¡Mi gente hermosa de ! Hemos regresado con una alucinante entrevista. Cada vez que me acostaba soñaba con tener a esta una leyenda del fútbol peruano y del fútbol internacional. Una vez más, la fe me da una lección y hoy es un honor, un privilegio, sentarme frente al gran y regalarle un momento increíble a todos ustedes.

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El popular ‘Cholito’ Sotil nos abre su corazón y nos revela partes desconocidas de su vida: sus inicios en el fútbol, sus amigos más entreñables, su paso por el Barcelona y devela leyendas urbanas y anécdotas de antología en el fútbol. ¡Imperdible conversación.

Don Hugo, el físico de usted es su genética o es por cierto trabajo que hacía. Su pantorrilla es alucinante...

Yo soy de Ica y me crié en un campo de tierra, empecé a jugar con pelota de trapo, mi pelota era de medias. El problema era para llenarla, metía papel, todo lo que podía para que sea un balón, una pelota de fútbol. A los 12 o 13 años me mudé al barrio de La Victoria. Yo no conocía a nadie, paraba metido en mi callejón encerrado, no tenía amigos, pero allí, a la espalda del Cine Mundo, había un campo y me iba a ver a los empresarios de La Parada que iban a despejarse un rato, a hacer su campeonato. A los 12 años ya estaba jugando con ellos, jugaba cuatro o cinco partidos como si nada. Me pagaban 10 soles por partido y un plato de comida. Esa era mi chamba los días domingos. Poco a poco nos fuimos acomodando, ya la gente mayor me miraba y tuve la oportunidad de llegar al equipo de mis amores, que es Alianza.

¿Cuál es su barrio en Lima?

El Porvenir, en La Victoria. He jugado 8 y he ganado 7 copas en El Mundialito. Íbamos con guardaespaldas. Nosotros jugábamos para una empresa y nos mandaban con gente brava, la mayoría de equipos van con gente que los protege a todos los muchachos, pero dentro del partido no se van a meter los guardaespaldas, ahí tienes que aguantar todo.

¿Cómo fueron sus inicios en el fútbol?

Llego a los juveniles a Alianza a los 14 años, ahí conocí al ‘Nene’ Cubillas. Estuvimos dos años, campeones invictos. Yo jugaba de volante, el ‘10′ era Teófilo, el ‘9′ era uno de los hermanos La Rosa. Ahí tuve dos años muy bonitos y ya después migré para otro equipo, me fui al Club Deportivo Aliaga. El presidente, posteriormente, fue mi suegro. Yo jugaba en el equipo y trabajaba en la fábrica de él, cargando sacos de café de noventa kilos... eso potenció también mis piernas. Yo nunca me puse faja, les decía a mis compañeros, ‘por qué se ponen faja’, y ahora me doy cuenta por qué, me duele la columna... jajaja. Luego llego ya al Galian, ahí estuve dos, tres años, y ahí me vio el Deportivo Municipal y me llevó a su club. Salimos campeones en segunda...

Don Hugo, su hijo Johan tenía una jugada que yo sé que es de usted, esa que lo retira a José Soto ¿cómo nace esa técnica?

Eso nace en Ica, cuando yo jugaba en el campo. Habían una cumbres, la pelota se iba para allá y yo tenía que subir, ahí también hacía piernas, corría y enganchaba para que no se caiga a la acequia. Ahí aprendo ese enganche y un día lo hago frente al Atlético Chalaco, marcaba Arizaga, Pinto, Prado... una jugada, me la dan por mi lado izquierdo que yo domino mejor y vienen los tres juntos, me querían matar, y le doy un amague y los tres, uno encima de otro. Al otro día, viene un muchacho para pedirme un autógrafo y me enseña la foto del diario La Crónica donde estaba uno encima de otro, yo ni cuenta me había dado, y el muchachito me pregunta, ¿me puede enseñar esa jugada? jajaja. Era un partido de noche todavía, no se veía nada, estaba todo oscuro. Un abrazo para todos los muchachones. Un día lo llegué a conocer a Prado, terminamos llorando, abrazados...

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Luego llega a la selección peruana Didí, para el Mundial de México 70

Después de la clasificación del 69 ya me estaban pidiendo para la selección, pero la gente que va al estadio no me había visto jugar, algunos periodistas nomás sabían, nunca fue Didí. Chale y Mifflin fueron al estadio y vieron el partido y Didí les pregunta, ‘qué tal el muchachito que tanto hablan’, y le dicen, ‘sabe qué, llámelo pronto porque ese juega mejor que todos nosotros’. Después ya me llamaron a la selección y empezó todo, la gente me miraba con otros ojos.

