Mi gente de La fe de Cuto, un año más con ustedes. Regresamos recargados en esta nueva temporada con un invitado de lujo, mi hermano Jean Ferrari, quien nos recibe en el estadio Monumental para soltarnos todo el aguadito.
Jean Ferrari hace memoria y recuerda sus inicios como futbolista en el Callao. Nos cuenta, además, sus anécdotas junto a Kukín Flores y su viaje a Europa cuando eran jóvenes y jugaban en Cantolao.
Finalmente, nos habla de su paso por Universitario, sus charlas con el Rafa Benítez cuando jugó en España y su paso por el fútbol colombiano en el América de Cali. Arrancamos, mi gente, no se olviden que la fe es lo más lindo de la vida.
¿De qué parte del Callao eres?
Yo soy de Bellavista, Callao. Del Águila. Yo jugaba fulbito en Tarapacá, zona picante, nos agarraban a balazos y ahí jugaban. Los pastrulos me llevaban, les hacía ganar y me cuidaban. Esa calle es la que me ha enseñado muchas cosas.
¿Cómo fue tu infancia en el Callao?
Tuve la suerte de vivir frente a una cancha de fulbito. Me quedaba hasta las 12 de la noche en la cancha, con mi hermano Giorgio. Los fumones me cuidaban, me llevaban a zonas picantes. Les pedía mi gaseosa Lulú. Terminaba el partido y nos regresábamos con mi gaseosa.
¿Qué anécdota te acuerdas de tu barrio?
En tu barrio haces muchas cosas, siempre pasan cosas. De alguna manera te terminas involucrando. Mi madre era alcaldesa, teníamos que tener ciertos cuidados. Yo tenía una banda de amigos. En ese entonces, llegaba la revista El Gráfico a un quiosquito, cerca al cine Monarca. Nosotros salíamos a relojear, a ver qué puedes sacar. Mi hermano era muy fanático de la revista. Fuimos al quiosco y estaba cerrado. Lo abrimos, trepé, rompí el te cho y mi hermano, mi causa y yo, bajamos. Comenzamos a buscar la revista, encontramos todos los periódicos. Comenzamos a levantar todo y de pronto suena la sirena de policía. ¡Arranca! Trepé, mi causa y mi hermano se quedó. Lo habían agarrado. Perdimos. Nos llevaron a la comisaría. Llamaron a la alcaldesa. La palomillada salió un tremendo problema para mi madre, para nosotros. Son cosas que he vivido si me preguntan si las volvería a hacer, diría que sí.
¿En que momento empiezas a jugar al fútbol?
Desde los 8 años en Cantolao. Pero a los 15 años, cuando estaba en Cantolao, y don Jorge Nicolini me lleva a la ‘U’. Di al salto para hacer carrera. Pasé a las juveniles, reserva y luego me fui a un equipo vitrina que era el San Agustín, vi que no tenía opciones de estar en el primer equipo. Me fui a probar solo.
Nos cruzamos en los viajes a Europa...
Íbamos la 74 y la 75 juntas. Cuando a mi me dicen ‘Bruja’ es gente de al infancia, desde el barrio, del colegio y la universidad. Era flaquito con el pelo largo. Siempre era la ‘Bruja’ Ferrari.
Cuenta otra anécdota...
En Europa, con Kukín, éramos malos, nos portábamos mal. Kukín era muy inteligente para ciertas cosas. Él miraba y veía que los otros chicos usaban Adidas, en cambio nosotros estábamos con ropa media vieja. Los equipos de al frente usaban Adidas o Nike. Nosotros mirábamos las zapatillas de ellos y decíamos cómo hacer para tener eso. Me dijo: “Hay que venderles cosas”. Algunos hablaban inglés. Entonces agarró tierra y la metió en una bolsita. “Esta tierra es de Machu Picchu y se la vamos a vender o intercambiar por sus zapatillas”, Me decía. Yo le dije que estaba loco. No sé cómo les decía, pero al final entendían Machu Picchu. El tipo le entregaba sus zapatillas y él le daba la bolsita. El colorado se iba sin zapatillas. Kukín se las ponía y se iba con sus zapatillas nuevecitas. Me mataba de la risa. Todo el día hacía eso. Agarraba tierra, decía que era de Machu Picchu y le daban polos.
