Raúl Fernández fue el invitado de esta semana en La Fe de Cuto y habló de todo un poco sobre su trayectoria. Foto: Grupo El Comercio
Raúl Fernández fue el invitado de esta semana en La Fe de Cuto y habló de todo un poco sobre su trayectoria. Foto: Grupo El Comercio

Mi gente de ‘La fe de Cuto’, gracias por , les traemos la primera parte de una entrevista de colección con nada más y nada menos que con Raúl Fernández, Supermán. Tiene harto aguadito crema para contarnos en una íntima charla llena de emoción y respeto.

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Una entrevista de hincha a hincha. Supermán confiesa que su sueño siempre fue jugar en Universitario y, como si hubiera sido ayer, recuerdo como se sintió cuando jugó al lado de sus ídolos El Puma, Chemo y este servidor, Cuto Guadalupe. Muy emotivo.

Además, Raúl Fernandez cuenta cómo fue su frustrado pase a Boca Juniors y cómo fue que ganó continuidad en el equipo crema tras la salida de Nunez y la llegada de Ricardo Gareca. Arrancamos, mi gente, no se olviden que la fe es lo más lindo de la vida.

¿Por qué el Puma te fastidiaba siempre?

El Puma a quién no fastidia... Lo que pasa es que es mi tío el Monito Solesi, y ellos son del Rímac. Yo de chibolo me acuerdo que cuando era su cumpleaños de mi tío, siempre iban los jugadores de la U y yo emocionado de ver a los jugadores, les tomaba fotos. A los 12 o 13 años, le decía mi tío que me lleve a la U para probar y me decía, ‘no, ya te he visto en el barrio y no pasa nada’. Nunca me llevó pero cuando me vio en la U, ahí sí me dijo ‘sobrino’. Mi tío le dijo al Puma, ‘ahí está mi sobrino, trátalo bonito’. Me decía, tú eres su ‘Montaner’. Es la esencia del Puma, a quién no fastidia... El Puma me metía mis lapos... y me decían, ‘te da porque te quiere’.

Cuéntanos de tu barrio

Palao es un barrio de toda mi niñez, toda mi infancia, mi adolescencia, un barrio de Alianza, fue bien difícil pero mi casa marcaba la diferencia porque toda mi familia era de la U. Salíamos a jugar, mi hermano, mis primos, todos de la U, contra la gente de mi barrio que son de Alianza. Cuando venían mis primos del Rímac hacíamos nuestros clásicos, cada uno traía su camiseta de la U, contra la gente del barrio, que todos tenían su polo de Alianza. Éramos el lunar... Después los mismos vecinos pusieron arcos de madera y quedó una cancha que jugábamos 9-9. Desde ahí nos emocionábamos. Yo en ese tiempo me creía Zubczuk, Ibañez... siempre tapé pero es porque siempre jugaba con más grandes, como mi hermano es mayor... Me caían las pelotas en la cara que hasta me hacían llorar, y yo decía ya no quiero tapar, pero seguí parejo y siempre la tuve clara, siempre me gustó ser arquero. Me gustaba ese puesto, me gustaba bastante.

¿Qué anécdota del barrio se te viene a la mente?

La verdad, hasta ahorita, cuando me encuentro con mis amigos, quedan los clásicos que jugábamos por el chupete que en esa época valía 20 céntimos. La gente se mataba, se iba de cara. El deporte iba cortando toda discusión, pelea, entre barrios, unía bastante y eso fue algo que me marcó a mí desde pequeño. A veces jugábamos con otros barrios, había el tema del pandillaje, terrible, en esos tiempos el fútbol hizo que nos uniéramos y que el hinchaje se vaya tornando en una cosa más amical.

Universitario: Raúl Fernández responde a sus críticos con este mensaje [FOTO]
Universitario: Raúl Fernández responde a sus críticos con este mensaje [FOTO]

¿Cómo eras en el colegio?

