En los momentos duros es bueno aferrarse a los afectos familiares. Los que siempre están contigo en las buenas y las malas. Paolo Guerrero llegó ayer a la Videna acompañado de uno de sus hijos, que le ‘robó’ sonrisas y le dio ánimo para entrenar y superar el dolor de la derrota con Bolivia.
Paolo Guerrero lo llevó de la mano antes de trabajar, le entregó su celular para que juegue y lo ubicó en la tribuna. Sus compañeros y parte del comando técnico también se animaron con la presencia de ‘Paolito’, como llaman al retoño del delantero.
Cuando había que rehidratarse, Paolo Guerrero observaba a su pequeño, le daba una caricia y seguía trabajando. Hasta el DT Ricardo Gareca se animó a tener una breve charla con el niño.
Es que un día después de la caída con Bolivia, Paolo Guerrero venía muy bien encontrar un pretexto para sonreír y ser feliz.
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