
Mauricio Montes, recordado goleador del fútbol peruano, fue el invitado estelar en La fe de Cuto. Entre risas, anécdotas y recuerdos, el exdelantero habló sobre el giro que dio su carrera en 2010, cuando decidió firmar por Juan Aurich de Chiclayo en lugar de regresar a Alianza Lima, club que lo vio crecer.
El atacante contó que su llegada al ‘Ciclón del Norte’ se dio tras un gran momento con Cienciano. “Ese año en Cusco le ganamos 5-2 a Aurich e hice tres goles. Después jugamos en Chiclayo y aunque perdimos, marqué el único tanto de Cienciano. Me fue bastante bien y ahí se abrió la puerta”, relató Montes en la charla con Luis Guadalupe.

EL DILEMA DE SU VIDA FUTBOLERA
Pero no todo fue tan sencillo. Mientras el Aurich lo buscaba con insistencia, también apareció la posibilidad de volver a Alianza Lima. Sin embargo, el delantero recordó que los íntimos no pasaban por un buen momento. “Alianza estaba con todo el tema de las administraciones y estaba muy complicado. Además, la oferta de Aurich era muy buena. Me costó tomar la decisión, pero se dio y logramos algo histórico para Chiclayo: el título del 2011, el único que tienen hasta ahora”, confesó.
Montes aseguró que no se arrepiente de la elección, pues aquel año con Juan Aurich terminó levantando el trofeo nacional, un recuerdo imborrable tanto para él como para toda la afición chiclayana.

Años después, el atacante tendría su revancha personal con el cuadro victoriano. “Luego de pasar por Garcilaso tuve dos opciones, Cristal y Alianza. Escogí Alianza porque tenía ganas de volver. Había campeonado antes, pero no participé como hubiera querido. Ya estaba más grande, con más experiencia, y era una revancha personal”, señaló.
Ese regreso lo llevó a vivir momentos inolvidables con la camiseta blanquiazul. Montes recordó con cariño el título de la Copa Inka 2014 frente a San Martín. “Ese fue uno de los partidos más emocionantes en los que me ha tocado estar. Ese año quedamos terceros, luego jugamos la Sudamericana y compartí vestuario con cracks como Cueva, Costas, Totito y Cucurucho, el Zorro… había un gran grupo”, comentó entre sonrisas.
Hoy retirado, el exdelantero puede mirar atrás y reconocer que aquella decisión de irse a Chiclayo fue un antes y un después en su carrera. “Me costó, pero gracias a Dios terminó siendo la mejor decisión para mí y para el Aurich”, concluyó.










