Carlos Sangama ha surcado obstáculos duros dentro y fuera de las pistas atléticas. A los 11 años perdió su brazo izquierdo en un accidente con una máquina desgranadora, truncando así muchos sueños y teniendo que adaptarse a un nuevo estilo de vida. Pese a ello, se sobrepuso y, años después, encontró en el para atletismo el motor para llegar lejos. Tiene una corta carrera en el deporte, pero ello no lo priva de soñar en grande de cara a los Juegos Paralímpicos Tokio 2020, cita a la cual clasificó para la prueba de maratón.
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Trome conversó con Sangama, quien formará parte de la mayor delegación de Perú en unos Juegos Paralímpicos -cuya edición de Tokio 2020 iniciará el martes 24 de agosto-. A continuación puedes conocer los detalles de la preparación del para atleta y sus aspiraciones para la cita paralímpica.
¿Cómo va su preparación para los Paralímpicos Tokio 2020?
Netamente estamos haciendo la planificación. Sabemos bien que para Tokio uno de los factores importantes en el tema de maratón es la aclimitación. La temperatura allá es bastante alta. La actividad que estamos haciendo es planificar un entrenamiento en la Selva por unos días. En Huancayo, hacemos los entrenamientos a mediodía.
¿Intensificará los entrenamientos en las semanas previas al certamen?
Ahora lo que estamos haciendo es subir la intensidad. Faltando quince días es cuando ya se baja la carga. En el tema de maratón funciona así. Faltando 15 día hacemos tema de descarga, fisioterapia y tema de masajes para llegar de una mejor manera.
El conteo regresivo para los Juegos Paralímpicos empezó. ¿Qué sensaciones le deja el haber clasificado a este magno evento?
Siento felicidad de poder cumplir una de las metas. Se ha trabajado bastante tiempo, este deporte lo vengo haciendo 4 años . Valió la pena. La marca la hicimos en el 2019 y hace poco nos confirmaron la clasificación para Tokio. Para mí es uno de los más altos competir contra los mejores del mundo en unos Juegos Paralímpicos.
El tema psicológico es un aspecto clave para esta clase de evento, sobre todo el saber manejar la carga y presión. ¿Hay un trabajo especial en este aspecto?
Trabajamos 40% el tema físico y el 60% el tema mental. Ahora mismo estamos trabajando con un psicólogo y nos ayuda en aguantar la carga, ya que hay días en los que hay una carga elevada, en donde entra a tallar su trabajo. Nos dicen que nos acordemos de cómo hemos empezado o quién nos motiva para acabar la carrera.
¿Y cuál es su motivación en la recta final?
Siempre estoy motivada por mi hija, la cual en algún momento cuando crezca dirá ‘ese es mi papá’. Al escucharla es lo que me motiva, no solo al terminar el entrenamiento o la carrera, sino que el pensar que va a crecer y dirá ‘ese es mi papá’. Eso es lo que me motiva.
Hablando sobre la presión, siempre aparecen las voces que piden medalla sin saber qué hay detrás.
Dentro del proceso está tu familia, el tema de alimentación, de fisioterapia, psicológico. Es bastante grande, pero lamentablemente no lo nombramos, pero están allí. Sobre todo la ayuda de la empresa, no solo es ayuda del IPD. Hay empresas que se han ido durante esta pandemia y otras que han venido. Por ejemplo, agradezco a Torito de Oro que se ha sumado a mi carrera deportiva y me ha permitido estar más tranquilo para lo que se viene.
Obtuvo su marca clasificatoria en el 2019. Luego llegó la cuarentena que, imagino, le afectó a nivel físico. ¿Siente que ya recuperó el nivel que tenía hace dos años?
Eso me ha costado bastante porque fueron cuatro meses terribles (de cuarentena en el 2020), cada día perdía el estado físico. Ahora ya estoy al 100%. No tengo ninguna lesión, le estamos dando al 100% al tema del entrenamiento, creo que para esa fecha vamos a llegar en buenas condiciones. Además, uno de los factores es el tema del clima y eso ya lo estamos poniendo en práctica. Creo que si vamos a hacer un buen rol en este certamen. Voy a dar mi 110%. No soy de prometer medallas, pero sí voy a dar mi 110%, pero si Dios quiere ojalá pueda obtener una presea que sería muy bonito para el país.
¿Le acompañará su familia a Tokio como parte de su motivación?
Nos han comentando que máximo podemos estar 7 días. Ni bien compites te permite quedarte un día y regresarte. Pero, ¿quién no quisiera tener que ir con su familia? Lamentablemente, no se va a poder dar. Me tengo que mentalizar, ir dibujándolo al momento de la competencia.
Su vida ha sido una maratón larga. Dando un vistazo muchos años atrás, ¿Se imaginaba compitiendo en unos Paralímpicos de niño?
En verdad, no. De niño siempre quería ser futbolista, pero gracias a Dios se me abrió esta alternativa. Yo tengo profesión como administración de negocios internacionales, pero estoy agradecido con el atletismo. Me ha cambiado la vida y me ha enseñado a vivir la vida de otra manera. Conozco otros países, soy de las personas más solidarias, más humildes. Aprendí a ser más responsable, más persistente.
Para cerrar, eso le dejó el paraatletismo a usted. ¿Y qué le quisiera dejar a su hija?
De que todo se puede lograr en la vida. Que si uno se propone algo lo puede hacer. Que cuando crezca pueda decir ‘ese es mi papá’, que diga que he podido cumplir uno de mis sueños más grandes de estar en unos Juegos Paralímpicos. Y, si Dios quiere, darle una medalla a mi país. No hay favoritos en la maratón, vamos a correr con una estrategia. Hasta yo mismo me siento favorito. En una maratón sabemos que todo pueda pasar y nada, eso es todo lo que quisiera dejarle a mi hija.