Por: Fernando ‘Vocha’ Dávila
El barrio de Los Pilares tiene un hijo ilustre: Óscar Arizaga. Nacido en el Callao, estudió en el ‘2 de Mayo’ y de su mano, el Atlético Chalaco clasificó por primera y única vez a la Copa Libertadores. Fue llamado para el Mundial de España 1982 y allí inscribió su nombre en la historia.
Por supuesto, ¡para qué voy a salir!
Estoy recontramisio, no tengo nada que hacer en la vía pública.
Cuarentinueve días concentrado en la gira a los tres continentes con ‘Tim’ (técnico de la selección).
Allí se conoció quién era quien.
Es que José Velásquez se creía presidente de Uganda.
Sí. En la mesa no sabía comportarse...
Se creía árabe. Después de almorzar, eructaba delante de sus compañeros de mesa.
Chapaban la servilleta que te dan para las manos y se secaban el sudor.
Por supuesto, mi papá me había enseñado.
Agarro el pollo con la mano y lo desaparezco.
Solo me supera en billete y por agrandado.¡Guarda ahí...!Él es de Barrios Altos, donde lo más conocido es ‘5 Esquinas’, pero en el Callao está el ritmo. Que no hable más.
Los dos disputan la camiseta ‘10’ en la historia de nuestro fútbol, pero como persona, sin discusión, el ‘Diamante’ de lejos.
El ‘Verdugo de La Bombonera’.
Mi primera convocatoria fue en 1980 para jugar ante Uruguay, celebrando los 50 años que cumplía el estadio ‘Centenario’...
Empecé a meter tabazos y se me acercó ‘Cachito’ (Oswaldo Ramírez) y me dijo: ‘Oye, acá no vas a venir a jugar como en tu equipo...’.
Le respondí: ‘Vete de acá que ahorita les saco la c... de su m... a ti y a todos estos de celeste’. Se fue calladito.
Percy ‘Trucha’ Rojas. Era de fierro. Le pegabas y seguía para adelante.
Juan Carlos Oblitas, muy rápido. Como no lo podía parar, en un mano a mano me olvidé de sus piernas y de la pelota, y le metí los dedos a los ojos. Sus lentes de contacto salieron volando.
Con mi equipo (Atlético Chalaco) jugamos la Libertadores y concentramos en un hotel del centro de Buenos Aires...
Llegó la cantante Raffaella Carrá y sus bailarines...
Esa noche, después de cenar, encontramos en el lobby a los muchachos (bailarines) de la cantante. Vieron a mis compañeros, estaban emocionados y les hacían ojitos...
Marcaba la situación. Cuando se juntaron todos, los italianos se emocionaron y pidieron dos botellas de whisky. Aproveché que estaban entretenidos y me llevé el trago a mi cuarto.
Es ropa italiana, tengo varios ternos, pero solo me disfrazo en ocasiones especiales
Mi cumpleaños, el de mi viejita o cuando viene el ‘Trome’ a entrevistarme. Gracias al diario por acordarse de nosotros.
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