¡Mi gente! Luis Alberto Guadalupe Rivadeneyra, reportándose. Iba a comenzar esta segunda parte de la entrevista a Sergio ‘El Checho’ Ibarra diciendo que su vida merece un libro, pero ¡ese libro ya existe! Entonces, es necesario que se le haga una película o una serie. Netflix, aquí tienen una historia.
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La verdad es que conversar con el ‘Checho’ es diversión asegurada. Pero no solo eso, en cada decisión que tomó en su carrera se ve interés y deseos de seguir creciendo, de seguir aprendiendo, de demostrar que sí se puede. Siempre arriesgó y, prueba de que es un elegido, casi siempre ganó.
El cordobés más peruano de la historia, el que metía goles hasta con el coxis, el goleador de todo equipo por el que pasó. Con ustedes, Sergio Ramón “El Checho” Ibarra.
Checho, amigo, cuéntame una anécdota en Municipal...
Salíamos a correr, a dar vueltas por el campo zonal que es grande, y adentro del parque había un kiosco donde vendían comida. Martes a las 7 de la mañana, salíamos todos, éramos 30: dábamos la primera vuelta, llegábamos 25, dábamos la segunda vuelta y llegábamos 20. Y así la gente se quedaba a tomar gaseosa. Jajaja.
Luego te vas a Sport Boys en 98 y 99.
Salgo de Muni, quedo goleador del Clausura, me llama Antonio Cuba y también me llamó Jorge Luis Pinto, él sale campeón con Alianza. Yo hablo con Pinto y de ahí me llama Alberto Masías. Alejandro Espinosa era el que me hacía el contacto y todo y le digo: “Me llamó Alianza”. Y todavía no había firmado con el Boys, sino que habíamos arreglado de palabra. Le digo: “¿Por qué no vamos a Alianza? Alianza va a jugar Copa Libertadores, ha salido campeón”. Alejandro me dice que no, porque voy a estar bien en Boys. Pero yo quería ir a Alianza Lima por la Copa Libertadores. Fuimos con Masías, nos sentamos a conversar con él, pero ni siquiera le llegaba a la mitad de lo que me ofrecía Boys.
La candela no era buena.
No arreglamos, yo le dije que quería jugar La Copa Libertadores, pero esto es menos del 40%. Me fui a Boys, y ahí con el Boys en el 98 hicimos un compañón terrible, casi salimos campeones. De ahí sale el chino Huamán, el ‘Patucho’ Villanueva, Bratzo Gil, ‘Cafú’ Salazar, ‘Kukín’ Flores.
¡Carlitos! ‘El keniano’, le decía yo.
Qué lindo jugador, lo que hacía en el vestuario ese Carlitos. A él le gustaba masajearse, pero él para masajearse iba desnudo y se tiraba boca arriba para esperar al masajista y, encima, la camilla estaba al costado. Yo le decía: “Carlitos, ponete la toalla”. “No”, me decía, y venía el masajista y le agarraba la toalla y se envolvía ahí y le decía: “¡No lo saques de ahí!”. Entonces empezaba a masajear y lo movía y lo movía y el dinosaurio empezaba... ¡no sabes lo que era! Basta. Cuando él decía “bueno, me voy a masajear”, todo el mundo salía. Jajaja.
Tenía un arma.
Sí, era de todos los colores, parecía una discoteca, lo que nos reíamos no sabes, era una discoteca y encima se sentaba al lado mío y él tenía la costumbre de sentarse al lado mío. Yo le decía: “Si vas a hablar conmigo, deja de agarrarte eso”, jajaja. Un tipazo, él ponía siempre la alegría en el vestuario, le hacía broma a todos, mucha gente que no lo conoció íntimamente se queda con el ‘Kukín’ que ha tenido esas peleas, pero era… fue a mi casa a comer 4 o 5 veces, se quedaba, nos tomábamos unas cerveza. Muy respetuoso con mi señora, con mis hijos porque vivía ahí cerca en Chucuito y yo vivía en La Punta. La verdad es que debe haber sido de lejos uno de los mejores 10 que ha habido, como esa habilidad y jerarquía.
LA HISTORIA DEL ‘CHECHO’ IBARRA Y EL GOL CON ASFIXIA
Deportivo Wanka en el 2000.
