El presidente de Rusia, Vladimir Putin, es un aficionado del deporte y tiene en su poder un anillo del Super Bowl, pero no por haberlo ganado en una competencia, sino por obtenerla a costa de Robert Kraft, dueño de los New England Patriots. La peculiar anécdota ha sido contada de diferentes formas, aunque muchos coinciden en que el mandatario lo robó.
Todo ocurrió en el 2005, cuando se dio una reunión en la participaron distintas personalidades internacionales con el mandamás ruso. Sandy Weill, presidente de Citigroup, y Rupert Murdoch, magnate de los medios de comunicación, estuvieron presentes en la junta, que tenía como objetivo mejorar la relación comercial de Estados Unidos y Rusia.
La charla se desarrolló en el Palacio Konstantinovsky, ubicado cerca a San Petersburgo, y Robert Kraft también asistió a la ceremonia. En medio de la conferencia, alguien sugirió a la máxima autoridad de los ‘Pats’ que muestre a Vladimir Putin el anillo que ganó el equipo en el Super Bowl XXXIX.
Era la tercera coronación de la entidad deportiva en cuatro años y tenía un significado especial para el directivo, aunque no dudó en mostrársela al presidente de Rusia. El mandatario observó la joya y, para sorpresa de todos, aseguró que “podría matar a alguien con el objeto”, a la vez que lo analizaba.
Según narró la prensa en aquel momento, Robert Kraft decidió bromear: “Tú podrías matar a alguien sin ese aro. Eras el jefe de la KGB”. Al mismo tiempo, el dueño de los New England Patriots estiró la mano para recibir de vuelta la preciada sortija, pero su sorpresa fue grande al observar a Putin guardándola en su bolsillo.
En el 2013, el propio jefe de los ‘Pats’ confirmó la historia: “Guardó el anillo, tres tipos de la KGB lo rodearon y se fueron. Yo tenía un vínculo emocional con esa joya, que incluso tenía mi nombre”. Sin embargo, desde el Kremlin negaron la versión y un vocero aseguró que “Kraft lo dio como regalo”.
Luego, en el 2017, Robert Kraft volvió a tocar el tema y dijo estar dispuesto a hacer un aro especial con el nombre de Vladimir Putin, para poder intercambiarlo. No obstante, pese a que confiaba en que Donald Trump, en ese entonces presidente de Estados Unidos, pueda intermediar, la situación nunca pudo concretarse.