POR: FERNANDO ‘VOCHA’ DÁVILA
Al fondo se escucha el grito de un profesor dando indicaciones. Paolo Maldonado es el técnico de la categoría 2004 de Universitario, club donde dejó huella y también vivió mil anécdotas. ‘Manzanita’ se anima a contar algunas...
¿Podría decirse que el ‘Chino’ Pereda es tu ‘esposa’ en la pelotita?
Hemos compartido buenos momentos de amor... pero por el fútbol.
Aseguró que no hay nadie más jodido que tú...
Ahora te cuento una de él...
Adelante...
Los dos compartíamos cuarto con Marko Ciurlizza, que recién había sido ascendido a Primera y nos gustaba quedarnos despiertos, jugando ping pong o billar...
Luego...
Un día me metí a la habitación con Marko y puse seguro a la puerta para que no pueda entrar.
¿Lo dejaste afuera?
Tocaba y tocaba, le mentaba la madre a Ciurlizza para que le abra la puerta y después de buen rato, recién entraba.
¿Reaccionaba mal?
Lo agarraba a cocachos porque no le hacía caso.
¿Eso fue en la concentración del ‘Lolo’?
Sí. Nuestro cuarto estaba junto a ‘África’...
¿Dónde?
Así llamábamos a la habitación de al lado, porque dormían ‘Cuto’ (Guadalupe), Eddy Carazas, Rafael Gallardo, la ‘Foca’ (Roberto) Farfán y (Carlos) ‘Mágico’ Gonzales. El espacio era para tres, pero todos se metían a vivir allí.
Roberto Martínez, con las chicas, ¿está en otro nivel?
Nadie puede negar que tuvo mujeres famosas y hermosas.
¿Era bravo?
Cuando concentrábamos en el hotel ‘Ariosto’ de Miraflores, salíamos de 9 a 10:30 de la noche y afuera llegaban chicas del colegio Pestalozzi y Markham.
¿Quiénes estaban en ese grupo?
Jean Ferrari, ‘Camioneta’ Olivares y yo.
¿Es cierto que una Navidad la pasaste con un técnico?
En 1995 estaba soltero, llegaron las fiestas y aún teníamos que definir con Alianza.
Qué pasó...
Sergio Markarián me preguntó dónde pasaría la ‘Nochebuena’, le contesté que seguramente con unas primas y me invitó a estar con su familia. Ese día estuvieron él, su esposa, el preparador físico Mario Mendaña y señora, y yo.
¿La pasaste bien?
Sí. También me dijo que me quedara a dormir en su casa, porque al día siguiente entrenábamos por la mañana.
¿Te quedaste?
Claro. Ahora que ha pasado el tiempo, no sé si le dio tristeza que no esté mi familia conmigo o quería asegurarse de que no salga a hacer nada indebido.
¿Dormías con Martín Rodríguez?
Sí, porque nadie quería estar en su cuarto y, como yo era chibolo, me mandaban con él.
¿Era tan jodido?
Tosco, sus bromas eran metiendo cocachos y encima renegón.
Cuando viste en la televisión que te anunciaban con la frase ‘Más adelante...’
Tranquilo, estaba con mi novia, que ahora es mi esposa. Eso del ‘trencito’ lo habíamos hecho un millón de veces y calatos en un vestuario.
¿En serio?
Por supuesto, pero eso sí, yo siempre era el último vagón ja, ja, ja.
Muchas gracias por tus recuerdos...
A ustedes por venir a visitarme hasta Lurín.