¿Cómo fue la reacción del grupo? ¿Cómo lo recibieron?

Tenía que ir a jugar con el Espinoza en Ica, siempre viajábamos en bus pero en esa oportunidad la Federación mandó un auto especial para mandarme a la concentración en Ancón. Ellos estaban jugando cartas, en esa banda estaba Eloy Campos, Dimas Zegarra, Chale, La Torre, ni miraba los casinos, miraba a los jugadores, y Eloy Campos me dice, ‘Cholito, por qué no haces tus bromas así como cuando juegas’. Compartía la habitación con Eloy Campos. Ese fue mi recibimiento, después ya tuvieron que aguantarme todo lo que decía, ya no los entrevistaban a ellos, me entrevistaban a mí.

Para el 73, la directiva del Barcelona viene acá a Perú para llevarse a Cubillas, pero se lo llevaron a usted.

Ellos vinieron de México, jugaba Muni contra Alianza, ganamos ese partido y en la noche me fui con cuatro cajones de cerveza a celebrar. Cuando estoy empezando una caja vi a cuatro gringos, salgo era el profesor Dino Michel, el entrenador de la Naranja Mecánica, de arranque me dijo, ‘¿quiere ir a España?’ Ya, le dije. Me dijo, ‘venga a las cinco de la mañana y tenga sus papeles en regla para ir a la embajada’, me hubiera dicho a las 9 o 10 jajaja. Esa noche ya solo miraba nomás la cerveza. Vino a las cinco de la mañana y qué embajada, fuimos a la casa del embajador y en la noche ya estaba viajando. Ahí estaba el presidente Belaúnde, llegamos a Barcelona y habían como 300 fotógrafos y periodistas y yo le digo a Belaúnde, ‘va venir un cantante, una autoridad’, y me dijo ‘no, te han venido a ver a ti’. Yo no sabía, había escuchado pero más había escuchado del Real Madrid, pero ellos tenían cinco copas, yo tenía una nomás. Me dicen, ‘tienes que hacer una conferencia de prensa’, yo ni sabía qué era, y al final tuve que responder, no a todos, pero fue anecdótico.

Llegué a un club donde todos quisiéramos llegar, yo tuve la suerte, y espero que si un muchacho llega, no regrese, que haga su futuro allá... estoy muy agradecido del club, con decirte que yo me retiré del Barcelona el 77 y todos los años me invitan a mi señora y a mí a unas vacaciones de 15 o 20 días. Feliz porque ahora Johitan están allá, se fue con toda la familia, se ha llevado hasta su perrito, se ha ido a hacer unos cursos de entrenador. Nunca lo vi jugar, nunca fui al estadio, me muñequeaba.

Usted es un buen embajador del Perú en España

Si tienes fe llegas, yo tuve fe y llegué sin querer al Barcelona.

¿Fue verdad que vinieron a ver a Cubillas y se lo llevaron a usted o fue solamente una especulación de la prensa?

Nunca lo supe, y si lo supe fue una versión que salió de acá, del periodismo. Si hubiese sabido, qué voy a pedir cuatro cajas de cerveza jajaja... no sabía. A los dos días estaba debutando, debuté con Municipal en un torneo, fue un equipo peruano, un argentino, un alemán y nosotros, les ganamos cinco a cero, lo habían llevado de refuerzo a Aguero, era mi lorna, pero me marcaba presión. Él también se quería mostrar, había llevado su currículum. Luego hicieron una gira por varios partidos de Europa, Municipal solo fue invitado por Barcelona, por el pase, y luego movieron contactos ahí y se quedaron como 20 días, se fueron hasta Suiza.

Ese año también llega su compadre, Johan Cruyff

Él había firmado casi los mismos días que yo, pero había una cláusula que decía que no podía jugar, se hospedó en el mismo hotel que yo. Su hijo Jordy tenía misma edad de una de mis hijas, ahí se ponían a jugar en el pasadizo, desde ahí algo me decía que iba ser un buen amigo, que en paz descanse. Yo era el único que podía abrazarlo, besarlo, él se bañaba solo, tenía vergüenza, pero yo lo acompañaba, él me decía ’qué haces acá, has venido para otra cosa’ jajaja. Él me tenía cariño, una bella persona, era flaco, pero tenía una piernazas, le pusieron El Concorde.

Usted lo hace su compadre

Él no es mi compadre espiritual, es mi compadre de amistad, me había agarrado cariño, siempre paraba conmigo, él me decía compadre y yo le decía compadre, y ya nos quedamos así. Ya habían nacido mis dos hijas, mis dos hijos Johan y Jair nacieron en Lima y ahí aproveché para ponerle el nombre a mi hijo por nuestra amistad.

