Mi gente de ‘La fe de Cuto’, luego de las dos ediciones con Jhoel Herrera, les taremos una divertida y añorable entrevista con Francisco ‘Pancho’ Pizarro, arquero símbolo de Alianza Lima, quien nos cuenta detalles de sus inicios en el fútbol y más.

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En la charla, Pancho Pizarro nos cuenta cómo fueron sus peleas con Juan ‘Chiquito’ Flores y Flavio Maestri, las mismas que fueron un escándalo en su momento y generaron todo tipo de reacciones.

Además, Pancho Pizarro nos cuenta cómo fue el tener a Jorge Luis Pinto de entrenador. El arquero señala que ‘lo sacó de sus casillas’ y se sintió aliviado cuando el DT le dijo que ya no quería contar con él la próxima temporada.

¿De qué barrio eres?

De Santa Clara, un pueblo que está por la Carretera Central, pasando Vitarte. Por el hotel El Pueblo. Ahí estuve hasta los 26 o 25 años, me casé y me fui.

¿Cómo fue tu etapa en el colegio?

Normal. Yo comencé en el colegio de Santa Clara, la primaria, y la verdad que súper... al principio no quería ir, no fui un estudiante destacado, yo hacía lo que tenía que hacer, cumplía nada más, yo quería pasar nada más, no me interesaba ser primer puesto. Yo matemáticas... para contar plátanos no más, andaba mal en matemáticas. Por eso, todo lo que era actuaciones, yo estaba apuntado, baile, danza, cualquier cosa, yo lo hacía, con tal de que me suban la nota. Esa libreta que te daban antes, rojos, rojos, rojos... no querías que llegue ese día. Yo en el Día de la Madre, recitaba, bailaba. Me acuerdo que una vez estaba tan mal en matemáticas y era Día de la Madre, a las muchachas se les ocurre bailar Menudo, estaba de moda... yo levanté la mano y nos íbamos a ensayar a la casa de una compañera, Yolanda. En ese momento todo era bien, pero cuando tocó salir al frente, nos olvidamos los pasos, hicimos cualquier cosa pero la gente nos aplaudió y yo tuve mi medio punto para pasar matemática.

Tú eres de la tercera división de la liga de Vitarte por Mariano Melgar.

Sí, nosotros jugamos un campeonato interno en Santa Clara y decidieron participar en la tercera división.

Juegas un partido de práctica contra Cristal en La Florida...

El señor Macedonio León y el señor Madino, ellos tienen la idea de hacer un partido con Cristal. Yo dije ‘están locos, ellos entrenan todos los días, nosotros somos más vagos...’. Nosotros salíamos a correr a las 5 de la mañana pero no teníamos lo que tenían ellos, lo colectivo. Yo no quería ir. Ahí está Rodolfo Estrada, Lolo, que me dijo ‘vamos’ y le dije ‘no, no tengo zapatos’. Yo calzaba como 45, era un problema... me dijo ‘¿si te consigo vas?’ y le dije que ya. A los 30 minutos se aparece con un par de zapatos, yo dije ‘qué hago, mi vieja no está, la casa no se va quedar sola’. Los zapatos me apretaban un poco... pero igual llegamos y jugamos. Yo tapé medio tiempo y me metieron seis, nunca me voy a olvidar. Salí, tapó el otro chico y también le metieron seis. Terminó el partido se acercó el señor León, Madino y conversaron con Alberto Gallardo y el profe Mellán. Ahí me dijeron si quería seguir yendo a entrenar con ellos y les dije que sí. Al día siguiente estaba yo ahí, una hora antes de lo que me habían dicho. Ahí comencé.

Carlos Castagneto, Francisco Pizarro y Miguel Miranda: los arqueros de Sporting Cristal en la temporada 1991. (Foto: Extremo Celeste).
Carlos Castagneto, Francisco Pizarro y Miguel Miranda: los arqueros de Sporting Cristal en la temporada 1991. (Foto: Extremo Celeste).

¿Qué crees que ellos vieron en ti?

