.
¿Un momento feliz que te hicieron vivir los hinchas?
No fue en Lima, sino en Cusco. Un taxista no me quiso cobrar, porque dijo que cuando jugué en Alianza le había regalado la alegría de un campeonato.
Estás instalado en la ‘Ciudad imperial’...
Tengo mi propio proyecto de escuela de fútbol llamada ‘Golsen’.
En menores, muchos buscan salvarse con sus hijos.
Ese es el problema. A esa edad solo deben disfrutar y formar a las personas del futuro.
Gracias por estas revelaciones...
A ustedes por acordarse de mi persona. Un gran abrazo a los lectores de ‘Trome’.