La hípica se ha convertido en uno de los pocos deportes de carácter olímpico en el que todo el mundo, sin importar si es que sea hombre o mujer, se compite en igualdad de condiciones. No obstante, este es un deporte muy antiguo, ya que humanos y caballos mantienen una relación de hace siglos, por lo que es fácil adivinar que esta paridad no siempre ha existido. De hecho, son muchos los países en los que las mujeres han tenido prohibido competir hasta no hace tanto tiempo. Por suerte, la situación está cambiando, y ya son muchas las barreras que se han roto, aunque las mujeres jockey todavía han de lidiar con numerosas dificultades a la hora de desarrollar una carrera deportiva exitosa.
La presencia de mujeres aumenta en los hipódromos
La hípica es una disciplina que goza de gran popularidad. Los seguidores que siguen cada carrera de caballos se cuentan por millones, y las casas de apuestas, en todas sus modalidades, no quitan el ojo de encima al mundo de los caballos. Este sector, que crece de forma online, es capaz de brindar todo tipo de bonos, y un ejemplo lo encontramos en Te Apuesto y sus bonos de bienvenida. Sí, estas casas cuentan con numerosos mercados relacionados con la hípica, lo que demuestra el interés que despierta.
Por supuesto, la propia naturaleza del deporte ha hecho posible que la igualdad crezca, aunque eso no quiere decir que las mujeres lo hayan tenido fácil. A pesar de dichas dificultades, el número de mujeres dispuestas a competir ha aumentado y, en ciertos hipódromos, se han llegado a dar situaciones en las que el número de mujeres supera al de jockeys masculinos.
En la actualidad, las mujeres ya compiten junto a los hombres y han demostrado, en muchas ocasiones, ser excelentes corredoras. Hay verdaderas campeonas con un palmarés impresionante, lo que ha revertido, en gran medida, los prejuicios que existían en este aspecto. Además, la presencia femenina en el mundo de la hípica se ha extendido más allá. Por eso, por ejemplo, ahora también hay más mozas de cuadra. La evolución de las condiciones de trabajo, y un importante cambio de mentalidad, son factores determinantes al respecto.
Las pioneras en un mundo de hombres
Mucho se ha tenido que luchar para llegar al momento en el que nos encontramos ahora, y son varios los nombres que han hecho historia. Campeonas como Julie Krone o Michelle Payne son ejemplos claros, ya que demostraron que podían competir en igualdad de condiciones. Y otras, como Marina Lezcano o Penny Ann Early, fueron verdaderas pioneras y lucharon para hacerse un hueco en un mundo dominado por los hombres.
En Perú contamos con la figura de Yolanda Bar, que se convirtió, en 1973, en la primera mujer peruana en convertirse en jocketa. Bar tuvo que enfrentarse al rechazo de la profesión y de la sociedad, pero nada de eso la detuvo. De ese modo, terminó corriendo junto a algunos de los mejores jockeys de su época y logró numerosas victorias, lo que le permitió ganarse el respeto y la admiración en todo el mundo.
Las carreras de caballos han evolucionado en muchos aspectos, aunque el más relevante es el de la igualdad de género. Después de todo, el núcleo de la disciplina no es la fuerza, sino la conexión entre humano y caballo. Y algo tan puro, por supuesto, no entiende de prejuicios.