Lo ocurrido recientemente entre Melissa Paredes y Rodrigo Cuba movió el mundo de la farándula y como no el del Fútbol Peruano. La situación es complicada y eso lo sabe muy bien un ex crack de nuestra pelotita que también pasó por ese amargo momento y aquí te contamos cómo quiso vengarse del ‘partidor’.
En 2002 se estrenó una película que se me quedó grabada en el recuerdo: ‘Infidelidad’. En ella, el protagonista Richard Gere, un galán maduro, ‘cacharrero’, que hacía suspirar a las jovencitas, fue ‘atrasado’ por un francés chibolo. Su esposa lo trampea, tiene varios encuentros y se le calienta la cabeza al punto de olvidarse de recoger a su hijo del colegio. Ese ‘amor pirata’ solo termina cuando Gere la descubre y cegado por los celos asesina al ‘partidor’.
MIRA: ¡Puro fuego!: Las sugerentes fotos que Anthony Aranda publicaba junto a Melissa Paredes antes del ‘ampay’
Ahora que la historia de Melissa y el ‘Gato’ se habla por todos lados, me acordé de ese filme y les voy a contar algo que pasó por esos años. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. El país salía de una dictadura, Alejandro Toledo aún era ‘sano y sagrado’ y la salsa cubana y la timba la rompían en las salsotecas. Un volante exitoso en el fútbol se ganó el cariño de todos los hinchas y era reconocido por su talento hasta en el extranjero. Menos en su casa. Su esposa, en aquel entonces, jugaba a dos cachetes. A él le llegaron rumores de que algo andaba mal en su matrimonio y al futbolista le costó creer que fuera cierto. Antes de que un ‘ampay’ los separe, decidió descubrir el engaño con sus propios ojos. No le costó mucho tiempo para ver la realidad: el amor de su vida le era infiel con un cantante de una orquesta de moda que conquistaba con su voz por esos años. Fue un dolor muy fuerte. Sentirse traicionado y adornado lo llevó a la depresión, sin saber cómo recuperar el orgullo de varón que le habían arrancado. Pasaron los días y la rabia no se iba. La cabeza no se le enfriaba ni con buenos consejos. Hasta que decidió que la única forma de vengar esa afrenta era darle un escarmiento al ‘partidor’. Maquinó un plan y recurrió a un excolega para que consiga un par de traviesos y le den un susto al atrevido. “Sí hermano, tienes razón, ese hue... no se la va a llevar tan fácil. Pero te va a costar un buen billete”, le dijo el encargado de encontrar a los ‘palomillas’. “Por la plata no te preocupes, ese hue... tiene que pagar por lo que hizo”, le respondió el jugador. El ‘tramitador’ se frotó las manos, sabía que por cumplir esa tarea le iba a quedar su buen cachuelo y para el menú de todo un mes.
MIRA: Mónica Sánchez apoya a Melissa Paredes: “No somos quién para juzgar”
El problema es que no conocía quiénes podían hacer la chamba. Hasta que se le prendió el foquito, llegó al puerto y buscó a un exmundialista pícaro, de barrio, querido y respetado en las zonas bravas. Le pidió que lo ponga en contacto con el personal adecuado, no sin antes contarle lo que había ocurrido con su ‘causa’. “Tío, nos vamos a llevar un billetazo, al hombre lo han adornado feo y quiere tres bandidos para que el tipo pague por lo hecho”, le contó. El veterano escuchó con atención a su amigo, se agarró la cabeza y le respondió: “Sobrino, no voy a conseguir tres palomillas sino cuatro. Dos para que te abollen a ti por prestarte a esas idioteces y dos para que le peguen al cojudo que no supo cuidar a su mujer...”. El encargado entendió el mensaje. Buscó a su amigo y renunció al trabajito.