Bien dicen los psicólogos que ‘lo físico es reflejo de su estado anímico’. Ayer despertó y sorprendió a todos. Llegó hasta la Videna con los rumores de que no sería de la partida ante Venezuela, el próximo 24 de marzo por las . Escuchó lo que había trascendido: que Beto da Silva sería la principal alternativa para reemplazarlo.

Claro, porque Jefferson Farfán no daba signos de una completa recuperación a la operación de su tobillo izquierdo. Pero eso fue hasta el miércoles, ya que el jueves otro era el panorama. Corrió al borde del campo de juego y pidió trabajar con pelota. Empezó con remates de derecha, apoyando su otro pie sin problemas.

Así Jefferson Farfán estuvo por varios minutos y luego la prueba de fuego. Que ejecute disparos con la pierna lastimada. Y lo hizo sin dolor. Soltando un grito de satisfacción cada vez que le ‘pegaba’ al balón y, cual palomilla de barrio, se lo llevó para driblear a ‘Los alemanes de Bielsa’, muñecos inflables que hoy están como herramienta de trabajo en la Videna.

Además, Jefferson Farfán le aplicó literalmente un ‘cabezazo’ a uno de ellos. Y para sumar más momentos agradables, el seleccionador Ricardo Gareca se acercó a darle un apretón de manos, como símbolo de que está casi listo para alinearlo ante la ‘Vinotinto’.

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