Bludenz, Austria.- Solo él puede desatar tumultos. Solo él puede pedir que se ordenen y calmar la histeria. Paolo Guerrero cumplió su segundo día entrenando con la selección y una vez culminada la práctica, se permitió el ingreso de los hinchas.
Allí Paolo Guerrero se convirtió en un gigantesco imán. Los fanáticos fueron en busca del capitán y no solo le alcanzaron camisetas para que las firme, también le pidieron ‘selfies’ y hasta le entregaron regalos para motivarlo en el Mundial 2018.
Paolo Guerrero respondió algunas preguntas de los fanáticos, pero evitó declarar a la prensa. La gente intentó abrazarlo, lo tocaban del hombro, algunas palmaditas de aliento y le agradecieron por la clasificación al Mundial.
"Eres un guerrero de verdad”, le dijo un hincha. “Gracias por este momento”, le replicó otro. Hasta jóvenes austriacos que llegaron a ver el entrenamiento se le acercaron para llevarse un recuerdo de Paolo Guerrero.
Después de tanta euforia, tuvo que intervenir el cuerpo de seguridad para poder sacarlo del enjambre de compatriotas que lo querían para toda la vida.
(José 'Huachano' Lara)