Lewis Hamilton pasó el susto de su vida luego que sufriera el pinchazo de una de las llantas delanteras de su monoplaza cuando estaba muy cerca de llegar a la meta. El piloto británico no pensó en ningún momento abandonar la carrera, pese a que su auto corría el riesgo de volcarse en las últimas curvas. Un momento dramático para el equipo Mercedes que sumó su tercera victoria consecutiva en la Fórmula 1.
El británico amplía a siete su récord de victorias en el Gran Premio de Silverstone y camina imparable hacia su séptimo título mundial. El piloto llegó con cinco puntos sobre el segundo lugar, su compañero finlandés Valtteri Bottas, quien también pinchó una llanta y terminó en el puesto 11.
Lewis Hamilton encadena tres Grandes Premios consecutivos en Estiria, Hungría y Gran Bretaña. El británico, como local, mantuvo la primera posición desde el inicio y pese a las dificultades de los últimos segundos jamás pensó en dejarle a otro piloto su puesto en el podio. ”Hasta esa última vuelta, todo iba bien. Pero cuando escuché que Valtteri había pinchado miré mis neumáticos y todo parecía ir bien, pero de repente pinché. Intenté conservar la velocidad sin romper la llanta”, contó Hamilton luego cruzar la meta.
“Noté un cambio de forma en el neumático y que se iba desinflando, casi se me para el corazón. Nunca había experimentado nada así. Casi no llego, pero gracias a Dios lo hicimos. Quizás deberíamos haber parado cuando vimos estos problemas en Valtter, pero fue una rápida decisión”, relató Lewis Hamilton quien además reconoció haber rezado para llegar sin problemas a la meta.