Dos casos extrafutbolísticos resonaron esta semana en los medios de Brasil: la muerte de un hincha de Palmeiras durante una gresca con fanáticos de Flamengo y la acusación de racismo contra el preparador físico de Universitario, Sebastián Avellino Vargas, durante el partido por Copa Sudamericana ante Corinthinas. Ambos casos ocurrieron en Sao Paulo.
A propósito de los lamentables incidentes, el presidente de Braisl, Luiz Inácio Lula da Silva, fue consultado sobre la violencia en el fútbol la noche del jueves y su respuesta fue contundente. “Creo que la legislación tiene que ser dura, para castigar a cualquiera que practique la violencia. Empezando por los prejuicios y el racismo”, señaló el jefe de Estado.
Sus declaraciones se produjeron pocas horas después de que el juez Roberto Porto, de la 4ª Sala de lo Penal del Tribunal de Justicia de Sao Paulo, negase el habeas corpus presentado por la defensa del preparador físico Sebastián Avellino), quien fue detenido en flagrancia el martes pasado, acusado de racismo y discriminación contra los aficionados de Corinthians.
El jueves también se hicieron públicas las imágenes del incidente en el que se ve al preparador físico de Universitario de Deportes cuando dirige a la tribuna donde estaban los hinchas de Corinthians haciendo gestos de carácter racistas con sus brazos que provocaron su detención. Las imágenes indignaron a los medios brasileños que señalaron cómo el profesional del fútbol “imita a un mono” ante los hinchas.
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