‘El Pepón’ Franco Navarro en la Fe: La selección, Cristal y qué pasó con ‘La Foquita’ Farfán

Un invitado que se hizo esperar. Mi gente de ‘La fe de Cuto’. Luego de las tres picantes ediciones de la charla con mi sobrino Jefferson Farfán, les presento la primer aparte de la charla con el gran Franco Navarro.

En esta primera entrega, Franco Navarro nos cuenta su historia cómo futbolista y cómo fue que llegó a la selección peruana, su paso por el futbol argentino y más. No se olviden que la fe es lo más lindo de la vida.

Eres de Aguaitía...

Sí, pertenece al departamento de Loreto en la época en la que nací, luego se hizo Ucayali, ahora pertenece a Pucallpa, entre Tingo María y Pucallpa. Mi viejo es de Cañete y trabajaba en el Ejército, como asimilado, era técnico en mecánica de los motores grandes y mi madre, nació del lado de Manaos, del lado de Brasil, no sé por qué razón vivía en Aguaitía, se conocieron con mi padre y ahí nací, en Aguaitía, en 1961.

¿De pepián a quién te pareces?

No sé, a mi mamá... En mi época era pirañita, me he transformado... yo nací ahí pero a los 5 años mis viejos deciden venir a Lima porque mi abuelo de parte de padre vivía en Puente Piedra, tenía sus terrenos, todo era chacra.

¿Tú a los cuántos años debutas?

A los 17 años

¿Y cuándo fuiste convocado a la selección?

Ese mismo año me invitaron a un partido amistoso. En noviembre cumplí 18, de ese mismo año, del 79. En el 80 ya fui preseleccionado permanentemente. Marquitos Calderón, que después pasa a dirigir Municipal en el 81, que clasificamos a la Copa Libertadores por primera vez. Mi primera convocatoria fue para un partido amistoso en Uruguay, luego una gira que hicimos por Asia. Panadero se burlaba, me decía ‘estás en todas’. Fue increíble, de Puente Piedra a Hong Kong...

¿Fue tu primer viaje?

Primero fue Uruguay, enseguida fue Hong Kong y luego bajamos por México porque volvimos a jugar para incorporar a Patrulla. Ver al Cholo Sotil, a Chumpi, a Teófilo Cubillas, eran nuestros ídolos, Chale, Mifflin, Sotil, increíble, tener la suerte de ver a Teófilo de cerca... seguimos creciendo con esas imágenes, eran mis ídolos. En el 78, a Guillermo Cueto... y en tan poco tiempo, al año 79 y 80, convivir con ellos, eso fue el paraíso, yo fui un niño feliz porque tuve unos padres que hicieron todo el esfuerzo del mundo para tener a sus hijos bien, me dieron educación, amor, todo lo que uno necesita y cuando se presentó la oportunidad de jugar y hacer lo que me gusta no dejé pasar ninguna posibilidad.

Vas al Mundial de España 82...

Teófilo con toda su historia y Uribe, ahí nos metimos... ya estar en la preselección, en ese grupo... nosotros nos fuimos en el 81 a Arequipa para las Eliminatorias... En esa época concentrábamos meses de meses. El Country de San Isidro era el centro de operaciones, el Loco Quiroga, Mifflin, Oblitas... ahí lo iban a visitar, no le gustaban las mujeres... jajaja se hacía, bueno era tranquilo, venían a buscarlo a Oblitas las mujeres y con el Flaco Malásquez les decíamos, ‘pero si a él no le gustan las mujeres’.

¿Qué otras anécdotas nos puedes contar?

Al Loco Quiroga todos los adoraban y siempre uno estaba cerca porque algo chorreaba, buenas épocas. Era fantástico, uno como joven, a los 20 años tener la posibilidad de estar con tantas estrellas, la primera parte fue el profe Marcos Calderón y luego vino el profe Tim...

Claro...

Estábamos concentrados en Arequipa y el jefe de equipo era Julio Natter, un tipo culto, educado, venía al entrenamiento en su Mercedes Benz. El problema fue que nos íbamos a Bogotá y tenían que decidir quiénes íbamos, éramos como 27. Ya sabíamos quiénes íbamos a quedar afuera por el cupo. Nos habla el profe, don Julio, nos dijeron que algunos nos quedábamos entrenando en Lima y los otros se iban a Bogotá. Pero hace una pausa y dice que tenía el encargo del profe Tim de comunicar que yo también iba viajar. Luego tengo una reunión con el profe Tim y me explica sus razones.

Tenías que mantener tu nivel...

