Kobe Bryant falleció este domingo en un accidente aéreo con otras cuatro personas en su helicóptero privado tras estrellarse contra un cerro en Calabasas (Callifornia, Estados Unidos). Además de ser una leyenda de la NBA con los Lakers, el exbasquetbolista ganó un Oscar en 2018 por el cortometraje ‘Dear Basketball’, el cual había realizado con su socio Glen Keane.
Los rivales de Kobe Bryant en la ceremonia de la premiación fueron ‘Garden Party’, de Victor Caire y Gabriel Grapperon; ‘Lou’, de Dave Mullins y Dana Murray; ‘Negative Space’, de Max Porter y Ru Kuwahata, y ‘Revolting Rhymes’, de Jakob Schuh y Jan Lachauer. La leyenda de la NBA se impuso ante todos.
‘Dear Basketball’ narra la vida del propio deportista y el amor por el baloncesto en su voz a partir de una carta que escribió meses antes que se retirara de los Lakers y la NBA.
En el cortometraje animado, Kobe Bryant agradece al deporte todo lo que ha hecho por él y confirma que su cuerpo ha dicho basta. Esta es su emotiva carta:
Querido Baloncesto,
Desde el momento en que empecé a poner las medias enrolladas de mi padre y tiraba tiros imaginarios para ganar un partido en el Gran Forum de LA, sabía que una cosa era real:
Me enamoré de ti.
Un amor tan profundo que te di mi todo. Mi mente, mi cuerpo, mi espíritu y mi alma.
Como un niño de seis años de edad, profundamente enamorado de ti, nunca vi el final del túnel. Sólo me veía corriendo fuera de uno.
Y por ello corrí, corrí arriba y abajo todas las pistas, después de cada balón perdido, por ti.
Tu me preguntaste por mi empuje, yo te di mi corazón, porque ello vendría con mucho más.
He jugado a través del sudor y del dolor, no porque me llamara el desafío, sino porque tú me llamaste.
He hecho todo por ti.
Porque eso es lo que tú haces, cuando alguien te hace sentir tan vivo como tu me lo has hecho sentir a mi.
Tu diste a un niño de seis años su sueño Laker, y yo siempre te amaré por ello.
Pero no puedo amarte obsesivamente por mucho más tiempo.
Esta temporada te daré todo lo que me queda dentro.
Mi corazón puede soportar los golpes, mi mente puede manejar la rutina, pero mi cuerpo sabe que es la hora de decir adiós.
Y eso esta bien. Estoy listo para dejarte ir. Quiero que lo sepas. Así que, ahora sí que ambos podemos saborear cada momento que nos queda juntos. Lo bueno y lo malo. Nos hemos dado todo lo que tenemos.
Y ambos sabemos que no importa lo que haga después. Siempre seré aquel niño, con los calcetines enrollados, la basura en la esquina, 5 segundos en el reloj, el balón en mis manos. 5... 4... 3... 2... 1...
Te amo, siempre,
Kobe.