Cuando terminaba febrero del 2015, Ricardo Gareca contempló un sobre con documentos en la mesa de su hogar en Argentina. La Federación de Fútbol de Costa Rica le acababa de enviar un contrato por toda las Eliminatorias hasta el 2018. Jugoso sueldo, buena logística y un equipo que llegó a cuartos de final en Brasil 2014. El DT toma su lapicero y se dispone a firmar. Justo suena el teléfono. Es Juan Carlos Oblitas, desde Perú: “Ricardo, ven a trabajar con nosotros. Aquí hay un reto duro, pero puedes entrar a la historia”. Gareca va a su cuarto, toma otro sobre parecido al anterior. Es el contrato de la Federación Peruana de Fútbol, con sueldo menor y un equipo que no va al Mundial hace más de 30 años. El 2 de marzo de ese año era presentado en la Videna.
En la primera reunión, ya como técnico de la Bicolor, los directivos de la Federación le dieron el primer respaldo: “No importa si es el mejor jugador del mundo o el más desconocido, tienes carta libre para sacar o poner a quien quieras”. Después del tercer lugar en la Copa América de Chile, llegaron dos derrotas en el inicio de las Eliminatorias (Colombia y Chile) y las primeras indisciplinas. “El ‘ampay’ a Carrillo en una discoteca (noviembre) fue algo que molestó muchísimo a Gareca. Se dio cuenta de que su mensaje no calaba en el grupo”, comentó una fuente. Después de empatar en casa con Venezuela y perder en Uruguay, llegó la Copa América Centenario en Estados Unidos. Fue el pretexto perfecto para ‘borrar’ a algunos jugadores y que aparezcan otros.
De regreso a Lima y en el reinicio de las Eliminatorias, Gareca, con un nuevo grupo, ordenó que apenas los ‘extranjeros’ pisen el aeropuerto Jorge Chávez, sean llevados de inmediato a la Videna. Los jugadores dejaron de aparecer en programas de espectáculos. Las indisciplinas disminuyeron. El plantel se unió. Y ese mismo plantel cargó en hombros a Gareca en el vestuario, después de obtener el pase a Rusia 2018. El cabello de Gareca sigue largo -como siempre- pero quizá con más canas, sabiéndose que desde ahora será inmortal en el fútbol peruano, algo que no hubiera logrado si firmaba por Costa Rica.
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