Al año siguiente fue esa gira famosa que se ganó a Hungría, Francia, la rompió Leguía, Malásquez, Uribe, Cueto. Me acuerdo que había un grupo que jugábamos poco y otros nada, cero... querían hacer una reunión para hablar con el técnico y reclamar para jugar más. Querían jugar con Argelia, pero los argelinos volaban, les habían ganado a Alemania, te juro que volaban, eran increíbles. Entré en ese partido en Nueva York que perdimos 5-1, nos moríamos de frío, después me tocó jugar contra la Fiorentina, contra el Inter de Milán, yo no tenía ningún problema pero cuando volvimos acá... ahí empezó la cosa seria. Todo abril fue la gira, mayo, junio, algunos partidos y el último partido previo a dar la lista nos toca jugar contra Chile acá. Estaba Cachito Ramírez, yo entré por él a los 10 minutos, tremendo goleador. Hice un gol y les ganamos 1-0.

Antes ponían la lista en la pared...

Había una época en la que estaba el Chevo Acasuzo, todo era competencia, creo que era en el 85, con el profe Beltrán. Chevo siempre reclamaba porque lo ponían último en todas las pruebas, no porque no rendía, sino que los demás eran... uff, todos corrían demasiado. Un día le dijo a Chevo ‘por qué me reclamas tanto a mí, alguien tiene que ser último de la lista’.

Luego te vas a Independiente de Medellín...

Es paralelo porque empiezo el 79 a jugar y ese mismo año estaba Tano Bártoli, debuto, hago dos goles con Boys, ganamos 3-2. A la semana siguiente jugamos contra León de Huánuco en Lima, ahí jugaba Julio Meléndez. No toqué una pelota, quedó 0-0. El tercer partido en Matute contra Alianza, ahí me agrandé, dos goles, ese año hice como 15 goles...

¿Cómo llegaste?

Yo fui a Colombia a fines del 83 pero antes, después del Mundial. En el 82, sigo en Municipal y algunos jugadores emigran, Leguía se fue a España y a los meses me llama porque el equipo necesitaba un 9 y él había hecho las gestiones para que se fijaran en mí, llamaban al club pero nunca se pusieron de acuerdo, no pude ir y se fue Caballero al año siguiente. También apareció una oportunidad para ir a River Plate, pero no se pudo, en el Muni teníamos muchos problemas para salir. En el 83 jugamos Copa América. También llegaron los Tecos de México pero no me dejaron ir, durante el año nos toca ir a una gira en Venezuela, jugamos contra en Junior, lo dirigía Julio Comesaña y él habló con Malásquez y conmigo porque nos quería para el próximo año en el Independiente de Medellín, que él iba arreglar. Pero en esa época había una ley que jugadores de selección menores de 23 años no podían salir sin autorización... fue una lucha de la federación con el gobierno... al final nos terminamos yendo. Ahí nos juntamos con el Mango Olaechea.

¿Y luego?

El presidente del Filanbanco, un equipo ecuatoriano que apareció, tenían mucha capacidad económica, me querían pero yo me hacía el loco. Un día me llama, estaba en Lima y quería reunirse conmigo. Lo fui a ver y me dijo ‘qué es lo que quieres ganar’, le dije un número para que me diga ‘no’, habló por teléfono unos minutos y me dijo ‘ya, listo, mañana nos vamos’, le dije que no, que me dé al menos dos días para arreglar mis temas personales. Se fue, mandó los pasajes al día siguiente y en la noche del mismo día Marquito, el empresario Uruguayo que le había dicho que teníamos que estar en Ecuador, me dice ‘Franco, no voy a ir a Ecuador, es más, te estoy mandando un pasaje para que vengas a Buenos Aires’.

Me reuní con mi papá, con mi tío Gustavo Zevallos, me dijeron que lo de Ecuador era un buen contrato pero Argentina era otro nivel. Me toca llamar para no quedar mal al presidente del club ecuatoriano y le dije ‘tengo un problema porque he firmado un convenio con un representante y me acaba de llamar y tengo un par de posibilidades’, me dijo, ‘no te preocupes, espérame en Lima, yo voy contigo a Argentina’, le dije ‘nooo’. Fui a Argentina a la reunión con Independiente, lo que no se ponían de acuerdo era de club a club, yo estaba triste, no entendía nada. Pasaron dos días, de Ecuador me llamaban todos los días, al tercer día pedí mi pasaje para irme. Me subí a mi avión, antes de llegar a la cordillera el avión empezó a hacer un movimiento raro, como si se deslizara sobre jabón. A los minutos el capitán dice ‘tenemos un problema técnico y tenemos que volver a Buenos Aires’, no podían cruzar la cordillera.

La fe es lo más lindo de la vida...