No sé... tenía talla, personalidad y el pelo largo. Yo me imagino que la forma cómo era yo, cómo empecé a tapar, porque me metieron seis pero también tapé algunas. Ahí comencé mi carrera en el fútbol, gracias a don Alberto y al profe Mellán. El profe es espectacular, deberías entrevistarlo, lo merece, yo creo que entrenadores como ellos son leyendas.

¿Esa fue la primera vez que saliste de tu casa?

Sí, nunca había llegado más allá de Vitarte. Yo todo lo he hecho tarde. Yo empecé a comer ceviche cuando llegué a Huánuco, con veintitantos años, nunca en mi vida había comido ceviche. Mi vieja a veces iba al Mercado Central con el Diablo, mi hermano, mi vieja le metía su ceviche en su carretilla, yo parado al costado, mi hermano tragando al costado. Yo pensaba que no me iba gustar, decía ‘pescado crudo, no’. Es que en mi pueblo para que llegue la información, no habían revistas gastronómicas, solo llegaba la guía telefónica.

¿Quién te promociona al primer equipo en Cristal?

Don Alberto Gallardo, el agarró un tiempo como interino y me subió y cada vez que necesitaban, nos llamaban a los juveniles para entrenar en la primera. El Charro González siempre se quedaron con nosotros, Miguel Miranda también estaba. Yo paraba con Miguel. Yo entrenaba con primera en la mañana y en la tarde con mi categoría y con Miguelito nos íbamos a almorzar, no sé qué locura tenía que le encantaba ir a Miraflores. El profe Mellán y Gallardo me esperaban y me jalaban hasta el puente Santa Anita y luego caminaba hasta el óvalo. Mi mamá solo me daba el pasaje para llegar, un sol de Santa Clara y de ahí otro sol y de regreso el profe me llevaba hasta el puente, caminaba al óvalo e iba colgado del micro, el cobrador me quería cobrar y me hacía el loco y me bajaba, esperaba otro micro y hacía lo mismo. Muchas veces he llegado hasta Vitarte y he tirado plancha hasta Santa Clara.

¿Qué te acuerdas cuando te promueven al primer equipo?

Fue maravilloso, estaba Maquera y Óscar, ellos me dan mis primeros zapatos, unos Puma, no había 45, hasta 44 nomás, pero yo dije sí me quedan, eran toperoles. Mis dedos estaban todos apretados, si decía que no, qué me iban a dar zapatos. Me dolían un montón, pero no importa, los cuidaban un montón.

Te quedas en Cristal y ahí logras debutar en primera

No, no llegué a debutar, llegué hasta segundo arquero, suplente de Miguel Miranda. Me acuerdo que Juan Carlos Oblitas llega a Cristal , no me acuerdo si lo lleva a Marrou o a Rafael Quesada, yo dije ‘entonces no me tiene en cuenta’ y saqué mi línea. Termina mi contrato y don Diego Augurto, él estaba en el León de Huánuco y me jaló para allá, me costó porque lo más lejos que había ido era La Florida, parecía Marco buscando a su mamá, extrañaba a mi vieja... un dirigente me fue a recoger y mi mamá parada en la puerta con las lágrimas y yo también llorando, ‘mi mamá, mi mamá’, decía. Me costaba mucho separarme de mis viejos. Cuando me casé ya era otra cosa, es distinto, siempre vas y la ves a la vieja...

La clásica...

Me fui a Huánuco y ahí debuto... había un bandón... Ramón Anchissi, Freddy Vilca, Carlos Cáceda, Pampano, Ricardo Lara, Tito Arismendi, Giuliano Portilla, el Chato Mifflin, éramos familia. Yo llego a Huánuco y también estaba César Rosales, que estudió toda la primaria conmigo, era un palomilla de aquellos. Cuando llego, ni bien llego, me mandan a una habitación grandes con siete camas y me encuentro a todos esos forajidos fumando y jugando cartas, estaba Cavalini. Estos bandidos después de los partidos compraban la caja de cerveza y la mandaban al fondo de la piscina, la secabas, tenías que meterte y sacar una... ni temblaban para zambullirse y sacar la chela.

¡Qué locura!

