Por: Fernando ‘Vocha’ Dávila
Basta mirar sus manos para saber que hay una historia grande por contar. Dueño del arco peruano por casi una década, hoy juega con el tiempo para contar sus días que no pueden pasar al olvido. Miguel Miranda, portero de nuestras selecciones, hace un repaso a una vida deportiva llena de anécdotas que hoy se apagó debido a un infarto fulminante que acabó con su vida a los 54 años.
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¿Te quiso un ‘grande’ del mundo?
En la Copa América de Bolivia, en 1997, tenía todo arreglado con Boca Juniors.
¿Cómo fue eso?
Venía jugando un gran torneo. Después de ganarle a Argentina 2-1 y días antes de enfrentar a Brasil, mi empresario me hizo una recomendación: ‘Está todo arreglado para que firmes por los xeinezes, no juegues’.
¿Qué respondiste?
Primero es mi selección.
Y el ‘Scratch’ nos aplastó 7-0...
Se acabó la posibilidad de jugar por el club argentino.
Brasil era un equipazo con Ronaldo y Romario en su delantera.
Fueron los cuatro días que jamás quiero volver a vivir.
¿Por qué?
Después del triunfo ante los ‘albicelestes’ se hicieron cosas que ya no deseo recordar.
¿Alguien intercambió camisetas?
Uno que casi ahorco en el vestuario.
¿Quién fue?
Ya pasaron muchos años. No es tiempo de dar nombres.
¿Nunca pediste una casaquilla tras una derrota?
Perdimos ante Colombia y me iba al vestuario molesto y se acercó Óscar Córdoba, arquero de ellos, muy cordialmente me pidió el intercambio y lo hice.
En esa Copa América ante Argentina le atajas un penal a Marcelo Gallardo...
Le saqué un tiro libre, tuve varias atajadas evitando el gol y también casi le atajo el segundo penal al ‘Muñeco’.
Tu resumen con la ‘Bicolor’ es de buenos partidos...
Muchos decían que solo fui arquero de club.
Jugaste en el Shenyang Haishi de China, ¿encontraste arroz chaufa?
Ese plato solo existe en Perú.
¿Uno parecido?
El que te sirven con zanahoria y arvejita, pero sin pollo ni chancho y es para acompañar un guiso, nunca se come solo.
¿Los chinos se reproducen tanto como parece?
Vivía en una ciudad que en mis tiempos tenía 50 millones de habitantes.
Otra buena actuación tuya es el 1-1 con Brasil para el Mundial Corea-Japón 2002.
Jugaba Romario y había estudiado todos sus movimientos.
Él marcó el gol del rival...
Fue porque al ver que venía me quise adelantar a lo que siempre hacía, y él hizo una genialidad inesperada y la mandó al fondo.
¿Tu último récord?
Cocinar 42 días en mi casa, ja, ja, ja.
¿Ves fútbol?
Todo el día, exprimo al cable y los videos.
¿Qué más haces?
Estos días deben servir a todos para leer, educarnos. Más a los muchachos del fútbol que tienen tiempo hasta para estudiar online.
Gracias por estos recuerdos...
Un abrazo a todos, a cuidarse y alimentar el espíritu.