Volvimos a Buenos Aires y teníamos que esperar hasta el día siguiente, nos llevaron a un hotel, del hotel lo llamé a Marquito para irnos a cenar. Al día siguiente se aparece para el desayuno, lo habían llamado del club, fuimos otra vez y resolvieron el problema y se firmó. Así fue mi historia con Independiente.

Jugaste con grandes...

Firmé y el club estaba haciendo la pretemporada en Jujui, donde era la Vieja Reynoso, una provincia, teníamos que ir en tren hasta Córdova, todos me miraban. Nos conocimos ahí, fue un viaje lindo, largo, llegamos a la pretemporada, durísimo. El primer partido de práctica, las patadas que te pegaban, te ponían a prueba. Una linda banda, pero volvimos a Buenos Aires y se logró, empezó mi historia. El primer partido nos preparamos ahí, después de solucionar todos los pendientes.

Jajaja...

El primer partido fue contra Plaense, ganamos 2-1, hice el primer gol. En el primer torneo hice 19 goles.

Saliste en al portada de la revista Gráfico...

Salí un par de veces. La primera fue con un partido contra Estudiantes, les ganamos 5-1, hice cuatro goles. Yo no pateaba penales, me había fallado en la Copa América del 83, el penal en el Estadio Nacional y nos eliminaron, sino jugábamos la final.

¿Te llegaste a pelear en Argentina en algún entrenamiento?

No, como pelearse no, pero sí los cuadré a varios, era necesario, es que te miden. El cambio fue terrible.

¿Qué recuerdas de las Eliminatorias de México 86, ese partido con Argentina en Lima?

El equipo dejó la vida, ganarle al equipo de Maradona era complicado, pero nosotros teníamos los nuestros, estaba Patrulla, Oblitas, Uribe, Cueto Velázques, Panadero. Fue un partido enorme, golazo de Juan Carlos, me tocó participar en esa jugada con Pasarella, Velásquez le pega, el reboto, el Ciego define ahí a la cabeza.

Después fuimos a Argentina, a parte que acá Reina no lo dejó tocar ni una sola pelota, jugaba bien, corría... tenía un físico enorme. En Argentina a mí tampoco me dejaron tocar la pelota, a los cinco minutos me afuera, esa patadita de Julián Camino, no lo expulsaron pero lo que más duele es quedar fuera de ese partido. Después entra Julio César y la rompe.

En el repechaje con Chile haces dos goles...

Nos mata el cuarto gol que le cobran un penal a Panadero. Nos ganaron.

César Menotti te llamó para llevarte a River...

Fue en esa época que estuve en Independiente. Lo que pasa es que el primer año, que hice los 19 goles, también estuvo el profe Menotti y Rafael Santos, un representante, él era muy amigo de este amigo en común, Orazio Torres. Santos trabajaba con el fútbol francés, tenía un equipo importante para mí, me dijo que había una posibilidad para ir a Francia, un equipo importante, no te voy a decir porque vas a volar. Fuimos al club y el presidente me dijo ‘mira, hemos clasificado a la Copa Libertadores y te queremos en la Copa, no puedo dejarte ir porque si no me mata la gente acá. Apenas termine la Copa Libertadores me comprometo a dejarte ir’. Fue un error aceptar eso y así fue. Me quedé, jugamos Copa Libertadores. Después, como siempre algunos problemas aparecen en los clubes, Pato se fue a Boca y un día me llaman para decirme que el profe Menotti quería reunirse conmigo, fuimos a un café, fuimos con Reynoso, no sabía que la vieja también iba a la reunión. Era abril, mayo y ya había arreglado con River para mitad de año dirigir River y nos quería a los dos. Le dijimos que sí pero ahí el club, que de todo se enteran, me llamaron a una reunión y me dijeron que no me iba a dejar ir porque tenían un tema político con River y que de ninguna manera iban a cederme. Ahí empezó los temas con Independiente, por esa razón no fui a River.

También te quiso el PSG...

Sí, esa era la reunión con Rafael Santos y el Flaco. Y la última, otro representante cuando yo a finales del 88 decido no continuar en Independiente también aparece una oferta del Brest, no le di bola pero era cargoso. Yo vengo de vacaciones a fines del torneo del 88, estoy en Lima y me llama con el presidente del Brest de Francia. Ese equipo había tenido una mala experiencia con el brasilero Julio César, que fueron a la selección y regresaron lesionados. El presi me dijo que me quería ahí pero no me permitía volver a la selección y que me pagaban en franco franceses, eso no me importaba, pero lo de la selección sí, uno por su selección mataba, dije que no con el pasaje en la mano. No fui. Ese mismo César, que hasta ahora vive, a la semana me llama y me dice ‘Franco, tengo una reunión en México, los Tecos’, uno siempre es incrédulo. Me dijo que viajaba a México y que a los 15 días me llamaba. Me llamó en 15 días y me dijo si me interesaba los Tecos, viajé y ahí me quedé.

