Manuel Corrales recordó su paso por Estudiantes de Medicina donde no pagaban nunca

El ‘Avión’ Manuel Corrales aterrizó en el set de ‘La fe de Cuto’ y no dudó en abrir su corazón. El exjugador de Alianza Lima, Sport Huancayo y el Metz de Francia, entre otros, recordó sus primeros pasos en el fútbol profesional con el modesto Estudiantes de Medicina, donde la ilusión fue grande, pero los problemas económicos lo golpearon fuerte.

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Corrales contó que su debut fue contra Sport Boys, en Ica, y aunque perdieron 1-0, se fue contento porque recibió felicitaciones del técnico. “Ese equipo volaba... yo jugué bien, ‘Chalaca’ (Gonzales) me felicitó”, recordó con una sonrisa.

Manuel Corrales en La fe de Cuto
Manuel Corrales en La fe de Cuto

En ese equipo compartió camerino con pesos pesados como el ‘Checho’ Ibarra, Juan ‘Chiquito’ Flores y el ‘Ropero’ Mario Flores. Sin embargo, detrás de las bromas y la jerarquía, había una dura realidad: el plantel no recibía sus pagos con regularidad.

LOS DUROS INICIOS DEL ‘AVIÓN’

El lateral confesó que, siendo apenas un muchacho, debía encargarse de las compras del vestuario. “Tenía que ir a comprar los chocolates”, contó entre risas, aunque después vino la parte más dura: “Yo estaba feliz con mi sueldo, pero no nos pagaban. Se lo conté a mi vieja y se puso a llorar”.

El recuerdo más doloroso fue una noche en que se quedó sin un sol en el bolsillo. Un compañero lo invitó a entrar a una cabina de internet, pero Corrales le confesó que no tenía ni para eso. El amigo le dio una moneda y con ella tomó una decisión que lo marcó.

“Le dije yo voy a esperar afuera y me dio un sol, En vez de entrar a la cabina, me compré chifles. Esa fue mi cena esa noche”, relató con crudeza.

Manuel Corrales jugo en Metz de Francia entre 2006 y 2008. (Foto: FC Metz)
Manuel Corrales jugo en Metz de Francia entre 2006 y 2008. (Foto: FC Metz)

La situación fue tan crítica que hasta el señor de la bodega que los fiaba dejó de hacerlo. El equipo, cansado de los incumplimientos, decidió trasladar sus entrenamientos a Lima, en Chorrillos, lo que le permitió a Corrales ir a la casa de sus padres y aliviar un poco la angustia.

“Llegué a la jato de mis viejos... ya te imaginarás”, dijo, dejando en claro que esa etapa fue tan dura como inolvidable.

Hoy, con la carrera ya hecha, Corrales toma esas experiencias como aprendizaje. Pero sus palabras en La fe de Cuto reflejan la cara menos glamorosa del fútbol profesional en el Perú, esa que muchos jóvenes viven antes de alcanzar la estabilidad.

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