Nicolini te lleva a la ‘U’.
Cuando terminó Cantolao, me dolió muchísimo, era mi casa, mi familia, mi gente. Llego a la U y Don Jorge se me acerca. Me dijo que vaya a su oficina al día siguiente. Hablé con mi madre. Don Jorge me decía que tenía el ADN de la U, yo ni sabía que era ADN, no le entendía. Entendía que él quería que vaya a la U. Así llego a la U con Tito Benavides y con Don Jorge Nicolini. Entendí su grandeza.
Cuál de las tres chapas prefieres: ¿Palomilla de ventana, Bruja, Mi mamá me mima? Nunca te picabas...
Porque yo también ponía chapas. Es parte de la chacota. La chapa de palomilla de ventana me pareció graciosísima.
¿Quién te la pone?
Cuando empiezo a jugar fútbol profesional, me iba bien. En el diario Ojo, había una columna de ‘El Bocón’. Esa columna la escribía Leiter García. Él era el misilero, el que sacaba la bazuca y te destruía. En una de esas columnas, había hablado como que yo había llegado al fútbol profesional por mi madre. Me molestó en ese momento. Nosotros entrenábamos por Zorritos y se aparece Leiter García, no entendía porque a San Agustín no se aparecía nadie, pero que te saquen en una nota era emoción. Él empezó a maletearme. Entonces, Segundo Cruz, que era mi capitán en San Agustín, me dijo que había llegado el periodista, Maleado, yo caí en el juego del veterano que estaba jodiendo para que el chibolo reaccione. El chibolo reaccionó. Me voy donde Leiter, le digo ‘Oe, te gusta hablar de mí y de mi vieja, qué chuch... tienes’ y ¡Pum! (Cachetadón). Se metió la gente, cagándose de risa todos. Estaba achorado. Al día siguiente, la columna para mí solito: Palomilla de ventana. Me destruyó toda la columna. Ahí quedó. A partir de ahí interdiario me sacaba. Aprendí que no podía ponerme en una situación así con la prensa. Yo le decía a Segundo: Me cagaste. “Así se aprende, sobrino”, me decía. La gente en la calle me dice ‘Palomilla’.
Tú debutas profesionalmente en San Agustín...
Yo llego en el 95 a la U, llego con el ‘Gato’ Cuellar, que hace una reforma generacional. Él llegó con una camada de ‘chibolos’. A ti te subieron de la división de menores. Al Gato lo sacaron mal, tras la pretemporada, traen a Markarián y quedamos subcampeones.
Tu debut fue el 19 de marzo del 95 en el nacional ante Atlético de Sullana y anotas tu primer gol...
Mi primer gol y sobre todo a Zubczuk. su vínculo con la U termina en el 94 y en el 95 se va a Sullana. Cuando entramos a la cancha, gritaban el nombre de ZubcZuk. Íbamos perdiendo una cero, fierro abajo. Le dije ‘ZubcZuk, sácala de adentro’. Desde allí Markarián empieza a confiar en mí. Me pone de marcador derecho, de extremo por derecha, de enganche, era como un comodín, yo no tenía número.
¿Qué técnico te marcó más en la U? ¿Markarián, Manera o Piazza?
Markarián, por mi inicio, de todas maneras. Un estudioso del fútbol, hoy valoro mucho más su presencia en mi carrera de futbolista. Y con Piazza, mi primer título. Los dos me marcaron. con el profe Manera, pasé una etapa complicada ese año por estar en la selección, por el desgaste físico de la Libertadores, selección, campeonato local. Me derrumbó una situación en lo físico y en lo psicológico. Ese año 96 fue de transición. En el 97 con Brzić, me junto con Alfredo Gonzáles y le decía que me retiraba del fútbol. me dijeron que venía un entrenador de Vélez y que me había pedido. Allí es donde hablo con Piazza, él me dice que me de una chance. Me dijo que quería jugar con jugadores jóvenes. Allí reanalizo mi situación. Allí salimos campeones. Después todos se van. Tú te fuiste a Bélgica y yo a España.
Luego sale el tema de tu pase a un club argentino y te quedas varado...
