Daniel Peredo habló de fútbol y su familia. (A. Quintana)
Daniel Peredo

‘¡Ganamos, ganamos, ganamos! ¡Era hoy, Ramón (Quiroga), te dije! ¡Siempre hay una primera vez! ¡Gloria al Perú en las alturas! ¡Perú ha roto esa racha de que no puede ganar en Quito! ¡Ha ganado bien!’, grita desaforadamente en una cabina del estadio Atahualpa de Quito. . Su voz le ha puesto palabras a nuestras emociones durante los últimos años y ahora que soñamos con ir al Mundial, no nos cansamos de oírlo una y otra vez. , analizando fútbol en la TV, en un comercial o hasta actuando en una película. Y es que con el ‘Cabezón’ estamos seguros de que ‘un gol más va a haber’.

¿Los de Quito han sido que te ha tocado narrar?
Hasta ahora sí y espero que no quede en eso. Si me das a elegir, prefiero relatar el gol que nos lleve al Mundial, que uno de Perú en una Copa del Mundo. Aunque lo ideal sería los dos.

¿Llegar a Rusia 2018 será acabar con tanta frustración contenida?
Lo que viví al final en Quito era eso. Todo un desfogue, una descarga. Tengo entendido que han llorado todos los jugadores. Ojalá que se recuerde como parte de una campaña que nos llevó al Mundial y no solo de un partido.

¿Y terminate muy emocionado?
Sí, es que te desgastas mentalmente y dije lo que me salió. Además, veía cosas que no te muestra la televisión. Por ejemplo, los de la banca de suplentes no miraban el partido los últimos minutos, sino a la tribuna.

¿Te escuchaste después?
Me da roche oírme, pero agradezco a la gente que es muy generosa conmigo, pese a que no tengo una gran voz. Cuando llegué al hotel vi gente con sus teléfonos escuchando los relatos y comprando pasajes para Buenos Aires.

¿Lloraste después?
Cuando terminó mi trabajo, subí a mi habitación, abrí la puerta, caminé a un sillón, me senté y he llorado tres minutos como un niño sin parar. Absolutamente solo y sin pensar en nada. Luego me calmé, me metí a la ducha y subí al avión de retorno.

¿Y en casa te descargaste también con tu familia?
Llegué a las 3 de la mañana y mis hijas ya estaban dormidas, pero yo no pude cerrar los ojos. A las 7 en punto ya estaba despierto.

¿Habías ensayado algo?
No. Fue algo espontáneo. Si pudiera prepararlo, no lo haría con gallos. Grito el gol como si estuviera en la casa con mis ‘patas’ y de repente eso la gente lo valora.

¿Como los ‘huevos de Vargas’?
Sí, ya van a pasar 10 años y el pueblo todavía lo recuerda. Y Fano me sigue reclamando que el tanto fue suyo.

¿Sueñas con otra inspiración que quede en la historia el 5 de octubre en Argentina?
No pienso en eso.

¿Y tus frases clásicas las escribes antes?
Me gusta leer algunos libros de fútbol donde puedo encontrar cosas que puedo adaptar al momento de la transmisión. Pero no las escribo, prefiero dejar que el partido me lleve por su camino.

¿Qué relatores te gustaban de niño?
Humberto Martínez Morosini y Luis Ángel Pinasco eran los referentes de esa época. ‘HMM’ vivía un poco más el juego y ‘Rulito’ era extraordinario animando el juego.

¿Cómo llegaste a coger el micrófono?
Se dieron muchas cosas. Una vez, cuando hacía prensa escrita con los que ahora están en Trome, el ‘Negro’ Navarro y su padre me dieron 10 minutos en una Copa Perú. Luego, en ‘Goles en Acción’, lo hacía cuando faltaba uno, hasta que en el 2002 pasé un casting para el Mundial en ATV porque ya no había sitio para otro comentarista.

¿Cómo toman los jugadores tu chamba?
Les importa bastante, para bien o para mal. Me he encontrado con muchos que me han dicho: ‘Me hubiese gustado que narraras mi gol’ o también hay otros que se han molestado por lo que comenté. Paolo una vez declaró al aire: ‘Peredo no me quiere’.

¿Hubo ‘reconciliación’ con Guerrero?
No, hay una relación muy respetuosa y nos saludamos. No es de los que me va a hacer una broma como el otro día en el avión, que me hicieron bailar. Los que me jodieron fueron Advíncula, Penny y Tapia, que tuvo la raza de decirme ‘Cabezón’.

Hay mucha gente que no comparte tu cercanía con los futbolistas.
Estoy seguro de que mi relación con ellos, los técnicos y mi amor por la selección no me quitan capacidad de análisis ni de crítica. Así como salté con Cueva y Advíncula, en otro momento se me acercó Cáceda: ‘Me mataste toda la semana’.

SU FAMILIA
Tienes dos hijas, ¿buscarás el varón?

No, ya no. Estoy feliz con mis dos niñas. A la mayor, Fátima, ya le comienza a llamar la atención el fútbol, básicamente por lo que le comentan sus amigos en el salón.

¿Soñabas con un hijo pelotero?
No, ni soñaba con serlo. Acepto las cosas como son, sí agradezco poder trabajar en algo que me ha apasionado toda la vida, porque mis recuerdos de niñez son jugando, llenando un álbum, revisando alineaciones. Nunca con carritos.

¿Cómo es la vida en casa con tres mujeres?
Trato de no llevar el trabajo. Cuando llego a mi hogar, 11:30 de la noche, ya mi familia está durmiendo y es mucho más tranquilo.

¿Con tu esposa hablas de fútbol?
No, en mi casa soy otro. Tengo que conversar de tareas, de matemáticas, de la catequesis.

¿Has llevado a tu señora a un estadio como una cita?
No. Y cuando salgo de vacaciones, trato de desconectarme totalmente. Me gusta ir a la playa.

¿Narrar un gol de Perú o meter uno en una pichanga?
Narrarlo, mil veces. Es una sensación vinculada a muchas cosas, al fútbol, a tu país.

¿Jugarlo o comentarlo?
Seguirlo. Lo juego desde chico, en categorías menores y ahora en máster, pero siempre lo mío ha estado más en verlo.

¿Qué tal la experiencia de actuar en ‘Once machos’?
Algo único, tal vez irrepetible. Una situación distinta, diferente. Lo que más me había acercado a la actuación había sido filmando algunos comerciales.

¿Cómo te convencieron?
Yo dije en y me llamó Aldo (Miyashiro), ja, ja, ja.

¿Tienes una vena cómica?
Es por mi forma de ser, mi personalidad. Mi viejo era muy alegre, bromista, de esos chiclayanos tradicionales, y de repente me sale alguna.

¿Cómo te sentiste al verte en la pantalla grande?
Raro, pero una experiencia rica. Considero que a mi carrera le falta mucho camino y todo lo que pueda hacer para enriquecerla, sumar y seguir aprendiendo, es bienvenido.

Gracias, Daniel, por estar otra vez con el diario. ¿Qué estarás haciendo el 11 de octubre?
Espero estar ronco. Creo que Perú no debe modificar nada de lo que ha hecho hasta ahora. Debe seguir siendo el mismo grupo y no desubicarse, porque no somos un equipo brillante. No nos sobra nada.

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