Era un alumno promedio, normal, no era mi malo ni excelente, cumplía con mis tareas pero en secundaria ya es donde empecé a aflojar un poco. Estudiaba en mi barrio, un colegio pequeño y de ahí me dieron el colegio de la U, en quinto de media, porque ya me invitaban a entrenar al primer equipo y los entrenamientos eran en las mañanas, esos últimos años perdí un poco el tema escolar porque ya decidí por la carrera de futbolista. Mi madre me apoyó bastante y accedió. Era curioso porque era un colegio de mi barrio que se llamaba San Fernando y jugaba para el colegio José María Arguedas, nacional, del estado, y jugaba con la selección de ese colegio, el profe un día me vio en el barrio y me llamó a mí y a mi hermano. Fuimos campeones en el tema escolar pero nunca estudié ahí.

¿En qué momento empiezas a jugar al fútbol?

Lo decidí cuando vi a la U dar el tricampeonato, ahí fue donde dije quiero ser futbolista, tenía 13 o 14 años. En ese momento le metí de lleno. Llegué a probarme a la U por medio de mi madrina, que es Doris Reina, la hermana de Cachete, de Lucho Reina... yo tuve un tema ahí con un amigo, bien gracioso, me dice ‘oe, estoy jugando en Cristal, no quieres ir’, yo le dije que era hincha de la U y me dijo ‘quién te va llevar de ahí, vamos a Cristal, mi papá conoce porque ha jugado, mi papá ya habló para ti’, le dije ‘ya, vamos’ y cuando llegamos me dijo ‘ahí está el profe, anda habla, yo voy a ir a comprar’, voy, me presento y le digo que voy de parte de mi tío, él me dijo que no lo conocía, mi amigo se escondió en los arbustos. Gracias a esa payasada me ayudó para poder probarme en Cristal, el profe era Neneka.

¡Qué buena!

Estuve con Neneka tres meses en Cristal, llegaron las pruebas, en ese tiempo el entrenador de menores era Leoncio Cervera, ahora está en la U, estuvo en Cristal trabajando, y eran un montón. Yo estaba sentado esperando... pero no quedaba gente y me dice: ‘gracias, anda busca otra oportunidad’. Yo en ese aspecto he sido bien aventado, le dije ‘aunque sea patee, yo me pongo a tapar’, pero ya no quería. Mi mamá era profesora y tenía de auxiliar a Doris Reina y ahí se me prendió el foquito, le dije a mi mamá ‘dile a tu amiga que me lleve, que su hermano es Lucho Reina’. Pasaron como tres semanas y llegó la llamada ganadora, me dijo que estuviera en su casa a las 7 de la mañana, yo estuve a las 6 y nos fuimos al Lolo, me presentó al profe Rubiños y me dijo ‘yo voy a ser tu madrina’, desde ahí fue mi madrina en el fútbol. Ella fue bien clara conmigo, ‘yo te voy a ayudar hasta la puerta, de ahí tú haces el camino, ya depende de ti’. Ahí me dejó con el profe Rubiños, él me formó, es mi papá en el fútbol, lo quiero y admiro mucho. El viejo me tuvo mucha paciencia y me fue formando de a pocos. Siempre hablo con él, lo llamo, lo saludo.

¿De tu promoción es el Tato Ortiz? ¿Qué se te viene a la mente cuando te promueven al primer equipo?

