Por: Fernando 'Vocha' Dávila
Entre edificios lujosos y hoteles tradicionales, la imagen de Julio César Uribe resalta. Fiel a su estilo, con ese humor de barrio que nunca abandona, comenta: ‘Acá creen que soy el guardián, pero en realidad yo vivo aquí’. Así de palomilla, bravo y atrevido fue en la cancha y opacó a una poderosa Uruguay en 1981. Lo mismo debemos repetir el sábado para avanzar a ‘semis’ de la Copa América.
¿El gol más importante de tu carrera fue el que le hiciste a Uruguay en el ‘Centenario’, en las Eliminatorias de 1981?
Sí. Por su significado y lo que representaba esa victoria.
El defensa Hugo de León y el volante Ariel Krasouski eran ‘charrúas macheteros’, ¿no te asustaron sus codazos?
No conocía a ninguno. Sabía que, desde siempre, al habilidoso lo van a querer tumbar.
Uruguay llegaba con cartel de haber ganado la ‘Copa de Oro’, donde jugaban todas las selecciones campeonas del mundo...
¿Sabes cuál era el pensamiento mío y de mis compañeros? ¡Qué tanto campeón si nosotros somos mejores!
¿Dormiste bien la noche previa?
Soñaba con las jugadas o goles que podía hacerles.
La ‘Celeste’ era un equipazo, como lo es ahora...
Yo nunca he visto a un ‘cuco’, por eso cuando los tuvimos al frente, los superamos.
No puedes negar que el sábado, Uruguay es favorito...
¿Alguna vez han visto un jugador con dos cabezas y cuatro piernas? Si la respuesta es no, entonces entiendan que no vamos a enfrentar a ningún monstruo.
¿Te encantaría estar entrenando para jugar?
Es un privilegio enorme enfrentar a jugadores reconocidos en sus Ligas y tú, defendiendo la camiseta nacional.
La mayoría de hinchas piden ganar con huevos...
Para mí eso solo sirve para hacer tortillas o freírlos.
¿Te parece bien el regreso de Carlos Zambrano?
Es indiscutible como jugador. Ya controla su carácter.
¿André Carrillo debe estar desde el arranque?
Es un futbolista que el técnico lo conoce y no puedo pronunciarme.
¿Podemos ganarle a cualquier rival?
No debemos sentirnos menos que nadie. Lo dije hace 25 años, ahora lo dice mi colega, que dirige muy bien el equipo, pero como es extranjero, se bajan los pantalones.
Te siento convencido de que ganamos...
Soy el hincha número uno de mi país.
¿Tienes ganas de volver a dirigir?
Sí. El día que no lo haga, será porque ya no quiero y no porque la mafia me saque del camino.
Sé ve que vives tranquilo...
La fortuna que me importa es la del respeto de la gente.
Antes del final, déjanos una frase...
El ser buena persona no te garantiza que los demás lo sean contigo, pero siempre trata de ser mejor que ellos.
Un abrazo y sigue en mi mente tu sonrisa de barrio, de fulbitero después de hacer el gol a los ‘charrúas’...
Es que había cumplido el objetivo y para eso me había entrenado bien, dormido 10 horas. Un abrazo a todos.