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Manuel Corrales, el popular ‘Avión’, aterrizó en el podcast La fe de Cuto y no vino a dar clases de etiqueta: fue directo, sincero y con la picardía que suelen traer los recuerdos de una final que quedó en la memoria de todos. El exlateral, que jugó en Alianza Lima y en el Metz de Francia, entre otros, recordó aquel cruce memorable con el conductor Luis Guadalupe, episodio que terminó con una mentada que aún da de qué hablar.
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La conversación arrancó con Guadalupe poniendo las cartas sobre la mesa: “Con este tuve problemas pero ya arreglamos, Manuel Corrales... Paolo Hurtado dijo que ustedes fueron soberbios, nunca se imaginaron...”. Corrales no se hizo el distraído y respondió con la naturalidad de quien vivió el partido: “Realmente ustedes pensaron que nosotros estábamos sobrados...”
El relato de la final 2011 se pinta solo: Alianza, favorito y con la fiesta casi lista en Matute; Juan Aurich, con la convicción de quien no tiene nada que perder. Guadalupe rememoró la tensión en el ambiente: “Sí, estaban en su casa, estaban confiados, algunos habían sacado sus pasajes para irse de vacaciones”. Corrales admitió que se sintieron presionados, pero negó una soberbia gratuita: “Si fue así por parte de Umaña (DT del Aurich), hubo un buen trabajo mental.”
El momento clave —ese que derivó en la explosión verbal— tuvo a Corrales en primera fila. Contó cómo interpretó una acción del entorno como una falta de respeto hacia su persona y decidió reaccionar: “Tú te acercas como hacia la tribuna, yo lo tomé como falta de respeto, y mira que no soy tanto de ir al choque... tenía a Miguel Ángel Arrué que me decía ‘anda, provócalo’, claro, quería que te expulsen y yo me lancé con todo.”
La crudeza del recuerdo no impidió que el exjugador pusiera paños fríos: hubo explicación y también gesto de reconciliación. Corrales fue tajante en su arrepentimiento hacia la familia de Guadalupe: “Una disculpa a tu viejita, voy a ir a probar su carapulcra, sin rencores.” Esa imagen, mitad broma, mitad ofrenda culinaria, cerró el episodio con humor y un gesto de paz.
Manuel Corrales en La fe de Cuto
ENTRE LA RIVALIDAD Y EL COMPAÑERISMO
Lo que parece una anécdota de cancha —un empujón, un grito, una reacción desafortunada— se convirtió en historia por la intensidad del momento: finales que marcan, jugadores que dan todo y periodistas que lo viven desde la tribuna. En el podcast, la charla fue más que un recuerdo rencoroso: fue la crónica de una pasión que, pese a todo, permite risas y reconciliaciones años después.
Corrales demostró que hay historias que no se olvidan pero que pueden contarse con altura. Entre confesiones y chistes, el ‘Avión’ dejó claro que la cancha es un territorio de emociones extremas: “Nos dolió, por eso vino la mentada de madre”, dijo, sin pretender justificarse, solo contando la intensidad de aquel día.
Al final del episodio, quedó la sensación de que aquellos encontronazos forman parte del folclore futbolero: explosiones pasajeras que luego se conjugan con abrazos y anécdotas para contar. Y si la paz implica probar una carapulcra, allá iremos todos, con el apetito listo y las ganas de escuchar más historias del fútbol que realmente se viven en la cancha.
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