POR FERNANDO ‘EL VOCHA’ DÁVILA
La ‘Pepa’ es de esos personajes que el fútbol siempre nos va a regalar. Pertenece al grupo de los elegidos que nacieron con la estrella del carisma. El argentino-peruano Horacio Raúl Baldessari fue un goleador de aquellos y siempre tiene una nueva historia por revelar...
¿Desde qué edad fumas?
Empecé a los 13 años. Mis padres lo hacían, mis hermanos también.
¿Ningún técnico te lo quitó?
Uno lo usó de cábala.
¿En serio?
Jugaba en Racing de Córdoba y el entrenador era ‘Coco’ Basile.
¿Qué hizo?
Un domingo en la mañana, después del desayuno, salí del hotel y me fui a prender un pucho.
¿Te vio?
Recién encendido se apareció, puse mis manos atrás, traté de apagarlo.
¿Se dio cuenta?
Me miró y advirtió: ‘Pibe, se va a quemar’. Lo bueno vino después...
¿Por qué?
Esa tarde ganamos y a la siguiente fecha, cuando acabamos de desayunar, me preguntó: ‘¿Ya saliste a fumar tu cigarrillo?’. Ja, ja, ja.
¿La mejor charla técnica?
En Municipal tuve de entrenador a Ramón Quiroga. Un día, antes del partido, nos habló: ‘Hoy enfrentamos al Atlético Lisiados Unidos...’ Dibujaba al arquero rival sin manos, a un defensa sin una pierna...
¿El peor?
El brasileño Amaral. Hablaba 50 minutos haciendo garabatos en un papel y era tan aburrido que un día me quedé dormido.
¿El compañero más jodido?
Julio César Antón. Aprendió a tomar mate conmigo, después pedía que le invite todo el día, hasta que lo obligué a que aprenda a preparar.
¿Fregaba mucho?
Bajaba a recepción, llamaba a los cuartos y fingía que era periodista de una radio y preguntaba y preguntaba, hasta se despedía muy correcto.
¿Y luego?
Bajábamos todos a almorzar y por el equipo de sonido del comedor se escuchaba toda la grabación de la entrevista que habíamos dado creyendo que había sido con un reportero de verdad.
¿Alguna vez sentiste miedo en una cancha?
Con Cristal cuando llegamos al ‘Lolo Fernández’ a enfrentar a la ‘U’.
¿Qué ocurrió?
La ‘Trinchera’ estaba furiosa y al terminar el primer tiempo, camino al camarín que era justo para el lado de la hinchada crema, empecé a caminar y me cayó entre las piernas un tornillo grandote, de esos que sirven para ajustar los rieles del tren.
¿Te recuperaste?
Como pude me puse de pie, seguí avanzando y un gordo, por el alambrado que es pegadito a la cancha, metió un palo de escoba en punta. Me hincó, pero pude quitarle su arma.
¿Lo atacaste?
Por la panza le metí el palo y le rebotó.
¿Te metiste a tu vestuario?
Sí. Le grité a mis compañeros: ‘¡Si acá no ponemos huevos, no salimos vivos!’.
¿Fue el campo más complicado que pisaste?
A nivel profesional. En Copa Perú he visto cosas increíbles.
Dime una...
En 2007 dirigía al Juan Aurich y nos tocó ir a Tarapoto. Estábamos en etapas finales...
¿Qué pasó?
Ganábamos y sobre el final nos cobran un penal en contra. Era injusto y mis jugadores se fueron encima del árbitro.
¿Qué hiciste?
Me metí a calmar a los muchachos y cuando ya estaba todo tranquilo, el réferi me dice: ‘Dile a tu arquero que se quede parado, que no ataje. No sabes la cantidad de armas que tienen para matarnos si no hacen el empate’.
¿Volverás a dirigir?
Regreso con el ‘Ciclón’ en la Segunda División. Los dirigentes Oscar Cárpena y Cesaro Raffo me han dado esa responsabilidad y no pienso defraudarlos.
Bienvenido al mundo del balompié...
Al ‘Trome’, como siempre, darle gracias infinitas y al pueblo de Chiclayo prometerles que daré todo de mi por regresar a Primera.