Nació lejos del océano, pero el mar corre por sus venas. Como una sirena de cuentos de hadas, María Fernanda Reyes (21) empezó a domar las olas desde los 5 años. Su historia nace junto a su madre Rosario, que atendía en su popular puesto de raspadillas ‘Charito’. Ha pasado el tiempo y ‘Mafer’ ya tiene una medalla de plata panamericana en su cuello. Pero los sueños de esta princesa van más allá de un final feliz.
¿En qué momento te enamoraste del mar?
Desde que me subí a una tabla por primera vez. Siempre estuve rodeada del mar en verano y era lo que tenía cerca. Me siento muy bien en el agua.
¿Qué edad tendrías?
Creo que 5. La primera persona que me subió a una tabla fue Gustavo Solé, el papá de Valeria Solé, que también ha sido campeona nacional varias veces.
¿Tuviste miedo?
No. Me encantaba surfear, pese a que no sabía nadar. Todo el mundo lo hacía así que no me daba temor.
¿Cuándo te diste cuenta de que eras buena?
Nunca, ja, ja, ja. La gente lo hizo y me llevó a competir. Mi primera competencia fue a los 9 años en San Bartolo.
Pero tú no vivías cerca a la playa...
Vivía en San Gabriel, en Villa María del Triunfo, pero mi mamá me llevaba todos los días porque vendía raspadillas en verano. Desde hace 21 años empezamos a ir.
¿En dónde trabajaba?
En Makaha, en la Costa Verde de Miraflores. Todo el día estaba metida en el mar. Ni bien llegaba me metía y no salía hasta la noche.
¿Alguna vez te sentiste discriminada?
Nunca. Uno no va a ser discriminado si sabe bien lo que es y lo que vale. Hay que quererse uno mismo y saber qué es lo que podemos lograr. Eso también viene de casa, del colegio.
¿Buena alumna?
Siempre estaba en los primeros puestos en el Juana Alarco de Dammert.
¿Te escapabas para ir a correr tabla?
No. En invierno me dedicaba solo a estudiar, la playa estaba muy lejos de mi casa y era complicado ir.
¿Si salías mal en un curso, no había playa?
Solita me dedicaba, mi preocupación era no ir a vacacional para que no me malogren mi verano. Hasta hoy, que estoy en la universidad, estudiando Ciencias del Deporte, pienso en eso.
¿Todos los tablistas son pitucos?
Creo que está desapareciendo poco a poco eso. Hay escuelas en la playa, en Lima, en el norte o en el sur. Algunos alquilan su tabla, que es supereconómico, y aprenden por sí solos.
¿Tuviste miedo de no participar en los Panamericanos por la denuncia por agresión que te hicieron en redes?
De eso no quiero hablar. Sabía que no iba a pasar nada malo. Sería darle pie a algo que no tiene relevancia para mí. Las personas que me conocen saben que siempre he sido muy correcta, que saludo hasta cuando subo al micro. A veces nos equivocamos, pero eso ya quedó atrás.
Eres más popular luego de los Juegos Lima 2019...
Me ayuda un montón, porque no es fácil conseguir patrocinadores. Que la gente te reconozca acerca a los empresarios y los necesitamos, porque a veces no nos alcanza para viajar y competir. Afortunadamente tengo patrocinios desde los 9 años y estoy muy agradecida.
¿Qué haces en horas libres?
Estar con mis amigos, me gusta viajar. Por el surf he podido viajar por muchas partes. Uno de mis lugares favoritos es Huanchaco.
¿Tu playa favorita?
Makaha, ahí aprendí a surfear.
¿Cómo te va en el amor?
Bien, estoy en una relación y ya tenemos bastante tiempo, aunque soy muy mala para las fechas.
¿También es surfista?
No, es arquitecto, pero está aprendiendo. Me acompaña a las competencias, me apoya bastante y nos llevamos superbién.
¿Qué sentiste al ganar la medalla de plata?
Fue increíble por el camino que tuve con el repechaje, después de que se me rompió la tabla, no tenía margen de error. Estaba tan feliz cuando gané la semifinal que salí llorando. Afuera estaba la barra de la ‘Blanquirroja’ y fue muy emocionante. Después fui a la final a divertirme y lamentablemente no se pudo ganar.
¿Hubo fiesta por la celebración?
Me encanta bailar, pero hay que sacrificar muchas cosas y los verdaderos amigos entienden que es difícil llevar una vida de deportista. Hay muchas tentaciones, aunque si uno tiene las cosas claras no pasa nada.
¿Qué música te gusta?
Reguetón, merengue, de todo.
Tú próximo sueño...
Salir campeona mundial y tener mis laureles deportivos. El año pasado terminé quinta y creo que es posible.
Gracias, María Fernanda, esperamos que sigas cumpliendo tus metas...
A ustedes y avísenme cuándo sale la nota. Voy a estar en Huanchaco compitiendo, pero mi mamá va a comprar todos los diarios.