Felicidad, no lo podía creer, estar ahí con el Cuto, con el Puma, yo los he visto en la tele, compraba los periódicos porque en el medio salían los poster de los jugadores, en mi cuarto los tenía todos. Chemo también estaba, el ídolo de la U, la verdad que entrené poco con ellos, sobre todo con Chemo, pero para mí ya era bastante. Cuando le dije a mi mamá no lo podía creer y mi abuela, que en paz descanse, me preguntaba por la ‘candela’ (Dinero). Fue una sensación única, algo que uno no puede creer, que llega en el momento en el que menos lo piensas. Anhelaba y cuando más lo quería, se me hacía cuesta arriba. Siempre nos querían robar. Bajamos en Caquetá, estaba el Narizón y estaban con su ropa la Umbro, sus chimpuneras, nosotros con bolsa nomás... la cosa es que nos quieren robar y todos reaccionamos, fue una batalla, cuando le empezamos a dar, salieron como 15 pirañas, nos agarramos, esos tiempos eran diferentes, ahora sacan fierro y ya. Desde ahí ya sabían, ‘ya vienen los d ela U, ellos son más pirañas que nosotros’ jajaja.

Universitario de Deportes: Raúl Fernández sueña con volver a la selección
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En ese tiempo los arqueros en Chiquito Flores, José Carvallo, Miguel Escalante...

El arquero el día del partido no trabaja pero toda la semana se saca el ancho, era terrible. En el partido ya tenías unas cinco o seis acciones por partido, pero es parte de... al menos en equipos grandes te llegan poco pero tienes que responder y resolver de la mejor manera.

¿Cómo era Toñito y Rabanal?

Te cuento la del tío Jaime la Torres, el tío el presidente de menores. El tío decía ‘oe, me falta plata’, es que dejaba su sencillo. Los muchachos eran terribles. Un día mi tío se hace el dormido y estos empiezan a gatear, el tío les dijo ‘oye, ya te vi’ y le dijeron ‘tío me duele el estómago’. No, el tío ya sabía...

Cuéntanos la de la Visa...

Estábamos en el bus y Toñito le dice a Chiqui para sacar la visa, estábamos en la selección, en la Copa América. Le dijo que quería conocer EE.UU. y llevar a su familia a Disney y Chiqui le dice, habla nomás, Toñito le dijo ‘Tú hablas con Osama ¿no?’, le dije ‘oe, es Obama’. Después estábamos ahí, un frío de la patada, en Mendoza, la cancha estaba congelada y teníamos que ir con estacas para romper hielo y poder entrenar. Todos estábamos abrigados y Toñito con un polito y un shorcito, le dijimos si no tenía frío y nos dijo ‘qué eres, sí toda la vida he vivido en Francia’ jajaja.

Fernández dejó Universitario para fichar por Vallejo. (Foto: Violeta Ayasta / GEC)
Fernández dejó Universitario para fichar por Vallejo. (Foto: Violeta Ayasta / GEC)

SU FRUSTRADO PASE A BOCA JUNIORS

En 2005 conoces al técnico Pepe Basualdo, quien te recomienda a Boca Juniors

Estoy muy agracedido con él. Recuerdo que llegamos del sudamericano Sub20, nos conocimos, empezamos a entrenar, nos miró y me preguntó cuántos años tenía, creo que tenía 18, le gustó como atajaba y me dijo ‘aquí te vas a perder, anda a Argentina, ¿quieres ir a Boca?’, yo pensé que estaba bromeando. Yo le dije, ‘mis maletas ya están hechas’. Luego viene y me dice, el sábado te vas a Argentina... no lo podía creer y estuve allá, en Boca, pero cuando empezamos a hacer el trámite de los papeles, ya empezó a inflar y pedir una cifra muy elevada por mí, que no había jugado ningún partido en primera, no se pusieron de acuerdo los directivos y se frustró ese pase, así que me regresé cuando me dijeron que tenía que regresar. Regresé un poco triste, estaba ilusionado con hacer carrera allá. Me dio la oportunidad de aprender, de ser más disciplinado. Estuve como dos meses en Argentina... el tío Eddy Linares me llevó, nos fuimos con él y él me dijo las cosas como son, me acuerdo que siempre me metía mis puteadas

Tú te comías la comida de todos...

Hay que asegurar pues tío. Había de todo, se comía bien ahí, el buffet lo era todo. El tío renegaba con todos, pero cuando me llevó a Argentina, el trato fue diferente. Ya le brillaban los ojos, ‘no te vayas a olvidar de mí’, me decía.

