Mi gente de La Fe de Cuto, luego de un entrañable episodio con Leo Rojas, estrenamos una entrevista con Óscar Ibáñez, un arquero que ha hecho historia en el torneo peruano y que ahora suelta todo el aguadito.
Óscar Ibáñez cuenta sus más divertidas anécdotas, como la de su llegada al Perú para jugar por Alianza Lima. Además, recuerda el tricampeonato con Universitario, la Sudamericana con Cienciano y más. No se olviden que la fe es lo más lindo de la vida.
¿De qué barrio eres de Argentina?
Yo nací en la provincia de Chaco, localidad de Roque Sáenz Peña, y al año nos fuimos con toda la familia a Buenos Aires, toda mi infancia hasta la actualidad, está en el barrio Don Torcuato, ahí transcurrió toda mi infancia hasta que después me casé y vine acá a Perú.
¿Qué recuerdas del barrio?
Yo tuve la suerte de crecer en ese barrio, típico barrio de zona humilde, trabajadora y donde cruzaba la calle y tenía el clásico potrero, una manzana que se iba transformando de cancha, nunca con pasto, porque era un terral, pero pasabas todo el día ahí. Yo jugaba con los grandes, vi jugar a mi viejo, a mi hermano, siempre la excusa era jugar al fútbol, estaba todo el día ahí, venía del colegio, hacía las tareas rápido para irme a jugar.
¿Cómo empieza tu carrera como futbolista?
Transcurrió mi infancia como la de todos, queriendo jugar al fútbol, a mí me gustaba mucho Gatti y Fillol, dos arqueros totalmente distintos, pero los dos eran unos cracks, los mejores de la época. En el barrio jugaba de central, volante, arquero, delantero. Un amigo del barrio me dice que lo acompañe para probarse en Deportivo Español, un club que quedaba lejísimos de donde yo vivía, teníamos que tomar dos buses y un tren, demoraba como 2 horas. Lo acompañé, vamos los dos, él era más grande. Yo no sabía de qué probarme, ni llevé guantes. El entrenador me pregunta de qué jugaba y dije de arquero, pude haber dicho cualquier otro puesto. Me probé de arquero y quedé, habré jugado media hora y qué, ahí arranca todo.
¿Cómo fue tu llegada al Perú?
Hice todo el proceso de menores en Deportivo Español, yo era desde joven el arquero del futuro, pero ya tenía esposa e hijos. Mi hija nació en el 91, fui papá joven, mi hijo, en el 93. Cuando llego al Perú mis hijos eran chiquitos. Cuando llego acá, se supone que era contratado, yo llego para Alianza Lima. Llego en agosto de 93 y cuando llego me quería ver, jugamos algunos amistosos, Alianza tenía muy buenos jugadores, estaban los nuevos potrillos. Creo que estuve una semana en la pretemporada y el técnico trae a Jacinto Espinoza que la rompió en Ecuador, querían que me quede igual pero yo quería jugar. Cuando me estaba por regresar me llama la gente de Manucci, los hemanos Saavedra, estaba Uribe de técnico, y me quedé. Ahí empieza mi camino acá en Perú, ya tengo 31 años acá. Jugamos la preliguilla, nos elimina Boys pero había sido un gran año, en realidad cuatro meses porque agarré la segunda parte. Al año siguiente renuevo con Manucci, la gente de Alianza querían contratarme pero me había tratado tan bien la gente de Trujillo que me quedé, fue una forma de agradecer.
Tú llegas en el 96 hasta Universitario y te quedas hasta 2002
Sí, fue un sueño cumplido, quería llegar a un equipo grande. Lo que pasó en Municipal, esa campaña, ayudó a que la U me contrate. Fueron años difíciles, creo que la U su último campeonato había sido en el 93, ya pesaba el no salir campeón. En esa época Cristal contrataba, tenía una billetera grande. Contrataba a los mejores y a los mejores de la segunda línea también porque después los prestaba a los equipos que contra ellos no jugaban y jugaban con la U y Alianza. Fue un sueño cumplido, no pensé que iba estar tanto tiempo, fui un privilegiado y estoy agradecido, tuve la posibilidad de jugar en el Lolo, en el Monumental, fuimos los primeros tricampeones en la historia de la U y jugar el primer clásico y ganarlo en el Monumental.
Los que vivíamos en el Lolo, no saben lo que éramos...
