Estamos en La Victoria con George Forsyth. No en Matute, esta vez es en la municipalidad. El ruido de los autos se filtra por las ventanas y se combina con el martilleo que provocan los albañiles que reconstruyen la plaza Manco Cápac. El alcalde lleva en sus manos una taza con una infusión para calmar el frío. Antes de salir a recorrer las calles de su distrito, se sienta un momento, calma su ímpetu y responde a preguntas que van más allá de la política y el ajetreo.
Espero que pronto pueda tener una suegra.
Siento envidia de ese que nombran en el periódico.
Me encantaría que fuera cierto.
Las peruanas son más buenas que el pan.
Para solucionar los problemas del Perú hay que nutrirse de otras culturas.
Primero que me lleve al cine, que haga su esfuerzo, no sería fácil.
Sobrevivo.
Sé que no la voy a conquistar por ahí, pero verá que dejo todo en la cancha y valorará mi esfuerzo por hacer un buen plato.
Vivo solo desde jovencito, mi mamá me preparó para todo. Sé limpiar, lavar, coser...
Mejor te digo el más ‘chancado’...
John Galliquio.
Cuando me saluda me dice: ‘Hola melli’.
Que soy su mellizo, ja, ja, ja.
Yo.
Sé bailar y él está en ‘naranjas’.
Eso comentan los envidiosos.
Piensan: ‘Piedrón y tiene ritmo’, hay que maletearlo con algo.
Hace mucho tiempo quiero ser papá, desde que jugaba.
Sé que llegará.
No hay un perfil específico.
Que tenga buen sentido del humor.
Alianza y la ‘U' nos necesitamos para vivir. Si es crema, no hay problema.
Mi esposa es La Victoria.
Complicada, la amo y requiere de harto trabajo.
Recibo muchas amenazas, me quieren hacer daño mafias a las que no les gustan los cambios que hemos hecho.
Tengo la tranquilidad de que no van a atentar contra un hijo mío.
Me ayuda haber sido arquero, en ese puesto recibes muchas críticas y está prohibido fallar. Acá es igual, debes tener una concentración constante.
El problema del país es que sus autoridades visten así todo el día.
Ponte saco y corbata, y recorre en verano los distintos distritos. No avanzas ni una cuadra.
El terno te obliga a estar encerrado.
Ando en la calle, es la única forma de ver la realidad.
Cuando toca una reunión. Más tengo botas, jean y polos. Estamos chambeando.
Para conseguir votos sí salen, después no quieren ir a ningún lado.
Acá no hemos trabajado por Zoom o videollamadas. Salimos para que el vecino se quede encerrado.
La gente había perdido la esperanza en el sector público, pero ven que hacemos las cosas correctamente y reconocen el esfuerzo de mi equipo.
Soy conocido desde los 16 años, a esa edad sacaron mi primer ‘ampay’.
He vivido con ella 22 años, no me marea y sé que es efímera.
Fama y poder no me seducen.
Mis polos y gorras son de ‘Gamarra’.
‘Me has hecho volver a creer’. Me dijeron que han pasado décadas y nunca nadie hizo nada por el país y el distrito.
Soy hijo de diplomático. Cuando me comentan, así como tú, respondo que lo extraño es que haya sido futbolista.
Es sumamente inteligente y culto, me dijo que había sido arquero, pero no chapaba ni una pelota de playa.
Allí dicen que tengo mitad–mitad.
De la cintura para abajo, ja, ja, ja. Deja marketearme.
Por culpa directa del ‘Trome’ todos me llaman ‘Ken’.
A ustedes por la buena onda. Un gran abrazo a los lectores.
Se puso de pie y enrumbamos a la calle. Nadie lo atacó o gritó algún improperio. Siempre con una sonrisa y sin dejar de contar anécdotas, el alcalde victoriano parece haber leído la sentencia del exministro francés Charles de Gaulle: “He llegado a la conclusión de que la política es demasiado seria para dejarla en manos de los políticos”.
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