Neymar, estrella de FC Barcelona y que aún luce las huellas que le costaron su juego de fantasía en las Eliminatorias Rusia 2018, reconoció ante la prensa mundial que pese a los golpes y demás muestras de agresión de sus rivales, no dejará los regates y su manera de sentir el fútbol.
"Yo no voy a cambiar, ellos tienen que saber que cuando entro al campo, yo tengo mi juego y mi juego es así, regatear, hacer goles, y crear jugadas con mis compañeros", apuntó Neymar durante la presentación en un patrocinador del club.
Neymar, confesó además, que no es un tema de soberbia. "Yo soy feliz jugando así y si ellos no son felices así, yo no puedo hacer nada".
Neymar no le teme a las nuevas reacciones en Sudamérica o en el la Liga Santander. "En el fútbol pueden darse codazos y patadas, pero no todo el mundo puede regatear, que es algo cada vez más difícil", añadió.
Aún con la muestra visible de la herida que le produjo el codazo del boliviano Duk en su último partido, justo encima de su ceja derecha, Neymar bromeó: "Creo que voy a tener una cicatriz para toda la vida".