En el Lolo habían necesidades, era la única cancha, siempre en mal estado, ahí entrenábamos, ahí jugábamos, los vestuarios, las concentraciones, pero era muy familiar, te unía, te fortalecía, tenías sentido de pertenencia. A mí me encantaba jugar en el Lolo, era una cancha muy chiquita, las tribunas muy pegadas, era una presión muy importante para los equipos que iban.
En el 98 ganamos nuestro primer título...
Me acuerdo que llega Piazza con Alejandro Vasallo de profe, paraba renegando, hacía comunicados a la prensa, se volvía loco con los titulares. No era un año económicamente importante para el club, se recurrió a muchos de los chicos. Ese año, Boys y Cristal tenían un equipazo. Ganamos el Apertura. Después algunos se vean Jean se va...
Se va a España...
creo que el Chino también se va a Boca, pero el equipo se hizo fuerte, la gente empezó a creer en el equipo y llega la final con Cristal, que tenía un equipazo. Te acuerdas que el primer partido, no jugamos bien, ellos nos superaron en todo momento, pero me acuerdo que cuando termina el primer tiempo, Oswaldo nos dice que para seguir teniendo chances no podíamos recibir más goles. Arranca el segundo tiempo y viene un chiquito, Marquito Ciurlizza te devuelve la pared y defines ahí, ya era un gol nada más de diferencia. Ya era ida y vuelta, ya se había emparejado el partido y quedó la sensación al terminar, que podíamos. En ese partido, ahí noté el jugador número 12 que fue la gente, habíamos perdido el primer partido, el favorito era Cristal, cuando salimos al campo, Cristal salió primero, sentí una energía increíble de la gente, la gente no paró de alentar, en ese partido fue clave la gente. Lo dimos vuelta, nos descuentan 2-1 y los goles los hace Roberto Farfán, la Foca te hacía golpes y te pegaba. Él hizo los dos goles. Fue clave tu gol porque nos deja con chance y en el segundo partido fue la definición por penales, una locura.
En el 99, en el Bicampeonato con Alianza, esa parada tuya es inmortalizada
Yo jugaba con toperoles. No sé cómo hice porque Paolo también estaba arriba del arco, yo en un momento me apoyo en alguien que estaba ahí y me paré, estaba con toperoles y el poste era de hierro, me quedé ahí. Acuérdate que fue una final distinta porque no les vendieron entradas a los hinchas de la U, el partido no se jugó en fecha, pero ya con gente nuestra porque al principio no le quisieron vender entradas a los hinchas de la U, eso lo detecta Alfredo. Fue un acto de emoción, de felicidad, pero no pensé que iba calar tanto en el hincha con el tiempo. Fue lindo, además la presión, era final de campeonato nacional contra tu clásico rival.
De ahí viene el tricampeonato en el Monumental
Fue de inicio a fin, con récord de puntos, Esidio quedó a un gol... la gente no entendía, íbamos ganando 4-0 pero íbamos corriendo a alcanzar la pelota para que Esidio pueda alcanzar a golpeador del mundo, quedó a un gol. Ese equipo se entendía tan bien que creo que se hubiera mantenía y traía a dos o tres jugadores de una jerarquía distinta, ibas a hacer una gran Copa Libertadores. Era un gran grupo humano, había muy buenos jugadores, había juventud y experiencia, jugadores de selección. Habían muchas cosas a favor pero bueno, termina el tricampeonato y se fueron varios.
En el 2002 ganas el Apertura con Ángel Cappa
Sí, veníamos de un año difícil. En 2021 se fueron muchos jugadores, hubo cambio de mando, fue un año difícil. En 2002, hubieron problemas económicos, teníamos buen equipo, buenos jugadores, pero el día a día te desgastaba muchísimo, reuniones todos los días, no pagaban, promesas incumplidas.
¿Cuánto tiempo aguantaron sin pago?
Me fui en el 2002 y recuerdo que terminé cobrando 4 meses de 12 meses, los otros ocho meses los terminé cobrando por la agremiación, que felizmente ya tenía fuerza. Ahí te desgastaba el día a día, mucho tiempo sin entrenar, ahí fue clave Ángel Cappa, tuvo un manejo muy especial con el grupo, sabía cómo motivarlos dentro de los problemas que teníamos, todos jugaban bien, tenían muy buen dominio del balón, era difícil de aguantar. Alianza nos saca una ventaja enorme en ese Apertura, creo que siete u ocho puntos, pero el equipo empezó...
