
El Estadio Inca Garcilaso de la Vega se preparaba para una remontada histórica de Cienciano. La hinchada del ‘Papá’ llegó con la ilusión de empujar a su equipo a empatar la serie ante Bolívar y forzar los penales. Sin embargo, el plan se vino abajo muy temprano.
Apenas transcurrían 15 minutos cuando un viejo conocido del fútbol peruano, el uruguayo Martín Cauteruccio, se paró frente al balón desde los doce pasos. Con categoría, el ‘Killer’ engañó al portero imperial y puso el 1-0 para Bolívar.
El tanto llegó tras un error defensivo de Maximiliano Amondarain, quien cometió un claro penal sobre el argentino Damián Batallini. La falta fue sancionada sin dudas por el árbitro, desatando la furia de los jugadores y la tribuna cusqueña.
Con el tanto de Cauteruccio, la situación se complicó aún más para los dirigidos por Carlos Desio. En la ida, jugada en La Paz, Bolívar había ganado 2-0. Ahora, con este gol de visita en Cusco, Cienciano necesitaba al menos tres tantos para intentar forzar los penales.
OTRO BALDAZO
La hinchada no dejó de alentar, pero el golpe fue duro. El Garcilaso, que hasta ese momento era una caldera, quedó en silencio por segundos tras el festejo del delantero charrúa.
El gol de Cauteruccio también significó una especie de revancha personal: el uruguayo, recordado por su paso goleador en Sporting Cristal, volvió a marcar en tierras peruanas, esta vez con la camiseta de Bolívar.
Sin embargo, lo peor estaría por venir. Cienciano se lanzó al ataque y, sobre el final del primer tiempo, Batallini marcó un golazo de fuera del área para ampliar la cuenta. Ahora el ‘Papá’ necesita cuatro goles para forzar los penales. Los cusqueños necesitan un milagro para darle vuelta a la serie.