Cuando salimos campeones del apertura mi representante me dice que había una oferta de Francia. El gordo González me dijo que ‘estaba todo cerrado para ir a Francia’. Confié en el presidente y el representante. Me hicieron firmar un documento que resultó ser un club amateur para que después pueda firmar en el un club profesional, un tema netamente de impuestos. Mientras que a mí me pagaran el suelo que pedía no me interesaba nada más. Yo no tenía representante, ni consultaba a mi madre porque no la quería involucrar. Cuando llego a Francia era una prueba. Después de tres partidos de práctica me dicen que n o. Llamé al representante no me contestó nadie, estaba solo. Por eso me fui a España, después el representante me dice que vaya a Niza para buscarte otro equipo, le dije ‘Sabes qué, te vas a la con...’.
Por eso le tengo un aprecio y un agradecimiento a Chemo, él estaba posicionado en España. Él me dio una mano para llegar a Extramadura, él interfiere.
Ahí te dirige el Rafa Benítez
Teníamos chalas inacabables. Él me llamaba para ir a tomar un café, muy culto, habla 5 idiomas. Hablábamos de historia, yo le contaba de los incas, de los templos que existen en el país, los preincas, de temas culturales. Pero claro, llegaba el fin de semana y no me ponía. Hablábamos en la semana, pero el fin de semana no salía en lista. Hasta que me hace debutar contra el Betis en Sevilla. Me dijo: ‘Ven, faltan 15 minutos, te vas a parar frente al contención rival y vamos a tratar de aguantar para dar el empate. Le dije que yo no era enganche que era de primera línea. No me quedaba de otra. En la primera jugada de corner a favor nuestro, busqué el cabezazo. Me metí al área, centro rebote y de volea, golazo. Uno a uno. Termina el partido, una maravilla. Llego a Extremadura y nos recibía la gente. La figura era la que había hecho el gol, hice conferencia de prensa. Fin de semana, no salí en lista. Había algo. Mi relación era netamente amical.
Luego regresas a Cristal
Termino mi vinculación en Extremadura porque no jugaba, no se presentaban oportunidades. Miguelito Silva me dice que regrese a la U, pero después de lo que había pasado con el gordo González por lo que me había hecho, me quiso cagar. Me llamó don Pepe Vergara de Cristal. me dijo que vaya mientras sale algo. El entrenador era Franco Navarro, empezaba. Cuando estaba por regresar a Lima, me llaman de Grecia, me dijeron que tenía la visa y los pasajes en la Embajada para ir al Salónica. Me quedé helado, pero yo ya me había comprometido. Mi palabra vale más. Les dije que no y en el avión me vine llorando. En Cristal empecé mi etapa de 3 años...
Cómo fue esa etapa..
Un concepto muy diferente, muy corporativo. Te trataban como un trabajador de una empresa. No podía hablar de los altos funcionarios de la empresa. Fue un cambio radical. Después pasé por Cienciano, los manejos dirigenciales eran alucinantes. Después de mi salida de Cristal, era uno de los pocos jugadores reconocidos que iba a provincia.
Saludos para don Juvenal Silva...
Don Juvenal Silva era de los que tenía el celular, te debía plata, lo encarabas porque te debía plata. Apretaba un botón y sonaba su celular. Hablaba por teléfono y nos decía que nos iba a pagar los 4 meses. Nosotros lo llamábamos y le entraba la llamada cuando hacía el amague. Al final Juvenal salió campeón de la Sudamericana, de la Recopa.
Luego regresas a la U en el 2003, ahí nos encontramos...
Regresas de Bélgica porque te vendieron con el video de Esidio.
Luego te vas al América de Cali de Colombia
La situación en la U era insostenible, no había agua, no habían canchas en buen estado. A pesar de todo , tratamos de mantener al equipo en mitad de tabla. Después me llama mi representante y él me trae la propuesta de América. en ese entonces el equipo pasaba por un proceso complicado de congelamiento de cuentas. Buscaban salvarse del descenso. Me llamaron y hablé con Ramón Quiroga. Fue una experiencia inolvidable, son muy profesionales, muy similares al nivel de España.
¿Con quienes compartiste camerinos?
Con el Tigre Castillo, Jhon Fredy que ahora salió campeón con las leonas. Con David Ferreira, Christian Bustos, Gerson Gonzalez. Hice buena relación con muchos de ellos. Vivir en Cali fue espectacular.