Semanas de críticas y duros cuestionamientos parecen ir llegando a su fin y, lo mejor que es con goles. James Rodríguez se sacó la bronca que llevaba dentro cuando anotó el segundo tanto del Real Madrid frente al Athletic Bilbao, dándole la tranquilidad que necesitaba el equipo blanco.
Era un partido pareja con un 1-1 muy peleado donde el Real Madrid se había puesto en ventaja, pero que el Athletic Bilbao lo empató tras un error de Varane, por lo que las acciones se complicaron para el equipo de Zinedine Zidane.
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Y cuando las cosas se tornaban más negras para el Real Madrid, apareció el colombiano, James Rodríguez, para callar a sus críticos, para intentas empezar a escribir una mejor historia.
James Rodríguez recibió el balón en tres cuartos de cancha del Athletic Bilbao y tras hacer una diagonal dejando en el camino a un rival, disparó fuerte y esquinado para que el balón se colara en el ángulo inferior derecho del arquero. Un verdadero GO-La-ZO.
La celebración de James Rodríguez fue eufórica. Gritó su rabia y se desahogó. Los compañeros lo abrazaban y el colombiano parecía querer empezar una nueva historia.
Semanas de críticas y duros cuestionamientos parecen ir llegando a su fin y, lo mejor que es con goles. James Rodríguez se sacó la bronca que llevaba dentro cuando anotó el segundo tanto del Real Madrid frente al Athletic Bilbao, dándole la tranquilidad que necesitaba el equipo blanco.
Era un partido pareja con un 1-1 muy peleado donde el Real Madrid se había puesto en ventaja, pero que el Athletic Bilbao lo empató tras un error de Varane, por lo que las acciones se complicaron para el equipo de Zinedine Zidane.
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Y cuando las cosas se tornaban más negras para el Real Madrid, apareció el colombiano, James Rodríguez, para callar a sus críticos, para intentas empezar a escribir una mejor historia.
James Rodríguez recibió el balón en tres cuartos de cancha del Athletic Bilbao y tras hacer una diagonal dejando en el camino a un rival, disparó fuerte y esquinado para que el balón se colara en el ángulo inferior derecho del arquero. Un verdadero GO-La-ZO.
La celebración de James Rodríguez fue eufórica. Gritó su rabia y se desahogó. Los compañeros lo abrazaban y el colombiano parecía querer empezar una nueva historia.