Era su famosa frase ‘Contra todos’
Nos fortalecimos, íbamos contra todos y contra todo, empezó a calar, la gente comenzó a acompañar, empezamos a acortar la distancia con Alianza hasta que llega la última fecha del Apertura, nosotros teníamos que ganar de local y ellos jugaban en Sullana, tenían que ganar de visitante... Alianza terminó ganando en el final, nosotros le habíamos ganado a Melgar en el Monumental. Las finales eran muy parejas, nosotros llegábamos con todos estos problemas pero teníamos gente de mucha experiencia. Jugamos en el Monumental, ganamos 1-0 la final con gol de Vinallón.
Era un animal...
Ahí estaba el Zorrito, la Foquita, Henry Quinteros, tenía buen equipo. Angel empezó a ponerlo a Cholito Sotil, provocaba pegarle, ganábamos mucha pelota parada con él porque lo golpeaban. Ganamos 1-0 y jugamos, no recuerdo por qué terminamos jugando en Trujillo, empatamos 0-0 y ahí explota Angel, imagínate, tanto tiempo de tensión, problemas, haber llegado a alcanzar a Alianza, la gente se pegó mucho a ese equipo. Ganamos el Apertura, pero ahí se va la mayoría por los problemas económicos que habían, se va Chemo, Angel Cappa y la segunda parte, justo habían puesto que teníamos que estar no sé de qué puesto hacia arriba y no llegamos, no llegamos a jugar la final que también hubiera sido lindo, pero no nos alcanzó, ahí se fue deteriorando más la relación con los dirigentes. A fin de año yo ya sabía que me tenía que ir. Llego fin de año y me comunican que ya no iba renovar y me termino yendo. Yo tenía 35 años, me proyectaba a terminar mi carrera en la U con la edad que tenía, para mí, fue un golpe, pero también fue una lección para mí, tuve que empezar de nuevo. Me voy de la U, pensaba retirarme ahí y, al año siguiente, me contrata Cienciano.
SU ETAPA EN CIENCIANO
Jefferson hasta ahora se lamenta que no pudo hacerte gol...
Un crack. Un día en la selección entrenando me dice, ‘Oscar, eres el único arquero que no le he podido hacer gol’, yo le digo ‘¿en serio? pero si todos me han hecho gol’, pero es que no lo enfrenté muchas veces, le quedó muy marcada la final esta. Es un halago para mí que Jefferson no me haya hecho gol. Me regaló su camiseta cuando estaba en Alemania.
¿Te vas a Cienciano?
Sí, a la edad que tenía, se sufría por la altura, Cusco siempre es una plaza difícil. Tuve que ir solo porque mis hijos ya estaban en el colegio, fue en 2003. Al final acepté ir a Cienciano, estaba la posibilidad ir a Melgar también y me decido por Cienciano porque en esa época estaba Cienciano, Melgar y Sullana competían por ver quién era el mejor de provincia. Después de irme de la U quería seguir vigente, dije ‘haré el esfuerzo, trataré de aclimatarme a la altura’ y además eligo Cienciano porque me da la posibilidad de renovar por seis meses, no sabía si me iba acostumbrar a estar sin mi familia.
¿Cómo te fue?
Voy a Cienciano y viví algo que no pensaba vivir en la vida, algo que se fue construyendo de forma increíble, con jugadores en la misma condición que yo. Se fue construyendo algo mágico. No había cancha de entrenamiento cuando llovía, muchas veces entrenábamos en una pista, en cancha de fulbito, pero o lo usas de excusa o lo usas para fortalecerte y ahí nos fuimos haciendo fuertes. Llega Freddy Ternero, después, y aparece la Sudamericana, nos toca eliminarnos con Cristal a ver quién iba jugar con Alianza, le ganamos a Cristal acá, nos da la posibilidad de empezar la Sudamericana con Alianza, ganamos allá y acá y después venían los partidos con otros países, no teníamos mucha transcendencia salvo ese partido con Peñarol y se fue construyendo algo impresionante, el equipo fue creciendo, la altura ayudaba. Nos toca el Santos de Brasil, jugaba Diego, Robinho, Renato, un equipazo.