Luego llegó el maestro Roberto Chale. Una vez, estábamos entrenando en una canchita por un pueblito donde hacían aguardiente, de repente una estampida de vacas se cruza por la cancha y se paran ahí. El profe dijo ‘suficiente, muchachos, vámonos’. Era un maestro el tío Roberto. Una vez yo estaba en la banca con el profe y en un momento se quedó dormido, cuando lo despertamos, pensó que habían hecho gol. Tenía buen ojo para ver a los jugadores, tenía mucho manejo, la gente lo adoraba. Un crack, un genio.

Viajas a jugar a EE.UU. la Copa Malboro

Me llevaron, en ese tiempo estaba una dupla de entrenadores, López y Caballero. La primera vez que me subí a un avión fue con Cristal a Colombia, nos agarró una tormenta... yo nunca había subido a un avión, lo más alto que había estado era en mi techo para mover la antena para que sea vea la tele. Ahí me traumé, quedé mal. Se me hinchaban las venas, terrible, hasta ahora tengo miedo de subir al avión. Nos vamos a EE.UU. y me acuerdo que yo de chibolo ya le metía su tabaco... había una máquina de cigarros y no sabía quién vendía, un amigo después me dijo que tenía que meter las monedas. Un día, eran como las nueve de la noche y yo estaba con Miguel Miranda en la habitación y dije, voy a bajar para intentar sacar una cajetilla de cigarros, pero los profes me ven. Bajé y cuando subí, me estaban esperando en la puerta, me dijeron ‘mañana se va para Lima’, yo me alteré pero me seguían preguntando a dónde había ido, no les iba a decir que había ido a comprar puchos. Ya no dije nada. Creo que Miguelón habló y me dejaron, pero ya me iban a regresar por ir a comprar cigarros. No se podía fumar, pero yo parecía una paloma en mi ventana.

¿Cómo se dio tu llegada a Alianza Lima?

Cuando yo estaba en León de Huánuco jugamos contra Alianza, yo estaba tapando y en el hotel estaba el Beco Espantoso y el profe Arrué y el profe Arrué es el que le dice ‘hay que llevarlo a Alianza’. Me preguntaron si me gustaría ir y dije sí, claro. Terminó mi contrato y me fui para Alianza, ahí cambió mi vida. No soy símbolo, pero me recuerdan mucho por Alianza. Una vez el tío Roberto me quiso llevar pero yo ya era entrenador de arqueros. Todos se levantaron, yo rogaba porque no quería. Nosotros éramos rivales en el campo, salíamos y nos divertíamos con respeto, pero ahora el show es distinto.

¿Cómo te fue en Alianza?

Cuando llegué lo habían contratado a Óscar Wirth, un arquero chileno, aprendí mucho de él, un tipo espectacular. Llegó el loquito Delmar, que se ponía su ropa de dálmata. Recuerdo que una vez estaba subido de peso, nos fuimos a Arequipa a hacer la pretemporada y el Pinto lo tenía loco con las ensaladas, lo sentaba solo en una mesa. Frank Ruiz me dice, ‘oye, tanta ensalada le han dado al loco’... tenía un cerrazo de lechuga y tomate, y Frank Ruiz que era más mosca no le creía y se fue a un costado y qué había hecho, había metido pollo, papa, arroz, debajo y lo había tapado con la ensalada.

Acá tienes un encuentro con Moisés Racchumick cuando jugaba en Unión Minas

Era de esos delanteros cargosos, todas las peleaba. Un día estábamos jugando en Cerro de Pasco, se va la pelota, yo voy caminando y él va corriendo, me mentó la madre... y después como que quiere patear. Yo no podía ni hablar, estábamos muriendo allá. Termina el partido y yo voy, pero ya se habían ido al vestuario. Después me lo encuentro en Matute y ahí comenzó el pleito. De nuevo me vuelve a insultar en el partido y terminó el partido y me meto un pique, él se mete al vestuario pero los policías no me dejaron entrar. A Kanko lo tenía a mi costado, que me agarraba y empujaba a la Policía para que pueda pasar. Kanko también era arrebatado. Pero después ya nos encontramos y no pasó nada, son cosas que pasan en los vestuarios.