Sí, cuando estoy en el Boys 98, y en el 99 jugué poco, tuve unos problemas por culpa mía, ‘Chalaca’ como que se me enoja. Salgo de Boys el 99 y me salta la posibilidad de Deportivo Wanka, que era supuestamente Sipesa, sino que había cambiado de nombre y se fue a Huancayo, deportivo Wanka. Dirigíael cabezón Cubilla, el paraguayo. Me voy a Huancayo, jugamos el primer partido, el estadio se llenó contra UPAO, 0 a 0, y a los 80 la gente ya empezó a abuchear, y aparece una pelota y BUM, le pego y gol, la gente ¡WOAAAA! Se cae el estadio de alegría y el paraguayo entra a la cancha, lo abrazo y yo me tiro encima de él y tiene una cabeza y los suplentes, los titulares, yo estaba encima de él, pero él con la cara en mi pecho…
Lo estaban asfixiando.
No sabes lo que era y yo quería salir porque lo sentía a él que me mordía, parecía el bicho ese.
Lo estaban asesinando.
Sí, se estaba ahogando, Cuto, en serio, y me empezó a morder, y encima él estaba gordito, entonces por ahí me lo saco porque ya me estaba mordiendo todo el pecho y salió mal, empezaba a descomponerse, le empezaron a dar oxígeno, el árbitro vino y lo expulsó, pero también estaba ahogado porque se me habían tirado encima también y tú sabes que tuvieron que llevarlo al hospital. Casi lo matamos, Cutín en Huancayo a tres mil y pico, tres mil quinientos metros, yo sentía que me estaba mordiendo como el animal ese, Alien, ¡me rompió la camiseta! Después de ahí me suspendieron 6 meses.
¿Qué pasó?
El siguiente partido jugamos en Arequipa y nos dirigía Incapacidad (Hernández) y Lino Morán que era el 10 nuestro lo insulta. Cuando el árbitro lo escucha y va a sacar la tarjeta, entro yo. Y se me va el dedo, yo quería sacar la tarjeta del bolsillo de atrás, tú sabes que antes los árbitros tienen la tarjeta atrás, entonces yo quiero agarrar la tarjeta y cuando le hago así...
Le metiste el dedo.
Sí, se me fue todo, entonces saca la tarjeta, me expulsaba a mí y expulsaba a Lino Moran. Estaba enojado. Volvemos, perdimos, todo eso, nos vamos a Huancayo, en la charla técnica el cabezón Cubilla dice que bien, que perdimos dos jugadores, “pero usted, Ibarra, todo mal con usted va a ser una suspensión fuerte”. “¿Pero por qué, profe, si solo le quería sacar la tarjeta a Lino?”, pregunté. “Sí, pero el árbitro ha presentado para una sanción de 6 meses, huevón”…
Seis meses, no te bajaron nada entonces.
Llegó la suspensión y todo eso, me dan seis meses, fuimos a hablar con los dirigentes, fuimos a la Videna, a hacer mi descargo, todo eso y me bajaron a tres meses porque no se podía bajar menos de la mitad. Esos tres meses los fui a jugar El Salvador, justo ese año, ahí me fui con Paul Cominges, en esos tres meses me prestan a las Águilas, no podía seguir jugando en el fútbol peruano y cuando llegó allí llega también Paul. Los dos jugamos adelante, yo hice 7 goles y él hizo como 4 o 5 goles y estábamos por salir campeones allá, pero se cumplieron los tres meses y Huancayo perdió al 9 porque se le rompió la clavícula y tuve que regresar. Y ahí tuve que jugar por la suspensión.
Qué tal historia. ¿Lo sacaste de ‘virgen’ al árbitro?
Tu sabes que él no dirigió más desde ahí, yo lo llamaba para decirle que fue sin querer. Y él “¿Quién le dio mi número?”, pero mal, tuve que dejar a Chío con los chicos que estaban chiquitos en Huancayo. O sea, ella se tuvo que quedar los tres meses porque estaban en el colegio, me tuve que ir solo a El Salvador por tres meses.
Y de ahí en 2001 llegas a Universitario, tu primer equipo grande.
Y el que yo soñaba siempre, porque, como te dije, yo llego a Ciclista Lima y estaba Lucho Nicolini, hermano de Jorge, y él me dijo que si hacía buena campaña me podía ir a Universitario. Y mi sueño, cuando yo llegué, yo tenía la palabra de él de que podía ir a Universitario si andaba bien, pero tenía dos años de contrato y no permitían extranjeros luego en Segunda, y me fui a probar a Sullana... pero llegó en el 2001,yo hago como 20 goles ahí, yo regreso a los tres meses y hago goles, goles, goles e hice como 20 goles y de ahí me llama Miguel Silva…
Miguel Silva me hizo mi primer contrato.