Una anécdota con Jairzinho

El año 74, 75, yo no jugaba en La Liga por la doble nacionalidad, hicieron un partido el resto de América y en ese equipo estaba Amancio, Eusebio, Johan Cruyff, Rivelino, Jairzinho, Jani Rivera, ganamos 14-0. Era un equipo que estaba en primera, pero nosotros teníamos jugadores que todavía jugaban... como Johan, Pelé, todavía había gente que estaba en actividad, era buen equipo. Yo tenía que regresarme a Barcelona y él me dice... ‘vamos a mi casa’, era mitad de semana, nos fuimos a escuchar música en brasileño, cómo tiraban ritmo, al final me dice ‘cholo, a dónde vas’, eran como las tres de la mañana, me dice, ‘no, vamos a mi casa’. Una bomba. A las 7 de la mañana ya estábamos bombaza. A las 9 tocan la puerta, era su viejita, ‘hijito, tu desayuno’, y yo le digo, ‘mamita, tráeme una caipiriña’ jajaja. Primera vez que comía frijones negros, me pedía que me quede, ya qué me iba quedar, él ya estaba despierto ya, no sé si habría dormido. Ellos toman y bailan, yo sentado.

EL 5-0 AL REAL MADRID

Cuéntenos de esa goleada histórica en el Bernabeu que le ganaron al Real Madrid, cinco le metieron...

Nosotros teníamos gente más joven, ellos tenían a un Pirri que ya estaba acabando su carrera, Amancio, Netzer, un alemán, y después eran jovencitos, pero nosotros teníamos ya una edad, 26 años. Llegó el partido y ellos empezaron a atacar, pero tuvimos un arquero que todas las agarraba y los 20 minutos posteriores encajamos dos goles. Al final llega la jugada esa, hago el gol de cabeza, el quinto gol, yo salí corriendo como para irme a la tribuna oriente, como se celebra acá en el Perú, y me agarra del cuello Cruyff, ‘a dónde vas’ me dice, ‘a celebrar mi gol pues’, ‘oye tú quieres que nos maten acá'... es que allá no había malla. Me aguantó, me hubiese gustado celebrar a mi manera ese gol.

EL FERRARI AMARILLO DEL CHOLO SOTIL

Y esa historia de su Ferrari amarillo que se compró

Todos tenían Maserati, yo tenía un Fiat chiquito jajaja. Así que dije, ‘no cholito, tienes que comprar un carrito’ y lo peor de todo, ellos no pagaban, no era su carro, a ellos se los daban para que lo usaran, yo no sabía eso, yo me lo compré después me arrepentí, dije ‘para qué he pagado’. Había un señor que tenía mucho dinero, se compró un Ferrari color amarillo, igualito al mío, y él sabía a qué discoteca iba yo, yo encaletaba mi carro, y él se compra del mismo color y lo pone en la puerta, el que pagaba pato era yo. A los días me llama el míster, me había echado la culpa que yo paraba en la discoteca todos los días. Un día fui sin carro, le tomé foto a la placa y llevo las dos fotos, la mía y la del otro. Se fue a averiguar y me pidió disculpas. Yo iba pero me encaletaba, solo los domingos, el míster me daba permiso los domingos, ya el día lunes iba al examen médico y ya la empalmaba ya en mi casa, porque a mí me controlaban el peso, tenía que pesar 70 kilos, el martes ya te estaban pesando, si el jueves a la hora del partido de práctica no estabas en ese peso no entrabas en lista, así seas titular, así que el jueves ya estaba en 70. Comía pura carnecita, pero el lunes me comía mis frejoles. Yo tomaba champagne, cuando iba a ese discoteca, ese pata me mandaba champagne, yo nunca lo conocí, nunca se dejó ver, pero creo que era el mismo dueño. Ahí escuché a la gran cantante Olga Guillot. Yo he tenido la suerte de conocer a Camilo, a Julio Iglesias. Un día fuimos a jugar a Cali y el cantaba con Mercedes Sosa y Julio me dice ‘cholo, tus cachas están ricas’, me sorprendió, le dije, ‘no sigas jajajaja’.

¿Cuántos mundiales jugó Hugo Sotil?

Hugo Alejandro Sotil Yerén, con 73 años, es considerado uno de los mejores futbolistas en la historia del fútbol peruano. Junto a Teófilo Cubillas y Héctor Chumpitaz, pertenecen a la generación dorada que ganó la Copa América de 1975, clasificó a cuartos de final de los Mundiales México 1970 y Argentina 1978.

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