POR: FERNANDO ‘VOCHA ‘ DÁVILA
La historia empezó bajo unos rayos solares que brillaban y quemaban y el zurdito iba tras el balón. Luego creció, se hizo futbolista, pero ya había dejado su nombre, Luis Hernández, solo para el DNI, pues para el mundo del balompié, era simplemente ‘Manzanita’.
Una vez perdimos ante la Universidad San Martín por 1-0 y el error había pasado por donde estábamos el ‘Chasqui’ Álvarez y yo.
No podría decirte, pero el profesor se obsesionó con saber quién era el responsable. Igual, al final del partido, cada uno se fue a descansar.
Estaba durmiendo y a las 4 de la mañana suena mi teléfono. Me levanté asustado a responder y era él.
Me dijo muy serio: ‘Encontré el error, no fuiste tú, fue tu compañero. Descansa tranquilo’. Y cortó.
Una vez me dijo: ‘Yo lo imito, pero porque creo en su trabajo. Veo muchos que ahora dicen que me siguen, pero sus equipos no juegan como los míos’.
Te enseña a jugar, esa es la palabra. Te explica cómo solucionar una jugada, trasladarte en el campo.
En las prácticas muchas veces se ponía renegón, pero ‘puteaba’ igual al chiquillo que recién empieza o al consagrado del equipo.
Divertido, excelente amigo.
Soy campeón con Alianza Lima en el 2001 y con Melgar 2015, el año en el que ambas instituciones cumplían su centenario. Eso no lo tiene ni Lionel Messi ni Cristiano Ronaldo.
Fue en Alianza y me tocó compartir habitación con Christian del Mar y con Paulo Hinostroza. Cuando fuimos a dormir, dejaron dos soles en la mesita y me advirtieron: ‘Mañana, te levantas a las 6 y vas a comprar los periódicos’.
No, porque pensaba que era broma. Cuando se levantaron y no vieron los diarios me miraron de tal forma que entendí que al instante debía ir a comprar.
Justo se acercaba el cumpleaños de mi mamá y me fui hasta el ‘Parque Industrial’ de Villa El Salvador y compré un juego de muebles. Dejé pagado y pensaba que no lo iban a llevar, pero por suerte aparecieron, para alegría de ella.
Es de niño, cuando jugaba en Cantolao. Me la puso Martín Gonzales, hijo de ‘Chalaca’.
Es que cuando el sol quemaba fuerte, mi cara se ponía roja y me ‘bautizó’ como ‘Cara de manzana’ y después todo se redujo a ‘Manzanita’.
En pocos lugares. Mi papá muchas veces me dice ‘Manzana’ y el profesor Autuori, cuando daba la lista de concentrados, escribía: ‘José Soto, Guillermo Salas, Marko Ciurlizza, ‘Manzanita’….
Gracias al diario, un saludo a los lectores y cuídense, que debemos respetar lo que indica el Gobierno. b
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