Fui a la Av. Brasil, yo iba a arreglar con Cienciano y me llama y me dice: soy Miguel Silva, soy dirigente de Universitario, quería conversar contigo, ven a mi oficina aquí en la Av. Brasil. Llego y veo una licorería ¿será esto? Estuve como 40 minutos buscando la oficina y era la licorería. Ahí me hizo un contrato de 2 años, 2001 y 2002, pero 2001 se fue el gordo González y entró Aspauza. Un desastre, pucha, no sabes lo que fue eso. Es más, yo me había comprado mi primer departamento, pero tenía que pagarlo por partes, entró Aspauza, nos vinimos abajo, cuatro meses sin cobrar, casi pierdo el departamento, no clasificamos a casi nada, pero me di el gusto de jugar en ese equipo, de hacer goles, porque hice 18 goles, hice 14 goles en el futbol nacional, 3 en la libertadores y 1 en la Conmebol, hice 18 goles. Entonces, cuando yo voy a la pretemporada, estaba Álvaro Barco de gerente y él me comunica que no iba a seguir porque el técnico que venía ya traía a su gente, así que volví a Sullana. Ahí Lander había contratado a Leao Butrón, al Coco Araujo, Marengo, Carlitos Zegarra, la delantera era Chiroque por el lado derecho, Pedrito García por el lado izquierdo, Carlitos Zegarra atrás mío y yo de 9, hicimos una muy buena campaña en ese año 2002 en Sullana. Y nos fuimos con Teddy porque Teddy había llegado a Universitario, que se fue el maestro Chale y llega Teddy con Aspauza. Como no clasificamos, no ganamos nada, entonces Teddy se va a Sullana y ahí me voy también, nos vamos varios de la U.
Luego vas a Unión Huaral 2003.
Si, lo que pasa es que ese año quería quedarme en Lima, no conseguía equipo y lo único que conseguí es Huaral, entonces como me daba a la oportunidad de quedarme en Lima, agarro Huaral y de ahí me voy a Ica, estuve en el mismo equipo en el mismo año.
Luego el mismo 2003 te vas a Estudiantes de Medicina.
Nosotros en ese año con Franco Navarro también tuvimos problemas de pago, ahí estaba ‘Chiquito’ también, estaba Cafú Salazar, el ‘Monón’ Alvarado, teníamos buen equipo, Franco tenía problemas con los dirigentes, se va, yo también me voy, me fui a otro equipo y bueno pasé los dos equipos en un solo año, Huaral y Medicina.
EL ‘CHECHO’ IBARRA, LA RECOPA Y BOCA JUNIORS
Acá se viene lo mejor. Cienciano en el 2004 y 2005.
Una banda, yo cuando llegué ya habían salido campeón de la Copa Sudamericana, era un equipazo loco.
¿Y el equipo cómo era?
El grupo era, cuando nos sentamos a comer asado, el vestuario era de mucho respeto, había gente que jodía más que otro viste, le ponían siempre el sazón, estaba el ‘Cholo’ Ccahuantico, después estaban los viejos que eran el viejo Ibáñez, el viejo Bazalar, yo, pero sabíamos llevar el grupo. Nos hicimos fuertes como grupo y ahí es donde salimos campeón de la Recopa y salimos campeón en 2005 de un Clausura, teníamos a Fredy Ternero que era un técnico bien equilibrado, que si veía que no había un grupo él mismo te unía, sabia llegar al jugador, sabía qué hacer para que el grupo este unido. Ganamos cosas importantes, ganarle a Boca que es el campeón de la Libertadores con Tevez, con Palermo con toda esa gente, no se nos había pasado, o sea, fuimos a competir, fuimos a traernos la copa, pero en el hotel que estábamos en Miami llegaron uno o dos periodistas, nada más, qué nos iban a tener fe, ni el bus se fue a buscarnos para ir a la cancha. Jajaja.
Esa nos contó Carlitos Lobatón.
Nosotros estuvimos varios días entrenando en Miami, en las canchas del hotel y todo eso y encima iba a venir un tornado, pasó el tornado cerca. ¡Estábamos más asustados! Nos queríamos ir, pero bueno todo eso pasamos y ya cuando bajamos, el partido era como a las 7 de la noche, bajamos a las 5. Cuando estábamos bajando todos para ir a jugar, lo veo a Maca Bernal corriendo y la gente estaba en el lobby. Asustado de ahí viene Juvenal y dice: “Cholito, no se preocupe, ya tengo movilidad”. Y nosotros ya éramos gente grande…
Eso no puede suceder a puertas de una final de esa magnitud.