Empatamos allá, lo expulsan al Cholito, entra Calín y ahí se queda con el puesto, empatamos allá 1-1, ganamos en Cusco 2-1 y ahí es donde todos dijimos ‘ese fue el partido de quiebre’, le ganamos al Santos y no a cualquier Santos. Después nos toca Nacional de Colombia, que venía de eliminar a Boca, lo eliminamos y nos toca River. Para mí fue una alegría enorme porque volví a Argentina a enfrentar a River, era una presión tremenda porque no solo era la presión de todo el país, sino también del entorno, de la familia, los amigos. Un partidazo allá, empatamos 3-3, dos goles de Juliano Portilla, yo siempre digo ‘Juju es de los jugadores que no fueron reconocidos’. Juliano fue un lateral completo, tuvo una carrera impecable.
¿Cuál crees que fue la clave para campeonar en la Sudamericana?
Creo que fue creérsela porque te dicen tantas veces que no puedes, que te la tienes que creer. Hubo algo importante, el liderazgo de Freddy Ternero, la comunión con la gente, era un equipo que jugaba bien pero que pegaba también, la calidad estaba pero se dio que todos coincidieron en su mejor momento, el entusiasmo de los chicos y la revancha de los grandes. Fui por seis meses a Cienciano y me terminé quedando por cuatro años... Y ganamos la final de River, ni siquiera la pudimos jugar en Cusco, la jugamos en Arequipa, ahí viví algo parecido a lo que viví en la U, el estadio de la Unsa estaba repleto y ganamos 1-0. A los 36 años viví algo que es difícil de imaginar y al año siguiente vamos por la Recopa ante Boca y en Miami.
¿Cómo fue eso?
El equipo ya se creía capaz de cualquier cosa, fuimos más empoderados pero ahí nos pasó algo que cuando lo cuento piensan que exagero. Llegamos a un hotel, hubo un temporal un grande en los días previos, todo estaba convulsionado, y salimos para el bus después de la charla de Freddy, salíamos motivados, queríamos jugar ya, cuando salimos, no estaba el bus, pasaba el tiempo, ya te ponías nervioso, no aparecía el bus y nadie sabía nada del bus. Tomamos la decisión, porque habían muchos hinchas peruanos, de cada uno ir de a dos, tres cuatros, fuimos subiéndonos a los carros de los hinchas, no era una cancha tan conocida... algunos fuimos llegando en carros, camionetas mientras Boca llegaba en un bus de dos pisos. No llegaron todos, creo que fue Arboleda y no sé quién más que llegaron cuando estábamos entrando en calor, entraron sin calentar.
¿No llegaron a averiguar qué fue con ese bus?
No, imagínate, ganamos, campeonamos, ya la gente ni se acordaba el bus. A la vuelta sí estaba el bus, fue una locura. Ahora lo recuerdas como algo gracioso, una anécdota, pero si llegábamos a perder esa final... como en la final de la Sudamericana, lo mismo, Juga había conseguido un hotel con canje, pero ahí estaban hospedados todos los periodistas, cinco de la mañana te golpeaban la puerta.
En 2008 regresas a la U
Era verano, pensaba ya no jugar, salvo que aparezca alguna oportunidad en Lima pero era muy difícil. En la U se va José Carvallo a Estados Unidos, se genera un hueco. Un día estaba en la academia con los chicos, me suena el teléfono y era Noli, que el profe Gareca quería hablar conmigo, yo no entendía porque estaba Yontop, José Carvallo y Raúl... Fui a hablar y era el tema que José se había ido a EE.UU. Hablé con el profe Gareca, la primera vez que lo conocía, y me dijo que le habían hablado bien de mí como persona y profesional y que qué pensaba de la propuesta, imagínate, tenía 40 años. Le dije ‘sí, dónde firmo’. Ahí empecé, casi no jugué porque Raúl la rompió, muy pocas veces vi atajar a un arquero tanto, ganamos en Apertura en 2008 y la segunda parte, no nos va bien y no llegamos a jugar la final, creo que tenías que estar entre los cuatro primeros después de salir campeón, pero juego dos partidos, Ricardo entra un día a la concentración, estaba con el Goyo y el maestro Aguirre estaba en la habitación y me preguntó cómo estaba, cómo me sentía, yo ya me retiraba ese año, ya lo había dicho, me dice ‘tuviste una gran carrera, no quiero complicarte en un partido tan difícil’, era contra Alianza en Matute, era mi último clásico, le dije que me sentía bien y me dijo que mañana iba decidir si jugaba o no. Cuando da la formación, en la charla, me entero que voy a jugar, fue muy lindo, fue el último clásico que jugué y ganamos 2-1 y la gente como que no entendía porque Raúl era el arquero titular, entramos en calor los dos y la gente no entendía si entraba yo o él. Fue retirarme como me hubiera gustado, los tiempos de Dios son perfectos, me pudo retirar a los 41 años, jugando un clásico, ganando y con Ricardo de entrenador, que después tuvimos una relación muy estrecha con su comando técnico también. Así terminé mi etapa como jugador, de la forma que siempre esperé.
