Rodrigo Cuba confesó que lo mandaron a seguir cuando estaba en Aurich.

, exlateral de Alianza Lima y Universitario, y hoy más famoso por su vida en la farándula que por sus cierres en la banda, es el más reciente invitado del podcast La Fe de Cuto. Entre risas, anécdotas y recuerdos, el ‘Gato’ soltó una confesión inesperada: en el Juan Aurich no solo ganó como en el extranjero, sino que también vivió momentos de tensión al punto que lo llegaron a mandar a seguir.

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Todo empezó en 2013, cuando las ofertas de Austria y Argentina se cayeron por una inoportuna lesión en la clavícula. Entonces apareció en su camino Edwin Oviedo, por esos días el ‘Abramovich’ del fútbol peruano. Aurich lo tentó con tres años de contrato, una prima generosa y un sueldo cuatro veces mayor al que recibía en Alianza Lima. “Lo que me pagaban en un mes era lo que ganaba en todo un año en Matute”, recordó.

El Gato Cuba contó sus mejores anécdotas en la pelotita (Foto: GEC)
El Gato Cuba contó sus mejores anécdotas en la pelotita (Foto: GEC)

La firma del contrato fue de película. Primero no apareció la prima, pero el papá de Cuba puso el parche. Horas después, en un restaurante, apareció el bolso con dinero en efectivo. “¿Qué es esto?”, pensó sorprendido el ‘Gato’, que de pronto ya era jugador top en Chiclayo.

DEL SUEÑO A LA PESADILLA

El buen momento lo llevó pronto a la selección peruana, donde compartió vestuario con Paolo Guerrero, el Loco Vargas, Jean Deza y André Carrillo. Entre relojes de 90 mil dólares y apuestas en ping-pong, Cuba guardaba con cuidado los sobres que repartía García Pye.

Incluso llegó a tener una propuesta del Internacional de Porto Alegre, gracias al mismo empresario que llevó a ‘Cachito’ Ramírez a Brasil. Pero Oviedo le cerró la puerta con una promesa: “Después de la Copa América vas a valer el doble”.

El sueño empezó a apagarse tras una lesión en la rodilla y, sobre todo, con la salida de Oviedo a la Federación Peruana de Fútbol. Ahí se acabaron los lujos: ya no había departamento, ni almuerzos, ni cenas. Lo que antes era puntualidad en los pagos se convirtió en depósitos a medias y con retraso.

Rodrigo Cuba fue seguido por los dirigentes de Juan Aurich (Foto: GEC)
Rodrigo Cuba fue seguido por los dirigentes de Juan Aurich (Foto: GEC)

Las sanciones también se volvieron insólitas. “Un día llegué tres minutos tarde y Mosquera me mandó a disposición de la directiva. Me aplicaron 50% de multa en mi sueldo. Yo reclamaba: ‘¡La tardanza es 100 dólares!’. Pero me buscaban la sinrazón”, contó.

Y lo peor vino después: la directiva lo empezó a vigilar fuera de la cancha. “Incluso me seguían hasta mi departamento para ver con quién llegaba y me mostraban las fotos”, reveló.

Al final, lo que empezó como la gran oportunidad de su vida terminó siendo una pesadilla para el ‘Gato’, que aprendió que no todo lo que brilla en el fútbol peruano es oro.

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