Mira que era complicado Juvenal, pero nosotros siempre nos parábamos siempre con él, viste.
Había gente de mucho respeto como Óscar Ibáñez.
Estaba Santiago Acasiete, el Santi, claro, a los gritos Juvenal. A la puerta de este hotel, el Hilton, no sabes lo que era, yo nunca había dormido en una cama tan grande y cuando estábamos esperando ahí no llegaban los taxis y llegaron tres limusinas. Qué increíble, nos subimos todos a la limosina y llegamos y estaba la gente de Boca y estaban gritando. Cuando llegan las limosinas se callaron todos y bajaba el cholo Cahuantico, Carlitos Lobatón, bajaba toda la gente en limosina.
Desde ahí ya estaban ganando, Jajaja.
Claro. Jugamos ese partido, fuimos a los penales, lo ganamos, me tocó doping a mí con Bazalar y cuando vamos entrando con el ‘Viejo’ gritando “somos campeones”. Llegamos al doping y ¡POM!, la puerta. Entro y estaban Cagna y Cascini. Y los doctores: “no muchachos, acá no, ¡respeten!”. Yo no lo podía creer, encima estábamos dando casi la vuelta y nos traen al tópico. Al toque te sacaban y me dio euforia. Cascini me dice: “viejo, pará un poquito, aquí estamos nosotros, respetá”. Y yo: “¡Dale campeón!”. Yo soy hincha de Boca, uno los sigue como hincha, pero ahí te salía lo loco. Y nos volvimos en limusina, viste que la limusina tiene esa ventana arriba y nosotros con la copa gritando. Y cuando vamos yendo, nos juntamos con el bus de Boca, todas las cortinas cerradas, todo eso y nos toca un semáforo y se asoma un jugador y nosotros “¡dale campeón!”, ahí si les tiramos la copa, nos agrandamos y salió el bus. Teníamos que gritarlo.
Qué linda anécdota, esa es una locura y de ahí en el 2005 te vas a China.
Si, llega una oferta de China y supuestamente eestaba todo arreglado. Cuando fui estaba un uruguayo Matosas, ¿te acuerdas? Ahora es técnico, estaba jugando el ahí, un equipo A1, llego y empiezo a entrenar todo eso. A mí me habían dicho que iba a firmar, no que era una prueba, Hice la prueba, hice goles también y cuando vamos a arreglar, el empresario que me había llevado tuvo un problema. Resulta que el empresario que me había llevado, yo creo que eran como 100 lucas verdes, cuando arreglamos, Juvenal Silva ya no quería 100 lucas, los chinos nos sacaron la muela. No pude jugar en China, fui tres veces a China, ese año no se hizo el contrato con Cienciano porque había pedido más el club para poder…
O sea te comiste un viajecito tres veces a China.
Tres veces, ese fue el mejor contrato porque era la prima que supuestamente iba para Cienciano, pero el sueldo mío era bueno, iba a vivir en un hotel con una vista a la plaza Mao, no sabes lo que era la vista esa. Ya tenía el hotel, iba a comer ahí, iba a vivir ahí, me iba a quedar seis meses, un sueldazo y Juvenal no quería.
Juvenal ha saboteado varias negociaciones ¿no?
Si, y ahí yo tuve que regresar, seguía jugando con Cienciano 2005, me peleo con Juvenal y me voy de Cienciano en 2006.
Te vas a Once Caldas de Colombia y cuéntanos.
Ese 2005 estuvo Arnulfo Valentierra el colombiano, en 2006 yo me voy allá y justo esta él en el Once Caldas. Mira, es un fútbol muy rápido, los centrales son así como tú, miden 1,96, son rápidos y fuertes, son todos grandes y no me fue bien, hice dos goles nomás. Justo yo tuve de compañero a Dayron Moreno que después fue goleador de la selección y todo eso, y el recién salía, hacía tres goles por partido, de la Pava era mi técnico. Seis meses estuve ahí, de verdad que es un fútbol muy lindo, una ciudad hermosa. Le tuve que decir a mi esposa a los 10 días que se viniera porque no podía ni caminar. “¡Venite rápido!”, le digo. jajaja!