Pancho Pizarro en La Fe de Cuto
Pancho Pizarro en La Fe de Cuto

En el 97 logras el título con Jorge Luis Pinto

Era policía, bombero, guardabosques, serenazgo, todo era Pinto. El doctor ya estaba cansado, entraba y te sacaba las compresas, te metía corriente. Entraba a la cocina y revisaba las ollas para ver qué íbamos a comer. Era cargosazo, hasta decía cómo tenían que cortar la cancha, el tamaño del grass. Era tronado, tenía sus cosas el tío. Marco Valencia un día le dijo ‘profe déjeme jugar, sino juegue usted y le tiró el chaleco’. Yo casi todos los días tenía pleito con él, cuando iba al baño me decía ‘así no, bajito, como el pato’, yo me iba nomás, él me decía que no sea irrespetuoso. Ya no quería ni ir a entrenar, cuando terminó el año y fueron campeones, él me dijo, yo tenía contrato 97 y 98, él me dijo que no iba contar conmigo el siguiente año porque habíamos tenido muchos problemas, yo le dije ‘yo tampoco’ y me fui en una, me estaba volviendo loco. Me fui a Sullana.

En el año 98 te vas al calor, a Sullana

Ahí fue peor cuando cuando llegué el fenómeno de El Niño había azotado todo el norte del país, destrozó todo Piura y creo que hasta Chiclayo. Teddy Cardama es el que me lleva a Sullana, sufrimos porque la ciudad estaba mal, la cancha... pero Teddy allá armó un buen grupo. Las cosas no fueron tan mal ni tan bien pero ahí la pasábamos con todo. Estaba con Víctor Hugo Colchado, todos los días peleaba, correteaba las mototaxis y las volteaba. Andaba apretado, no tenía miedo a nada. Un día le gritaron ‘gordo’ creo... un día estábamos entrenando en la cancha y lo veías que metía la mano al bolsillo y se la llevaba a la boca, Teddy lo tenía a dieta, tenía como cinco marcianos metidos en el pantalón, se los comía en los partidos. Nos íbamos a comer ceviche con arroz, tenía un diente increíble.

En el 99 te vas al Aurich con el ‘Diamante’ Julio César Uribe

Íbamos a jugar el primer partido con Cristal. Estábamos en pleito por una plata, jugamos por el profe, nos dijeron que el lunes nos pagaban pero nada. Nos tocaba jugar en Arequipa pero dijimos que si no nos pagaban no viajábamos. Llegó el sábado y nos reunimos en el gran hotel, estaba Pedro Prado, Carlos Torres, una banda... no viajamos, fue walk over. Lo sacaron al profe Uribe. Creo que ahí se equivocó el profe porque nadie sabía que no íbamos a viajar. Fuimos hasta el aeropuerto, hasta mis maletas pasaron, pero cuando llegó la señora sin la plata, dijimos que no íbamos a viajar. El profe había ido en pijama creo, él sabía que no íbamos a viajar y lo marcaron.

En el 2000 te vas a Muni

Tres meses nomás estuve. Yo estaba con Carlitos Silvestri y el Cholito Yupanqui y había un tema con Carlos. El presidente me dijo ‘prefiero sacar a uno que matar a 25′. Ya tenía la carta de rescisión y me fui. La Pepa me fue a buscar y me dice, ‘pero anda, para que entrenes al menos’. Para qué fui, en una se me acercó el que era jefe del equipo y me dice ‘mira Pancho, no vengas por favor porque tu presencia incomoda a algunos acá’. Me despedí de La Pepa, pero terco, que quería que vuelva, un tipazo con todas sus locuras, tiene buen corazón. Ya no volví más. Después me fui a Arequipa, a Melgar.

Pancho Pizarro en La Fe de Cuto
Pancho Pizarro en La Fe de Cuto

¿Qué recuerdas de esa etapa?