¿Qué tal allá, cómo te fue en México?

Bien, llegué, jugamos un torneo corto, que hice varios goles, y aparece un colombiano que trabajaba en Alemania, Iber Grueso, me fue a buscar al club y me dijo que había una posibilidad de ir a Suiza, por alguna u otra razón siempre se frustró mi tema de ir a Europa, por algo sería. Llegaron al club, se reunieron con los dirigentes y me dijeron que decida, que me daban la libertad, pero yo acababa de llegar, teníamos una buena banda, un buen equipo, todos mundialistas, uruguayos y le dije que sí, hicieron la gestión y me fui a Suiza.

¿Cómo fue la adaptación?

Hasta ahora me sigo adaptando, 10 grados bajo cero. Quince días y seguíamos corriendo en la montaña, en la nieve, pasé lo más difícil y luego tuve que venir a jugar la Copa América del 89 y en plena Copa América me vuelvo a encontrar a los mexicanos, que quería un enganche. Tocaron el tema de Julio César Uribe, lo contactaron y después me preguntan a mí, yo ya estaba adaptado pero les dije que si hacían la gestión volvía, fue un error que cometí porque había firmado por cuatro años, ya había superado la adaptación, era un equipo de segunda que había subido, era un equipo que se caracterizaba por tener extranjeros para transferirlos, un equipo que vendía. Acepto volver a México, es más, le pagan una gira al equipo suizo por México,

Cuanta candela...

Fueron a Guadalajara, jugamos varios partidos, es más, me llevaron mis cosas.

¡Qué buena!

Así fue, la verdad no me puedo quejar, fueron 16 años espectaculares en mi carrera. Vuelvo a México, sale embarazada Mariana de Franquito, quería que naciera en Lima pero no podía jugar en Lima porque los campeonatos no daban para fichar por algún equipo. Vuelvo a Buenos Aires y me contacta Marito Zanabria, un técnico de Boca, que agarraba Unión de Santa Fe y acepté y fui. Era un buen equipito, ahí nace Franquito, en Santa Fe, pero era un año que venía con una serie de lesiones, la parte lumbar, nada importante, pero no me dejaba. Marito Zanabria, el equipo no caminaba bien, renuncia o lo sacan y ya era otra cosa, al mes hablé con el presidente y le dije que prefería volver a casa, ya llegaba diciembre y justo hablé con Juan Carlos que estaba armando una banda importante para Cristal en el 91 y vuelvo a Cristal y salimos campeones.

¿Cómo fue ese regreso?

Fue lindo. Cristal es de los equipos más serios, más ordenados, que tienen un trato especial con sus trabajadores y ha sido inolvidable, fue un club para quedarse a vivir. Ahí me vuelvo a encontrar con mi hermano Leo, Antón, La Pepa.

Ahí te vi rapear...

Te burlas... te juro que este papel que tienes, lo que yo tenía que cantar era casi la mitad, pero era tan malo que lo abreviaron... ‘al lado de la rubia’, solo ese pedacito aparezco. Buen video.

Te retiras jugando con Alianza y haces un gol a San Agustín

Firmo por Alianza, estaba dirigiendo un chileno. El día de mi cumpleaños fue, estaba Waldir, toda esa banda. Me vuelve a molestar la rodilla por eso no sigo. Ya no me opero y me vuelvo a romper la rodilla pero la otra, era un mensaje. Yo me sentía bien, entero, pero a partir del 92 con la lesión del ligamento cruzado de la izquierda, fractura al medio del tobillo y el 95 ligamento cruzado de la otra rodilla. Dije no me opero y hablé a Argentina para terminar el primer año, no podía perder todo lo que ya había avanzado, me tomaron un examen y aprobé el primer año y empecé el segundo, todo el 95, terminé de hacer el curso, me recibí y volví a Lima. De ahí Cristal me llama para dirigir, ellos subencionaban el Sport Agustino que era el Bolgonesi de Tacna pero lo hacían jugar el torneo de segunda en Lima. Ahí estaba el Cholito Prado, Cachete Zúñiga. Esa fue mi primera experiencia profesionalmente pero en un equipo de segunda, estando en el club me incorporan al cuerpo técnico del profe Arrué. Leo ya vivía en el club hace 10 años.

¡Qué buena!