¿En la selección?
Yo me nacionalizo en el 96 y siempre digo que no fue por una necesidad de selección porque estaba Valerio, ni en la U tampoco había necesidad, fue una decisión familiar, tomada con mi esposa, acá tuve lo que siempre soñé, jugar en equipo grande, salir campeón, yo en el 96 proyectaba que podía ser nuestro lugar porque cuando tienes esposa e hijos vale más la tranquilidad de ellos que la propia, ellos se sentían bien y tomamos la decisión de nacionalizarnos.
En el 98 me cita Juan Carlos Oblitas, yo ni había hablado nada con él previamente ni con nadie, veo la lista de convocados y salgo. Ahí inicia, fue un partido amistoso con México, fue emocionante y una gran responsabilidad. Los compañeros me hacían sentir como nacionalizado, tenía tiempo en el país pero yo me cargaba de mucha responsabilidad, no quería defraudar porque estaba ocupando un lugar de un nacional y en un puesto de mucha responsabilidad. Cada partido de selección, así sea amistoso, no oficial, siempre me preparé pero exageraba todo, los cuidados, los detalles, la información del rival porque no quería defraudar, ya estaba representando al país, fue un orgullo espectacular estar en la selección, compartir con tantos jugadores, buenos jugadores que jugaban en exterior también, y buenos entrenadores. Jugué varios partidos, no pensé que fueron tantos porque varias veces estuve lesionado. Cuando Gallese me supera recién me di cuenta que era el arquero con mayor cantidad de... no pensé que había jugado tantos partidos. Después me tocó estar con Pedro en la selección, cuando Ricardo me invita a ser parte del cuerpo técnico, yo ya había dirigido, me gustaba dirigir, pero la posibilidad de trabajar con Markarián, es como hacer una maestría, aprender de los que más saben, lo aproveché al máximo.
Luego viene tu etapa como técnico y dirigir a la U y a Cienciano...
Cuando pasa lo de dirigir yo había hecho todo el proceso, para mí dirigir primera división era importante haber trabajado con jóvenes, con niños, era importante para mí conocer al chico, al adolescente. Me llama Chemo y me sumo como asistente de él con el Goyo, con Juancito Pajuelo, Paolo, toda gente de la U. Ahí hay un cambio donde Chemo tiene que asumir la parte directriz, de tomar decisiones, entonces yo me quedo con la parte final con el equipo, clasificamos a la Sudamericana, al año siguiente armamos en plantel pero hay cambio de administración y nos tuvimos que ir. Ya había tenido una experiencia importante. Luego me sale la oportunidad de dirigir Cienciano en Segunda, luego Cutervo, que fui con Juan Pajuelo, era bravo, ya no estaba Octavio, me acompañó un profe argentino, linda experiencia y también me gusta dirigir en el interior porque te identificas con la gente que necesita tener oportunidad, me gusta apostar por el jugador de la zona.
¿Ahora a qué te dedicas?
Hace poquito estuve dirigiendo Cienciano, el equipo estaba medio para pelear la baja, y este año armamos un plantel cortito para poder complementar jugadores, liga médica, equipos médicos. Ahora aprovecho este tiempo para involucrarme un poco más en la formación de menores, en la escuela de fútbol y soy embajador de Aldeas Infantiles desde 2004. Cuando estaba en la selección me convocaron y es espectacular, es una organización que funciona en varias regiones del país y les dan una familia, educación, alimentación, van al colegio, hacen todo el proceso hasta que son personas profesionales. Yo me he cruzado con policías, médicos, enfermeros, que pasaron por Aldeas, la verdad que hacen una labor maravillosa. Voy a los eventos, consigo a los amigos SOS, que son donantes y empresas que apoyan este tipo de labor. Hay mucha necesidad en el país.
TE PUEDE INTERESAR
- Edison Flores: Su amistad con el Puma, el apagón en Matute, el Centenario, México y más
- ‘Cuto’ se quitó el sombrero con Roberto Guizasola: “Fundó ONG para ayudar a niños necesitados”
- Edison Flores: Su chapa de ‘Orejas’, su dura vida en España, la sub 17, Universitario, Peredo y más