Novak Djokovic ha conseguido cobrarse una de las revanchas más importantes de su carrera, pues luego de pasar un año donde fue deportado tras su llegada a Melbourne, ahora ha podido ser aplaudido como el más grande y levantar sobre sus hombros, por décima vez, el Norman Brookes, trofeo que lo corona como el campeón de Open de Australia tras vencer en la final a Stefanos Tsitsipas.
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El serbio empieza el año dándole el alcance a Rafael Nadal,en su récord de 22 ‘Grand Slam’ y con un año menos, además de varios problemas físicos y la gran rivalidad entre ambos estaría en el Roland Garros, donde el balear tiene 14 títulos.
Novak Djokovic no tuvo problemas para imponerse sobre Stefanos Tsitsipas con parciales 6-3, 7-6(4) y 7-6(5). Sobre el final el serbio no pudo contener la lágrimas y fue arropado por los aplausos de público que le quitó el cartel de ‘chico malo’ de la película.
Con el papel de chico bueno en la final, el ahora campeón por decima vez, no se dejó perturbar por algunos ruidos en el Melbourn Park. Estuvo intocable en su saque solo cedió cinco puto a Tsitsipas en el segundo set.
Con este resultado Novak Djokovic iniciará la semana como líder ATP, con 340 puntos que lo ponen delante de Carlos Alcaraz. El serbio tuvo una secuencia de 37 victorias en los últimos 38 partidos disputados y recuperará el número uno que perdió el 13 de junio de 2022.
El padre de Djokovic no quiso robarse el show en la final, ni se presión para ‘Nole’, quien dejó el vendaje en el muslo izquierdo y solo lució un kinesiotape lo que evidenció su mejora física.
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Los festejos fueron alocados para Djokovic, corrió hasta donde estaba su familia y sus preparadores, trepó la barda y agitó los brazos en señal de victoria, luego se desbordó en emoción y rompió en llanto junto a sus allegados.
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