Tremendo equipo, estaba el Pocho Dulanto con el Tata Reyes... ¿es verdad que falleció? Cundo yo tenía Facebook, como tres veces lo mataron al Tata. Cuando ya dijeron que había muerto, no lo creía. Yo jugué con él en el Melgar y tuve pleito ni bien llegué, era arrebatado. Estaba Pocho, el Cabezón Carmona, Aldo Cavero, Juan Carlos Bazalar.

Luego vas a Unión Huaral

Estaba el gran, el único, el inigualable, Carlos Flores, Kukín Flores que en paz descanse, extraordinario, único. Era increíble, tenía ojos en la espalda. Sus historias... desaparecía, llegaba directo al partido. Se iba el jueves y llegaba al domingo, entraba y la rompía. Fue en 2003, cuando hubo la agremiación.

En 2004 te vas al Atlético Universidad de Arequipa

Fue un vacilón. Había un equipo con muchachos increíbles. Creo que era el acumulado. Nosotros estábamos complicados ese año estaba Rafael Hernando, un arquero grandote de pelos rubios, era un ídolo, la gente lo adoraba, terminaba el partido y había un pasadizo lleno de gente que querían tocarlo. Se ganó el cariño de la gente, súper humilde. Yo dije, ‘acá no voy a tapar nunca’. Pero el Toto Hernando le lesionó el hombro y me tocó tapar a mí. Yo tenía la vaya bien alta. El profe Rocoto Medina fue el que me preparó y me puso bien. Cuando ya salía ya era Pizarro, ese pasadizo de personas me querían tocar a mí. Me gané el cariño de la gente, es lo más lindo, no tiene precio.

En 2005 vienes a Cristal con Chemo del Solar

Sí y el Loco Erick Delgado que era el arquero. Estuve seis meses nomás, no iba a tapar, ya estaba de salida y no quería llegar al extremo de que me digan ‘ya estás viejo, ya no saltas, ya no ves, ya no escuchas’, te sacaban todos los achaques. Como no tapaba, fuimos a jugar a Arequipa y me habló Reynaldo Arenas para volver. Le dije a Chemo, al principio no quería, pero después entendió. Me fui y lo llevaron a Johnny Vegas. Yo me fui para el Atlético Universidad, ya había perdido la categoría, pero el presidente me dijo ‘yo soy arequipeño, prefiero morir de pie que vivir arrodillado’.

Pancho Pizarro en La Fe de Cuto
Pancho Pizarro en La Fe de Cuto

SU PELEA EN TACNA CON ‘CHIQUITO’ FLORES

¿Qué pasó en Tacna con Chiquito Flores?

Tú estabas ahí. Yo estaba calentando atrás y se armó una bronca y yo me metí, voy a separar. Juan le mete un cocacho al Cholo Prado y yo le digo ‘tranquilo’ y nos agarramos de pleito y el pleito terminó con nosotros nada más. El ambiente estaba muy caldeado. Pasó eso y no sé por qué se armó tanto escándalo. Chemo me dijo que no haga problemas después en el aeropuerto. Llego a Lima y se me vienen los periodistas y me dijeron que Juan había dicho que para qué me metía, que era un suplentón. Tú sabes cómo es Juan, arrebatado. Yo me olvidé porque no soy rencoroso. Llega un partido en Huánuco, dirigía Pepe Soto a Alianza Lima y yo estaba como preparador de arqueros y de nuevo, nada tenía que hacer en el pleito y me metí. Yo estaba sentado, no había ni sitio para mí y estaba sentado al costado de la reja. Estábamos ganando 2-0 y se pone 2-1 y se viene el León con todo, lo dirigía Jean Ferrari y en una de esas sale el Loco, cae, se da vueltas de campana y se para un rato el partido y yo estaba sentado mirando. Pepe iba de acá para allá y me dice ‘ven, ven’ y me dice ‘entra y haz algo para que acabe esto’, le digo ‘la voy a cagar’... me empujó y veo que Juan entra corriendo y digo ‘con él es’, en ese momento me acordé y como él es el más arrebatado, antes de que llegue le digo al Colo, ‘avísame cuando esté cerca’, lo empujé a Juan y él me patea, se armó un bolondrón. Ese día me dieron como piñata, me agarraron a patadas y puñetes, yo me cubría la cara nomás. No sé quién fue pero alguien me arañó la nariz y salí con sangre, Salomón Libman fue corriendo con una gorra para ponérmela, le dije ‘suéltame, muchacho de mier...’. Nos quitamos y tú sabes cómo es la prensa, se prestaba dos grandotes se agarran a puñetes. Renzo Navarro me decía ‘vamos a hacer una pelea tipo valetodo con Juan, vamos a llenarlo’. Yo dije ‘ya, pues’, pero no porque le tenía cólera. Pero pasó que el papá de Walter Oyarce me llamó y me dijo que por favor, que estaba tratando de pacificar el fútbol y que esto no le hacía bien. Yo entendí, pero pienso distinto. tenía como 70 mil llamadas perdidas de Guillermo Cuéllar, quería hablar conmigo por el pleito con Juan, quería que fuéramos al programa de Omar Ruiz. Hablamos, conversamos, luego nos llevó Guillermo a comer y chévere. No es que nosotros fuéramos, eso lo hizo la prensa. Nos matamos de risa.

