Minuto 75. Tiro libre para Perú. Sector derecho. La pelota ahora solo tiene un dueño. Christian Cueva ya no está en la cancha, así que nadie se anima a quitarle la pelota a Paolo Guerrero. Se alejan respetuosamente y lo dejan solo frente al balón. 30 metros de distancia. Sensación de gol. Se ha convertido en un especialista.
Rodrigo Rojas había derribado a Miguel Trauco y Paolo Guerrero sabía ya que esa era su oportunidad de romper el cerrojo guaraní. Este año ya había comenzado a practicar esos lanzamientos con mayor insistencia en Flamengo y ganó confianza cuando la clavó en el clásico contra Fluminense en marzo pasado.
Otra vez miró fijamente al arco y el esférico. Paolo Guerrero calculó la fuerza con la que debía pegarle y volvió a acariciarla con la derecha, la pelota se desvió levemente en la barrera paraguaya y se metió en un ángulo inalcanzable para Roberto Fernández. En la tribuna aplaudía el gran Teófilo Cubillas, uno que de esto sabe.
“Fue un golazo. La verdad, lo venía trabajando desde hace mucho tiempo. Lo importante es que sirvió para ganar”, señaló Paolo Guerrero mientras abandonaba la cancha del ‘Mansiche’. Lamentablemente no lo tendremos ante Bolivia, pero que siga practicando porque una oportunidad más va a tener.
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