Después clasifica el equipo a la Copa Libertadores pero empieza el profe Arrué al año siguiente, no nos va bien y viene el Chiqui García.

A ti no te costó dejar el fútbol mucho porque ahí nomás empezaste tu carrera como técnico

Sí, pero dos años me la pasé estudiando en Argentina. Uno extraña, le gusta pero no me costó muchísimo. Es más fácil jugar y hacer el curso, porque dejar y dedicarte solamente a hacer el curso sí es difícil. El primer año me fui con la familia y el segundo año cuando volví a Alianza, me fui solo. Volví y empezamos y Cristal justamente ese año 97 jugamos la Copa Libertadores, 98 sigue el profe Arrué, viene el Chiqui, llega agosto, termina la primera parte del Clausura y el equipo andaba muy mal, renuncia, se va y nos llaman a Leo y a mí para informarnos que el club iba hacer un cambio de técnico y necesitaban que nosotros asumiéramos el partido, faltaba toda una rueda, 11 fechas.

Jajajaja... Soberbios...

Nosotros dijimos ya, vamos a intentar salir primeros de esta rueda, agrandados. Venía mal el equipo, golpeado. De las 11 fechas, ganamos 9 partidos y quedaban dos, en Cusco y en Arequipa, después quedó Boys que tenía que ganar en Cusco, Alianza y Cristal. Boys no gana, Alianza gana y nosotros. Terminó el campeonato y quedó Boys, Cristal y Alianza, Boys había hecho un campeontazo ese año pero por el sistema quedó afuera. La final fue Alianza y Cristal del Clausura del 98 y ganamos 1-0 con gol del Cóndor Mendoza, no lo paraba nadie, hizo una cantidad de goles... De ahí jugamos contra ustedes, que haces tu gol, 2-0 tranquilos, ganando y hace gol.

Luego te vas a Cusco, a dirigir Cienciano...

Fue un mesecito con Wilmar Valencia, eso fue en el 98. Cristal estaba rojo en los números. Los dirigentes nos renovaron en el 99, jugamos Copa Libertadores, empezó el campeonato. El torneo estaba entre la U, Alianza y nosotros. La otra vez que me encontré con el Cholito Prado estábamos recordando eso. ‘Por tu culpa me botaron’, le dije. Él hizo un penal, de jovencito, y después Pancho Lombardi hace unas declaraciones que me parecieron fuera de lugar. Debí hablar con él, pero en caliente, la prensa me dicen lo que dijo. Yo respondí públicamente: “¿Por qué no se dedica a hacer su película?”. Duré 15 días más.

Después vino un campañón con Estudiantes de Medicina...

En el 2001. Venía de dirigir a Cienciano y al Sport Agustino, la segunda de Cristal. Juvenal Silva me llamó para ir a Cienciano, pero la altura me afectaba. Le dije a Wilmar que nos vayamos. No podía levantarme. Wilmar tuvo un problema personal y me quedé solo 15 días. El equipo no reaccionaba. Le dije a Juvenal que me iba. Terminó el 99, en el 2000 no me llamó nadie. Me fui a hacer cursos en Argentina, Alemania. También fue Álvaro Barco a un curso que lo hace todos los años la UEFA. En el 2002 fui a otro curso a Francia con Wilmar. Tenía que ocupar mi tiempo actualizándome, preparándome. A mitad de año del 2001 llega Estudiantes de Medicina. Tenían muchos problemas, les dije a los dirigentes que quería que no les fallen en los pagos a los jugadores. Así fue. Me fui solo con un profesor que venía de Huracán. Hicimos una pretemporada. Ahí conocí a Chiquito.

Jajaja...

Nos reunimos con Chiquito, después aparece la oportunidad de tener a ‘Avestruz’ Carty y a Barrionuevo, que en paz descanse. Los incorporamos a los tres. Estaba Galliquio, Churrito Hinostroza, Comínguez, Rivera y todos básicamente de la Copa Perú. Empezamos ganando 1-0 en Sullana. Salimos del descenso y peleamos arriba. Boys con Chalaca nos complicó.

¿Qué pasó con Jefferson Farfán? ¿No le tenías fe?

Él sabe que hay cariño, aparte son unos demonios. Guizasola, Jefferson, Paolo, Junior Viza. De verdad, yo ni me acuerdo. Son cargosos, ahora se dan cuenta porque ya crecieron. Era joven, son decisiones que hay que tomar. Roberto y Guillermo Guizasola, también los he tenido. Para que quede claro lo de Jefferson, jamás mi intención fue de ir a denigrar o maltratar, al contrario uno les pone presión para que ellos puedan resolver y ver cómo reaccionan.