Luego te haces bien amigo de Gerardo Pelusso

Cuando yo salgo en 2005 de Cristal y me voy al Alianza Universidad, Carlitos Franco me llama y me lleva. Firmé, nos fuimos a Chincha para la pretemporada. El profe Pelusso me ve y dice ‘yo no he pedido ningún arquero’ y yo dije ‘qué, otra vez’. Viera me agarró y me sacó el ancho en los entrenamientos. Llegué mal y después me fui haciendo amigo con el viejo y ahí fue cuando ya me retiro y me dice para ser parte del comando técnico.

SU PELEA CON FLAVIO MAESTRI

Tuviste un cruce con el tanque Maestri, fue cómo jugador o asistente

Fue como jugador, fue 2006 que llegó Flavio a Alianza, ahí me retiro. Estábamos haciendo un espacio reducido y Flavio vino medio alterado y empezó a agarrar a patadas a todo el mundo y otra vez. Flavio no tenía que venir para donde yo estaba, le pongo el pie fuerte y él me patea y se tropieza y le meto un lapo y nos agarramos. Ciurlizza, Olcese, Chicho Salas, los tenía colgados en el hombro para separar. El viejo me bota y yo le dijo ‘por qué yo’. Me fui y me senté, estaba volando, yo no hice nada. Terminó el entrenamiento y viene el viejo y me dice ‘qué pasa’ y le digo ‘cómo qué pasa, me botas a mí y yo solo metí el pie’. Me dice ‘vos ya sabés lo que tienes que hacer, te doy 20 minutos. Bajá al vestuario y arreglá tu tema’. No terminó de decirme, pegué un brinco y crucé la cancha, me salté al túnel y fui corriendo al camerino, estaba recontra molesto. Llegué al camerín y me saqué el polo, no venía Flavio, se había quedado en el tópico. Ciurlizza , Olcese, ellos le metían la punta, Forsyth también le decía ‘Pancho te está esperando en el camerino’, ellos querían pleito. Llega Flavio, yo me paro y le tiro la puerta en la cara a Calín La Rosa. Le dije ‘ahora, pues’ y comenzó, rompimos todo en el camerino, el microondas, todo voló, me agarró Santiago Salazar y me dijo ‘ya está bueno’ y yo le decía ‘suéltame’. Me sacó y yo me miraba todo lleno de sangre y me preguntaba dónde me rompió. Flavio claro que me metió, me cagó las costillas pero cuando yo lo golpeaba el se abrió la cara. Se me pasó la cólera, le quise dar la mano y me dijo ‘fuera con...’, estaba arrebatado. Yo fui a la ducha y me bañé. Flavio, a los dos o tres días, Flavio hace un gol a Cristal y la gente me decía ‘pégale todas las semanas para que haga goles’.

Pancho y esa anécdota que le preguntaron a un chico quién fue Francisco Pizarro en el colegio...

Un amigo me dice ‘tú sabes qué pasó con mi hijo en el colegio. Estaba en su clase de historia y la profesora preguntó quién fue Francisco Pizarro y mi hijo dijo, arquero de Alianza’.

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