Los chicos reality están de moda, de eso no cabe duda. Son los protagonistas de los programas más vistos de la televisión. El fenómeno tiene varios años y aún no se ve un ocaso en el horizonte. Nicola Porcella, Angie Arizaga, Mario Hart, Michelle Soifer y demás personajes cuentan con tanto arraigo que hasta tienen club de fans, y en las redes sociales se arman verdaderas guerras sin cuartel si de defenderlos de sus críticos se trata.
No obstante, aunque para sus seguidores son casi dioses, ellos son humanos, tienen penas y alegrías, logros y frustraciones. Y, como tú o como yo, también tienen un pasado, una historia, unas huellas del camino que han hecho al andar. Nicola Porcella, por ejemplo.
Nicola Porcella, el más admirado y querido de todos los muchachos de estos programas, que se bate de lunes a viernes en Esto es Guerra, quiso ser futbolista antes de aparecer en la pantalla chica. Miraba a la pelota antes de centrarse en las cámaras, entrenaba para rendir 90 minutos en una cancha y no para cumplir retos con rating.
Hoy Nicola Porcella se pasea en costosos autos deportivos, factura igual o más que un futbolista top del medio, tiene negocios y siempre está rodeado de guapas chicas.
NICOLA ROSADO
Pero sus sueños empezaron en un campo de fútbol. Se inició como delantero en diversos clubes de menores. Cuando hubo que tomarse el juego en serio, Nicola Porcella decidió que sus ganas eran las de un defensa.
Llegó al Sport Boys para el equipo de reservas. Fue el 2010, era el primer año que se disputaba el torneo y para el cuerpo técnico que dirigía Willy Laya era el cuarto zaguero. Nicola Porcella tenía por delante a Alexander Callens, Werner Schuller y Hansel Riojas. Jugar lo tenía más que complicado, pero ponía ganas y hacía todo lo que le ordenaban. “En todo equipo siempre hay calidosos [sic] que la sacan jugando y los que despejan todo. Nicola era de los segundos, taco bajo para ser más exactos”, lo recuerda su DT.
Cosas de la vida. Nicola Porcella iba a los entrenamientos en micro y veía cómo los del primer equipo llegaban en autos deportivos y comentaba a sus compañeros “voy a llegar y tendré uno igual o mejor”. Sus amigos le respondían: “ Blanco, lo tuyo no es el fútbol, tú estás arreglado, mejor dedícate a la tele, haz comerciales o algo parecido estás perdiendo plata en el fútbol, para colmo aquí ni nos pagan”.
El no tener posibilidades de jugar lo hizo perder un poco el rumbo y empezó a parar con los “blancos” del plantel . Diego Pizarro (hermano de Claudio Pizarro), el hijo de un dirigente y algún juvenil más eran sus compañeros de vacilón en las noches de bohemia.
Eso sí, Nicola Porcella no faltaba a los entrenamientos, pero parecía que se perdía para el fútbol. Sin embargo, de un momento a otro se le apareció la virgen.
Callens fue vendido al Real Sociedad de España y Werner Schuler pasó a la 'U'. Era su hora, no había más defensas centrales. Había llegado la oportunidad que tanto esperaba. Nicola Porcella dejó la noche y volvió a dedicarse de lleno al fútbol. Alternó con Hansel Riojas y no lo hizo mal . “Cumplió, tampoco brilló y se ganó ser tomado en cuenta para la siguiente temporada” señala un compañero de equipo de esa época.
Pero Nicola Porcella como otros tantos jóvenes que llegan al fútbol llenos de ilusiones conoció la cara fea de este deporte. Una persona del club le insinuó que si quería seguir jugando debía dejar dinero en el camino. El chico se opuso y recordó lo que le dijeron sus compañeros y el propio DT y decidió colgar los chimpunes. Viendo como le va hoy en la televisión, se puede decir que decidió lo correcto.
Así, hay muchas maneras de ser famoso y exitoso. La pelota, el fútbol profesional, es un buen camino para lograrlo. También lo es la televisión. Nicola Porcella debe agradecer a los que le decían que vaya a la 'tele'. Hasta ahora fue la mejor jugada de su vida. Superó a este gol a lo Maradona que hizo cuando jugaba por Melgar, antes de pasar por Spor Boys:
Por: Ruckelly