¿Y con qué apelativo te quedas, “Checho” y la otra cual era, Chekchencho?
Goleador prehistórico. Goleador prehistórico me decían todos los jugadores y de ahí algunos periodistas me ponen el goleador prehistórico. Jajaja
Pero ¿con cuál te quedas?
Shevchecho lo decía por Shevchenko, jaja. “Checho” por Sergio, en Argentina a los Sergio les dice Sergio, ah y ‘Manteca’, por el Manteca Martínez, unos uruguayos en Sullana me pusieron Manteca por él. Pero me quedo con ‘El Checho’. Es más, no me conocen por Sergio, me conocen más por Checho.
Son muy pocos los que te dicen Sergio, a mí no me dicen Luis, me dicen Cuto.
Ni saben que me llamo Sergio, pero sí “El Checho”.
Cuéntanos un poco como sale tu idea en el festejo, esa del bastón, ¿ya la tenías pensada?
Primero sale en el Boys en el 2007, yo estaba en el Boys con Rodrigo Saraz, con Herrera y Montaño que eran los colombianos. Nosotros nos fuimos a jugar en Ancash el 2007 y no había mucha gente, pero la poca gente que había siento un vozarrón: Ibarra. Ibarra. Como era un vozarrón, yo lo saludo y me dicen: “Lárgate, viejo de mierda”. Yo me quedo mirando y empiezo a insultar, empiezo a pelear jajaja. El tipo se paró: “Fuera anciano, ya estás viejo, retírate”. Ya me quería subir yo, me agarraron todos, empecé a jugar y él seguía “No se la den al viejo ese”. Me tenía, pero no sabes, hasta que viene un centro y ¡PUM! cabezazo, chau, a cobrar. Y cuando lo veo al viejo me empiezo a burlar, te juro por mis hijos que ese señor empezó a reír. Tengo esa celebración porque se me junta a mí Saraz, de ahí lo hice un par de veces. Pero en Huancayo pegó, ahí la hacía siempre, hice 31 goles y todos los celebre así, y así se quedó la celebración hasta ahora.biografía cortita nomas, pero si fue un libro, me regalaron uno, lo leí, me gustó y ahí lo tengo.
Mi hermano, ¿es mito o verdad que fuiste boxeador?
Sí he practicado allá en el barrio Alberdi. Había un club, Luis Pasteur se llamaba. y ahí practicamos mucho boxeo. Pero era practicar, nada más, porque mi meta era el fútbol. Yo jugaba desde los 9 al fútbol, entonces los técnicos no querían que lleguemos golpeados. Pero no llegue a ser boxeador, nada, como te digo debuté muy joven y me dedique ya al fútbol. Pero el chato Aldo Olcese dice que estaban entrenando en el Estadio Nacional, justo yo había ido a boxear ahí al estadio, pateé y dice que le pegué con el tobillo y la metí al ángulo... y esa es la historia del chato Olcese.
¿Es verdad que eras albañil?
Yo empecé a trabajar desde los 12 años, primero trabajé en una panadería embolsando pan dulce, lo que acá es panetón. De ahí seguí trabajando de albañil, era el que hacía la mezcla, de ahí trabaje en una fábrica de caramelos, trabaje de cadete, los que llevan los remedios en bicicleta, trabajé poniendo caños, pintando, hasta que debute a los 16 años. Cuando ya debutó ya me empiezan a pagar una platita ahí y ya me dedique a jugar futbol ahí hasta que vino la oportunidad. Pero sí, hice varias cosas
¿Te gusta la pesca?
Me encanta.
Pero la pesca real…
La pesca real, la de peces, Jajaja. Siempre allá en Río Cuarto era con cordel porque teníamos el río, nosotros tirábamos la las líneas. Acá sí, ya tengo la caña, o estoy viviendo acá en el sur y me voy todos días al canal.
¿Y qué es lo que normalmente pescas?
Chita.
¿También hay tramboyo?
Tramboyo hay en la peña, no he ido a pescar tramboyo porque se te encaja mucho la peña, un poquito más peligroso, ahí van los pescadores que le meten, claro. Yo tiro y saco unas chitas, ahí tengo unos, el otro día agarramos cuatro y le llevamos a Lucho que tiene una cevichería y él te los prepara. Pero también hay lenguado a partir de las 7 de la noche en playa Pulpos y ese es el que estoy apuntando a sacar porque es más grande, pesa 4 kilos.