¿Cómo fue la del Chelo Delgado?

Yo estaba en Casa Amarilla entrenando, es como el Lolo, es la Bombonera pero a las afueras. Va el Chelo Delgado a buscar al peruano. Lucas Pratto viene corriendo y me dice ‘Negro, el Chelo está que te busca’. Me dijo que no le dijera ‘tío’ y que había venido de parte de Pepe Basualdo y me dijo que cuando termine de entrenar íbamos a almorzar. Luego me dijo que lo acompañe a comprar, me llevó a Nike y me dijo ‘chapa todo lo que quieras’, agarré un par de guantes nada más, además unos zapatos de fútbol y luego agarró más ropa y me la dio, estaba haciendo frío. Muy agradecido con los dos. Pepe me agarró mucho cariño, no sé por qué, pero es recíproco.

La U estaba pidiendo mucha plata...100 mil dólares...

Ni habíamos debutado en primera... era una moneda al aire, Pepe me dice ‘no, quédate por allá tranquilo que yo me encargo’. Pero en un momento me llamó don Alfredo y me dijo que me regrese y que yo valía más.

En un momento te vas a Sport Áncash con mi gran amigo Pepe Mallqui

Llegó a ser congresista Pepito... Estuve ahí seis meses que jugué, habló con Alfredo para prestarme porque justo no tenía gente y querían chicos de la U. Nos fuimos una mancha a Huaraz, fue una experiencia linda pero te sientes en confianza porque estás con tus amigos de toda la vida, hay una gran amistad con todos ellos y los años lo dicen, esto te hace sentir cómodo, protegido, te cuidan la espalda

Raúl Fernández, portero de Universitario
Raúl Fernández, portero de Universitario

RICARDO GARECA LO DIRIGE EN UNIVERSITARIO

Luego regresas a Universitario en 2007, nos volvímos a encontrar...

Regresé más grande, más cuajado, muscularmente también. Estaba Nunez... me decía ‘ya estás pa jugar’ jajaja, me miró diferente...

Ahí te dirige Ricardo Gareca...

Lo sacan a Nunez, queda su asistente, Julio Gómez. Me hizo jugar, jugué en el Monumental con Sullana el 18 de setiembre de 2007, me acuerdo porque era cumpleaños de mi tío y la llamé a mi mamá. Bajando del Monumental me dice ‘cómo estás’ y le digo ‘bien, profe, esperando a ver si algún día me pone’, pero de broma porque yo ni jugaba, me dijo ‘hoy es tu día, hoy vas a jugar’. Le digo ‘profe, no se juegue así’, no lo podía creer. La llamé a mi mamá y mi mamá se puso a llorar, me acuerdo que lo escuchó por la radio porque no tenían ni cable. Se fue del tono de su hermano llorando, orando mucho mi mamá, mi mamá y mi papá son pastores evangélicos. Me fue bien, quedamos 0-0 con Sullana. El siguiente partido ya sí me destapé, fue contra el Total Clean, ahí fue donde me gané al profe, a la hinchada, ganamos 1-0 y ahí empezó. El profe duró poquito, tres o cuatro partidos y de ahí lo sacaron y entró Ricardo.

¿Cómo te fue con Ricardo?

Ricardo repitió el mismo equipo y creo que ese año nos quedamos fuera del Clausura por un punto y campeona el Bolo, nosotros le ganamos a San Martín y automáticamente San Martín se volvió campeón nacional. Yo no entendía qué estaba pasando. Con Ricardo continué haciendo la carrera, de ahí campeonamos 2008 el Apertura, de ahí nos vino un bajón con el Clausura, no sé qué pasó. Una campaña destacada de Donny Neyra. Gareca amaba a Donny, era su hijo, le puso que era el ‘Riquelme de Ate’.

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