Hay muchas maneras de recordarlo, pero hay instantes inevitables que obligan a llevar la conversación por esa ruta. Jorge Amado Nunes, símbolo de Universitario en los 90’, abre su corazón, su memoria y lo cuenta todo.
Andaba molesto y resentido por una chica.
En la Copa América de Ecuador en 1993 vimos unas anfitrionas de una marca de gaseosa, sponsor oficial del torneo.
Él se interesó en una, pero ella se fijó en mí.
Él le avisó que estaríamos en Cuenca y la señorita se apareció en la conferencia de prensa, me sonrió y, cuando acabó todo, me acerqué.
Nos tocó ir Quito para enfrentar a los locales y Chilavert la llevó con su plata, pero llegó a la ciudad y estuvo conmigo. Eso lo irritó más y un día empezó a hablar esa tontería.
Hace mucho no lo veo, pero años después lo encontré en una pizzería de Paraguay y me pidió disculpas.
Yo tenía el balón cuando sonó el pitazo final y pensé: ‘Ya me voy de acá y lo metí debajo de mi camiseta, y no paré hasta el vestuario.
Sí y mira que unos ladrones entraron a mi casa y se llevaron todas las camisetas que intercambié, pero como el balón estaba desinflado ni caso le hicieron.
Mencionó algo que no debía.
Rompió los códigos del fútbol.
La gente de la ‘U ya me quería, pero después de ese puñete me hizo ídolo.
En el podio ubico a dos en el primer lugar: Roberto Martínez y Ronald Baroni.
Maestros. El capitán tenía sus novias famosas, pero el ‘Matador’ conquistaba súper lindas, aunque no muy conocidas.
Un día entró mudo al vestuario y lo llamé: ‘Por favor, sal y vuelve a entrar, pero saludando’.
Sí, le dejé una enseñanza de vida.
Sí, me parece una payasada. Lo que hacen no es favorable para el club, ni los hinchas.
Un abrazo a los cremas del planeta y otro para los lectores de Trome.
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